La asociación empresarial de la Industria Auxiliar Naval (IAN), miembro de la Federación de Empresas del Metal de Cádiz (Femca), ha mostrado su “intranquilidad” por la situación de incertidumbre y la preocupación existente en el sector ante la falta de carga de trabajo y la no confirmación de pedidos, tanto para 2022 como para el inicio de 2023.
Este sector, que depende principalmente de los astilleros públicos de Navantia y que dice ocupar a 15.000 trabajadores en la Bahía de Cádiz, asegura que, “mientras las dimensiones de los diques gaditanos admitirían carga, ésta se está derivando otros centros de trabajo o está pasando a ser denegada por los clientes y armadores”.
De este, en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, el centenar de empresas que forman la IAN apuntan que ya analizan las “posibles alternativas que será necesario adoptar con sus plantillas y sus activos en el corto y medio plazo” si persisten estas perspectivas de cero pedidos.
Este colectivo afirma que los Refit de cruceros, con los que se está trabajando con Navantia para abordar mejoras en la forma de afrontar los trabajos, “no es suficiente para poner en carga a todo el sector”, mientras la inestabilidad “desincentiva la inversión e impide el crecimiento empresarial que las tractoras exigen para participar en los grandes contratos”.
“Ahora es el momento de que se invierta en la formación de los trabajadores que saldrán de las plantillas, de manera que se actualicen y se adapten a la carga de trabajo que deba venir en un futuro, y de invertir para hacer crecer el número de trabajadores disponibles ese 30% que se viene defendiendo desde la IAN como incremento imprescindible para cambiar la forma de trabajar”, se añade.
La organización demanda igualmente ayudas para estas contratas, “ante el esfuerzo que deben realizar para mantenerse activas y con potencial para acceder a otros mercados y sectores”.
A dicha situación de incertidumbre esta asociación que engloba a la industria auxiliar naval gaditana añade factores como la necesidad de adaptarse a la reciente reforma laboral aprobada con el consenso de patronal y sindicatos mayoritarios, “en un sector muy intensivo en mano de obra, pero con una alta rotación impuesta por la dinámica de unos contratos discontinuos e inseguros”. Para estas empresas, el sistema de fijo discontinuo “es inaplicable”. Otro factor negativo son los costes de materiales y de los suministros, “que se están incrementando constantemente”.
En definitiva, se alerta de que el riesgo de desaparición de empresas del sector “es elevado”. Mientras hay un porcentaje de las mismas que van a sectores como renovables, yates y megayates o se dirigen otras zonas geográficas, se reconoce que “la mayoría depende aún en gran parte de su facturación con las tractoras de la Bahía en un escenario en el que el incremento de coste está siendo soportado exclusivamente por este tejido auxiliar”.