Ecologistas en Acción ha afeado la opinión que trabajadores y parados del sector naval en la Bahía y sobre todo el alcalde de la capital, muestran respecto al importante contrato, que sigue sin confirmarse, de cinco corbetas para Arabia Saudí que se construirían en la planta de Navantia en San Fernando. Para este colectivo verde –que propone alternativas al empleo militarizado en la comarca-, esta carga de trabajo “ha generado un grave conflicto entre el derecho al trabajo y los derechos fundamentales a la vida y a la libertad de los receptores y víctimas de ese equipamiento bélico”.
Ecologistas en Acción en Cádiz ha afeado la opinión que trabajadores y parados del sector naval en la Bahía y sobre todo el alcalde de la capital, José María González ‘Kichi’, muestran respecto al importante contrato, que sigue sin confirmarse, de cinco corbetas para Arabia Saudí que se construirían en la planta de Navantia en San Fernando, un centro –en su día la antigua Bazán- centrado principalmente en la construcción militar.
Para este colectivo verde, este carga de trabajo “ha generado un grave conflicto entre el derecho al trabajo en las empresas de construcción naval de la Bahía y los derechos fundamentales a la vida y a la libertad de los receptores y víctimas de ese equipamiento bélico”.
El programa de televisión ‘Salvados’, de Jordi Évole, profundizaba recientemente en las relaciones que existen entre España y Arabia Saudí, un país que no respeta los derechos humanos. El periodista visitaba la Bahía y hablaba sobre esta polémica faena con trabajadores, desempleados y el propio alcalde de Cádiz. “¿Qué opinas de hacer negocios con un país que trata así a sus ciudadanos?”, llega a preguntar Évole a González Santos que asumiendo su pacifismo evidencia que hoy día los astilleros gaditanos no están en situación de poder elegir qué barcos hacer y para quién. De este modo, el primer edil de Por Cádiz sí se puede, ante la insistencia del entrevistador, llega a admitir que no está en contra del pasado viaje del rey español a dicho país de Oriente Medio: “si es para traerse las corbetas para la Bahía de Cádiz, no”.
En un artículo de opinión publicado en El País a raíz de la emisión en La Sexta de dicho programa, el alcalde argumentaba sus contradicciones: “fabricar barcos militares y estar en contra de la guerra es una contradicción. Pues claro que lo es, maldita sea. Una contradicción impuesta por un sistema injusto, en el que las decisiones sobre qué se produce en una empresa pública y a quién se le vende no están ni mucho menos al alcance de este alcalde ni de ningún ciudadano de a pie (…). Ojalá pudiéramos elegir (…). Convencido de que las cosas no las cambian minorías intelectuales, por más razón que tengan en sus planteamientos, sino la mayoría social de las clases populares, por más contradicciones con las que tengan que bregar; mi lugar está junto a los trabajadores, nunca frente a ellos, para que en un futuro lo menos lejano posible podamos dejar de depender de estos contratos, tan insultantes para nuestros principios humanos como ahora vitales para la supervivencia de nuestra gente”.
Ante ello, Ecologistas entiende que parados y alcalde opinan que “la única opción es coger el pájaro en mano y generar empleo, aunque sólo sea para cinco o seis años, desentendiéndonos del uso de ese armamento y de la conculcación manifiesta de los derechos humanos por parte de la petromonarquía saudí”. “De esta forma actuaríamos como colaboradores necesarios en la masacre que perpetra Arabia Saudí contra Yemen”, apostilla en un comunicado recogido por DIARIO Bahía de Cádiz.
Amnistía Internacional, Human Rights Watch y las Naciones Unidas han documentado presuntos crímenes de guerra de la coalición encabezada por Arabia Saudí en Yemen, un conflicto en el que ha habido decenas de bombardeos ilegítimos de hospitales, escuelas, mercados y mezquitas.
De este modo, esta asociación considera que el respaldo mostrado por el alcalde gaditano a dicho contrato –que obviamente no lo negocia ni decide el Ayuntamiento- “se traduce en un apoyo a un orden mundial atroz y a profundizar en un modelo de desarrollo ambiental, social y económicamente insostenible, dependiente del sufrimiento de otros seres humanos”. Pero además, ese apoyo “nos aleja de la posibilidad de generar otras alternativas para la construcción naval de la Bahía”.
PLANTEANDO ALTERNATIVAS
El Plan Estatal Marco de Residuos, agrega Ecologistas en Acción, identifica una oportunidad real de hacerse con un mercado casi virgen: el reciclado ecológico de buques (deconstrucción naval), “evitando achatarramientos infames” como el que se va a producir en Turquía con el portaaviones Príncipe de Asturias. Además, formar parte de la cadena de valor de la energía eólica marina, construcción, equipamiento, instalación, mantenimiento, suministro, reparación…, de aerogeneradores en el mar, “una oportunidad desaprovechada en Navantia”.
La deconstrucción naval y la energía eólica off shore, sentencia este colectivo, son dos “alternativas necesarias” para la “carga de trabajo” en los astilleros gaditanos “que harían innecesaria la deriva belicista de construir instrumentos de violación de los derechos básicos de las personas”. De esta forma, “contribuiríamos a desarrollar una cultura de paz, resolveríamos déficits ambientales importantes y ofreceríamos un buen puñado de puestos de trabajo para hacer sostenible a la construcción naval y conseguir descender las escandalosas cifras de paro que padece nuestra población”.
(puedes comentar esta información más abajo)
Ecologistas y Fundació per la Pau están bien pagados por los franceses que optan al mismo contrato de corbetas. Esto es lo que hay detrás de estas denuncias contra Arabia Saudí.
Yemen no es un país donde se respeten los derechos humanos, precisamente. No tiene sentido defender a unos sí y otros no por ese motivo. El fondo de la cuestión es comercial y estas organizaciones están bien untadas en el asunto. No os dejéis engañar.