La dársena de La Cabezuela-Puerto Real, del Puerto de la Bahía de Cádiz, ha acogido el embarque de dos de las cuatro calderas productoras de vapor que se han montado en el muelle puertorrealeño en los últimos meses para una planta petroquímica de Hyundai en Vietnam.
La operativa, en la tarde del lunes, contó con el buque Donald, atracado en el muelle Sur de Cabezuela, que izó ambos equipos con la ayuda de la propia grúa del barco.
Dichas calderas, de grandes dimensiones, ha sido diseñadas por la ingeniería escocesa Wood y fabricadas por la empresa chiclanera Fibe, especializada en construcciones especiales relacionadas con la industria naval y tubos en general.
Los cuatro equipos comenzaron a construirse en el mes de enero y cuentan con unas medidas aproximadas de 12 metros de largo, 8 de ancho y 9 de alto, así como un peso de 203 toneladas en vacío y hasta 285 toneladas, llenas de agua.
Las calderas están diseñadas para una presión de trabajo de 56,4 Kg/cm2; presión de prueba de 84,6 kg/cm2, producción de vapor de 181,5 T/h. Están fabricadas en aceros de diferentes calidades, destacando los 46 mm de espesor del calderín de agua y los 86 mm del calderín de vapor.
Sus dimensiones obligaron a la empresa fabricante a buscar un espacio adecuado en el que montarlas, considerando óptimo el muelle de La Cabezuela, donde se ha producido el montaje desde febrero y desde donde son trasladadas por mar hasta su destino final.
Según remarca la APBC en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, esto confirma “la competitividad y ubicación estratégica del puerto gaditano para acoger operaciones y trabajos de cargas especiales”.
En este mismo sentido, desde principios de años se tiene cedido espacio en la nueva terminal de contenedores de Cádiz (todavía no operativa) para un proyecto de ensamblaje de ocho grúas con destino Tánger.
Mammoet, la empresa encargada de la realización de esta operación, ocupa alrededor de 60.000 metros cuadrados de estos nuevos suelos ganados al mar durante nueve meses. Las grúas están llegando en barco, en grupo de dos y desmontadas, procedentes de fábrica. Son descargadas y ensambladas tanto mecánicamente como eléctricamente en la propia terminal. Una vez ensambladas, las grúas se vuelven a cargar en barco de dos en dos, con destino al norte de África.