El obispo de Asidonia-Jerez, José Rico, y la diputada del PSOE por Cádiz en el Congreso y exalcaldesa jerezana, Mamen Sánchez, han mantenido una reunión para abordar la propuesta que el Ministerio de Hacienda, a través de la dirección de Patrimonio Nacional, ha realizado sobre el Monasterio de la Cartuja de Santa María de la Defensión de Jerez tras la salida de las Hermanas de Belén (por “no encontrar las condiciones favorables para su carisma de silencio, soledad y vida escondida”).
Habiéndose planteado la posibilidad de que se pudiera llevar a cabo una gestión directa de la Cartuja de Jerez (hasta ahora cedido mediante un convenio por Patrimonio del Estado al Obispado) y diversificar las actividades en el mismo, “el resultado ha sido satisfactorio”, resaltan desde el PSOE en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
La solución ofrecida desde el Ministerio de Hacienda es que este Bien de Interés Cultural (BIC) se afecte al Ministerio de Cultura para que, a partir de ahí, se pueda hacer una concesión al Obispado de Asidonia-Jerez que permita poder llevar a cabo los proyectos que tienen previsto, entre ellos, la apertura al público del monumento con una serie de servicios que lo hagan más atractivo, diversificando su uso: “siempre sin perder la esencia de la vida espiritual y religiosa y con un marcado objetivo como es proteger y conservar el rico patrimonio de la Cartuja”, se remarca.
Paralelamente al trabajo que hay que hacer desde el Ministerio de Cultura, también hay que anular el convenio actual que se tiene con Hacienda y algún que otro procedimiento. Cultura ya es conocedor de esta propuesta, tanto por Hacienda como por la información que le ha trasladado la diputada socialista. De esta forma, el Gobierno de España queda a la espera de que se realice por parte del Obispado una definición de lo que se pretende hacer con una valoración del coste del mismo y que se convoque una nueva reunión en el Ministerio de Cultura.
“EL ACTUAL CONVENIO ES UNA AUTÉNTICA LOSA, LIMITA MUCHO LA GESTIÓN”
Mamen Sánchez ha agradecido al Obispo de Jerez y a su equipo “su determinación y apuesta por asumir la gestión y la administración de la Cartuja, cuando hace unos meses salieron las monjas de Belén”. “Es importante conservar este lugar con la esencia de la espiritualidad de la vida contemplativa, pero también que sea un lugar abierto para poder disfrutar de este patrimonio, de su historia y de su emplazamiento”, ha señalado esta diputada nacional, que valora las intenciones de la Iglesia de apostar por “un nuevo renacimiento de la Cartuja”.
Para la exalcaldesa “es muy importante cambiar un convenio que es una auténtica losa para el Obispado porque limita mucho la gestión que se puede hacer del monumento”.
Finalmente, Sánchez se ha ofrecido al Obispo para en su condición de diputada “poder seguir ayudando a través del Gobierno central para que esta joya se convierta en un lugar de oración, pero también de encuentro”.
Por su parte, el obispo José Rico ha señalado que “la Diócesis de Asidonia-Jerez mantiene su firme compromiso con la Cartuja, para que siga siendo un referente de espiritualidad y cultura” y ha recordado que “ese objetivo solo se podrá cumplir con la ayuda y el acuerdo de las administraciones, local, autonómica y estatal”. Rico ha agradecido a Mamen Sánchez “sus gestiones ante la dirección de Patrimonio Nacional, propietario del conjunto monumental, y los ministerios de Hacienda y Cultura”.
UN CONJUNTO QUE DATA DEL SIGLO XV
En las inmediaciones del río Guadalete, y enclavado en un paraje rústico, la Cartuja de Jerez forma un recinto construido de tres hectáreas que se declaró Monumento Histórico Artístico en 1856 y, posteriormente, BIC. Su estilo inicial se corresponde con el gótico tardío y data del siglo XV.
Están consideradas de gran interés su portada renacentista, obra de Andrés de Ribera, así como la capilla de Santa María. También destaca la sillería del coro y el retablo mayor, realizado por Juan de Oviedo de la Bandera (1565-1625) y el pequeño claustro gótico, proyectado por Martínez Montañés. En el Museo de Cádiz se conservan numerosos cuadros de Zurbarán que pertenecieron a esta cartuja.
En 1810, con la invasión francesa, se inició la destrucción del conjunto formado durante los tres siglos anteriores. La proximidad del ejército francés obligó a los monjes a abandonar el monasterio para refugiarse en Cádiz, pero a su regreso lo encontraron desolado y saqueado, con desperfectos importantes, incluso en las edificaciones destinadas a alojamiento de tropas. Posteriormente, y con la desamortización de Mendizábal, se produjo el expolio total del conjunto.