El edificio terminal del aeropuerto de Jerez acaba de cumplir tres décadas de historia. La ejecución de este proyecto, que se inauguró al calor del crecimiento experimentado por el tráfico aéreo durante los años 80 del siglo pasado, requirió más de 2.700 millones de las antiguas pesetas de inversión (al cambio, ni 17 millones de euros) y 18 meses de obras. Supuso el pase de este aeródromo gaditano “a la modernidad”. Hoy día, tras haber superado el millón de pasajeros en los años pre-pandemia, trata de recuperar vuelos y viajeros.
El actual aeropuerto tiene sus orígenes en la Guerra Civil, como recurso levantado para dar sostén al ejército sublevado. En 1938 las flamantes instalaciones reciben el nombre de aeródromo Haya. Y en 1946 se abren al tráfico aéreo civil, nacional completo e internacional de turismo y escalas técnicas del tráfico comercial, aunque hasta 1968 no se emprenderían las obras de construcción de un terminal de pasajeros. Como uno de sus hitos, en 1975 la compañía Aviaco inauguraba la línea regular entre la provincia gaditana y Madrid. Desde esta fecha, el tráfico se fue consolidando poco a poco, por lo que en 1991, con la Expo de Sevilla muy cerca, se consideró la renovación de las instalaciones.
Desde Aena subrayan que el 7 de mayo de 1992 marcó “todo un punto de inflexión” en la historia de esta infraestructura. La puesta en servicio del nuevo terminal sentó las bases de lo que sería el desarrollo posterior del aeropuerto, que en 1993 dejaría de ser base militar (traslada sus efectivos a la base sevillana de Morón).
Este redimensionamiento también afectó a otras instalaciones, ya que, al aumentar la capacidad operativa, se generaron necesidades adicionales. Así, se construyó una nueva plataforma de estacionamiento de aeronaves, una central eléctrica, un parque para el servicio de extinción de incendios, una calle de rodadura –conecta la pista de vuelo con la plataforma donde estacionan los aviones- o un parking público para turismos y autobuses, entre otras dependencias. En los últimos años también se ha habilitado un apeadero de trenes que da un servicio mínimo al equipamiento.
A lo largo de estos treinta años, según relatan desde Aena en la información recogida por DIARIO Bahía de Cádiz, el terminal jerezano no sólo ha sido testigo de la transformación del sector aeronáutico, con la incorporación de nuevos actores y fórmulas para viajar en avión, sino también del propio concepto de aeropuerto: se ha evolucionado hacia otro “muy centrado en la experiencia del pasajero y de las compañías aéreas”, con servicios cada vez más segmentados “y sin perder de vista el compromiso con la sostenibilidad”.
En cuanto al tráfico, en tres décadas han transitado por el aeropuerto cerca de 24,5 millones de pasajeros y 970.000 vuelos. Si entre 1992 y 1993 todas las rutas que se operaban eran nacionales, en 2019, justo antes de que estallara el Covid-19 y lo torciera todo, las conexiones (regulares y chárter) llegaban a 25 destinos, de los que casi una veintena eran extranjeros (sobre todo enlaces con Alemania).
SEGUNDA AMPLIACIÓN
Entre 2000 y 2007, en la antesala de la anterior crisis-estafa, este aeródromo gaditano vivió una época dorada. La favorable coyuntura económica y el auge del transporte aéreo tras la liberalización de este sector contribuyeron a que el tráfico se multiplicase por dos en ese periodo y alcanzara su récord histórico: más de 1,6 millones de pasajeros y 50.374 vuelos.
Este escenario planteó la necesidad de acometer un proyecto de mejora, que diera a las instalaciones capacidad suficiente para absorber un supuesto crecimiento futuro. Dicho proyecto abarcaría, además de una ampliación del edificio terminal, otras actuaciones de calado en el campo de vuelo. Gracias a ello, y a una inversión cercana a los 80 millones de euros, el aeropuerto afrontó entre 2005 y 2010 la segunda transformación más importante de su existencia, alcanzando capacidad operativa para atender a cerca de 2,5 millones de pasajeros anuales, una cifra hoy inimaginada.
DE CRISIS EN CRISIS
Y es que la evolución de las estadísticas desde entonces se ha visto alterada por dos circunstancias que Aena considera “coyunturales”: la crisis-estafa internacional de 2008 y el estallido del coronavirus en marzo de 2020.
De hecho, la pandemia ha supuesto para el aeropuerto de Jerez la pérdida de casi el 81% del tráfico, al cerrar 2020 con poco más de 216.000 pasajeros. Las diferentes olas de esta crisis sanitaria y las restricciones a la movilidad derivadas de ella fueron retrasando el inicio de la recuperación hasta abril de 2021, cuando comenzó a apreciarse un lento cambio de tendencia.
Así, el pasado ejercicio se cerró con 438.202 usuarios (el 39% de los que había en 2019). La progresiva incorporación de conexiones, ha impulsado esa cierta recuperación y en el primer trimestre de este 2022 (último dato disponible), los viajeros ya se han cuadriplicado respecto al mismo periodo de 2021, al alcanzarse los 93.658.
Atendiendo a estos registros, el aeropuerto gaditano ha recuperado el 55,6% de la actividad que tenía en el primer trimestre de 2019. Y previsiblemente, ese porcentaje irá en aumento. Al menos así se refleja en la programación de la temporada de verano, que arrancó el 27 de marzo y se prolongará hasta el último fin de semana de octubre. En concreto, las aerolíneas han ofertado para ese periodo 784.000 asientos y más de 4.800 vuelos. Ya equivalen al 80% de los registros del verano pre-pandemia, “lo que refleja la creciente confianza de las aerolíneas en la proyección del destino al que sirve el aeropuerto”, se sentencia.