Navantia y Dianca han botado el buque GC-24 en el astillero venezolano de Puertocabello, el cuarto de los Buques de Vigilancia del Litoral y octavo de la serie que la empresa naval pública española ha construido para la Armada de Venezuela, todos los anteriores ejecutados en los astilleros de la Bahía de Cádiz. Este importante contrato firmado en 2005 ha supuesto 1.300 millones de euros y unas cinco millones de horas de trabajo tanto para Navantia como para las contratas gaditanas.
Navantia y Dianca han botado el buque GC-24 en el astillero venezolano de Puertocabello, el cuarto de los Buques de Vigilancia del Litoral y octavo de la serie que la empresa naval pública española ha construido para la Armada Bolivariana de Venezuela. La ceremonia de botadura estuvo presidida por la ministra de Defensa de Venezuela, almiranta en Jefe Carmen Meléndez, y el buque fue amadrinado por Elena Frías de Chávez, madre de Hugo Chávez, presidente de aquel país hasta su fallecimiento hace unos meses.
Todas las autoridades presentes en el acto se felicitaron por el buen progreso del programa de transferencia de tecnología que está ejecutando Navantia en el astillero Dianca (Diques y Astilleros Nacionales), que con este buque se inicia exitosamente como constructor naval militar.
El contrato de ocho patrulleros –cuatro de vigilancia del litoral y cuatro de vigilancia oceánica- fue firmado el 28 de noviembre de 2005 y contemplaba la construcción de las siete primeras unidades en Navantia –en los astilleros de la Bahía de Cádiz, ya acabados- y la última en Venezuela, bajo transferencia de tecnología de la empresa española. Dicha transferencia cubre un amplio espectro de actividades, tanto en el ámbito de la construcción naval, como en el de la operación y el mantenimiento de los buques, garantizando la autonomía del país en la gestión de su capacidad de defensa naval.
Este contrato por más de 1.300 millones de euros ha supuesto unas cinco millones de horas de trabajo, tanto a la propia Navantia como a la industria auxiliar de la Bahía de Cádiz
El patrullero botado ahora incorpora la última tecnología de defensa en su categoría, ofreciendo una unidad “muy compacta, eficiente y altamente automatizada”, según se señala en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz. Tiene 79,90 metros de eslora y capacidad para desplazar 1.500 toneladas y para alcanzar una velocidad máxima de 22 nudos.
Este buque podrá realizar diferentes misiones como vigilancia y protección de la zona litoral, protección del tráfico marítimo, asistencia sanitaria a otros buques, lucha contraincendios externo, lucha y control de la contaminación marina, transporte de personal y provisiones, operaciones de búsqueda y rescate, intervención rápida, apoyo a buceadores, defensa de superficie y guerra electrónica pasiva.