Conductores, operadores de Puesto de Control Central (reguladores) e interventores del tranvía de la Bahía de Cádiz, más de 50 personas que iban al paro meses atrás tras formarse en sus puestos, han vuelto por fin a reincorporarse al trabajo de cara a la puesta en servicio de la línea 1 (entre Chiclana y Cádiz, atravesando San Fernando), que la Junta de Andalucía promete ahora, que se acercan elecciones autonómicas, que será antes del verano de este 2022 (las primeras obras de este demorado proyecto se iniciaron en septiembre de 2008, hace casi 14 años…).
Este personal de operación se ha incorporado al edificio de Talleres y Cocheras del polígono de Pelagatos, en Chiclana, para abordar la fase de reciclaje, en el marco del contrato de pre-explotación y organización del servicio, suscrito entre la Agencia de Obra Pública y Renfe Viajeros hace unos días (por más de 4,2 millones de euros).
Dicho contrato dará cobertura al desarrollo de las pruebas dinámicas finales del tranvía, que anteceden a la puesta en servicio comercial, así como a otras cuestiones, como la implantación de todos los procedimientos propios del operador ferroviario estatal, la coordinación operacional del mantenimiento, la gestión de la seguridad operativa, así como el ajuste y optimización de los escenarios de explotación.
La incorporación de este personal reclutado por Renfe (que en su momento, explotará este tranvía metropolitano), que ya recibió la formación teórica y práctica entre 2020 y 2021, permitirá contar con los recursos humanos necesarios para llevar a cabo la fase de pruebas dinámicas finales, que se divide en las marchas en blanco y simulaciones comerciales, así como la extensión de dichas pruebas a la totalidad de los diez kilómetros de la línea férrea Sevilla-Cádiz (entre Río Arillo y la estación término de Cádiz capital), que el tranvía compartirá con los servicios ferroviarios operados también por Renfe (Cercanías, medias distancias, Alvias…).
Hasta la fecha, las pruebas con unidades del flamante tranvía por la Red Ferroviaria de Interés General, en horario nocturno, se han acotado hasta el apeadero de Cortadura, es decir, circulando por seis de los diez kilómetros del tramo ferroviario. Igualmente, dentro del alcance de esta fase de pre-explotación, se abordarán también las pruebas de robustez, que consisten en someter a las unidades del tranvía a situaciones más críticas o de incidencias.
Según se detalla en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, este personal ha empezado a retomar de la misma forma las prácticas de regulación en el Puesto de Control Central (en Pelagatos) y de la conducción de las unidades del tranvía, que en las próximas semanas se irán intensificando para completar el proceso de reciclaje, previo a abordar las pruebas finales.
Este contrato, asimismo, incluye la adaptación de los medios, procedimientos y normativas a los resultados de las pruebas dinámicas, una vez se hayan desarrollado en su totalidad dichos ensayos antes descritos. También se da cobertura a la gestión de la seguridad y protección de la infraestructura, gestión de la seguridad operativa, coordinación operación del mantenimiento, cuyos contratos ya están formalizados y en curso y, en general, todas las actividades propias del operador de la línea previa al inicio de la esperada operación comercial.
LA JUNTA DE DERECHAS VENDE SU “IMPULSO” AL TRANVÍA
Esta misma semana, en el Consejo de Gobierno de la Junta celebrado de forma extraordinaria en Cádiz, en el Oratorio de San Felipe, la consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio aprovechaba para presentar un informe sobre el balance de la ejecución, trámites, autorizaciones y homologaciones del tranvía de la Bahía durante los tres años de legislatura del actual Gobierno autonómico de derechas.
En términos de consecución de la ejecución pendiente de esta infraestructura de transportes (que curiosamente el PP, que ahora presume de culminarla, años atrás recogía firmas en San Fernando y Chiclana en contra de su recorrido por los centros de ambas ciudades), durante la actual legislatura se han culminado todas las obras e instalaciones y sistemas que restaban por finalizarse (no eran muchas), destacando la construcción de la parada intermodal de Río Arillo, el enlace de las vías del tranvía con las del tren, y la subestación de acometida levantada en el polígono Tiro Janer en San Fernando, “cuyas obras ya han finalizado, restando sólo su legalización”.
Además, se han formalizado todos los contratos necesarios para el mantenimiento integral de esta línea 1 del tranvía, su puesta a punto y homologaciones. En total, entre 2019 y 2021 se han licitado, contratado e iniciado más de 26 contratos, incluyendo el último de pre-explotación. Y el pasado verano se autorizaba el inicio del expediente de contratación para la adjudicación del contrato de servicio público del tranvía con Renfe Viajeros.
Finalmente, la consejería de Fomento insiste en subrayar su “impulso al tranvía”, asegurando que ha logrado preservar la cofinanciación con fondos europeos al proyecto “por valor de 49 millones, pese a que la gestión del anterior Gobierno de la Junta (del PSOE) puso en riesgo la descertificación total de los fondos obtenidos con la declaración de gran proyecto Feder de septiembre de 2014, pues estaban condicionados a la puesta en servicio en abril de 2019”. Un objetivo que “resultaba inviable, a tenor de las obras que aún estaban pendientes de finalizar a principios de la presente legislatura, y al hecho de que aún restaban trámites, procedimientos y homologaciones que debían de recabarse, así como las últimas fases de las pruebas dinámicas”, se sostiene.
En global, la obra del tranvía de la Bahía y sus actuaciones asociadas (estaciones y apeaderos de autobuses -el de San Fernando, sigue cerrado y degradándose-, tramos de carril bici…), ha supuesto una inversión superior a los 200 millones de euros (la mayor parte, fondos europeos).