CRÍTICA. La Orquesta Filarmónica de Málaga, bajo la dirección de Michael Thomas, ofreció el pasado 1 de noviembre un concierto en el Teatro Villamarta con un programa centrado en obras de Shostakovich y Beethoven. Espectáculo que inicia el ciclo Lírico-musical de la Temporada 2014/2015 del coliseo jerezano.
Tuvimos ocasión de escuchar a Víctor García en las ‘Noches Clásicas’ gaditanas de este verano y la muy buena impresión que dio se confirmó en Jerez, incluso mejoró, con el Concierto nº 1 de Shostakovich. Si se recuerda que el compositor ruso tuvo en mente al eximio chelista Mstislav Rostropovich, compañero de estudios y amigo, para la interpretación de su primer concierto para violonchelo, puede darse uno idea del reto asumido por el joven violonchelista García con esta pieza.
La Sinfonía Concertante, opus 125 de Prokofiev, tuvo mucha influencia en la preparación de esta obra. No por casualidad, fue el mismo Rostropovich quien animó a Prokofiev, siendo su secretario en el Conservatorio de Moscú, para que la completara y puede que ejerciera alguna influencia también en Shostakovich para la formalización de este Concierto nº 1. La obra se estrenó en 1959 en la ciudad de Leningrado; hay que recurrir a los estudiosos del compositor ruso para conocer la importancia de las alusiones melódicas contenidas en esta pieza, incluye canciones favoritas del dictador Stalin, para valorar también la fuerte carga irónica y crítica de esta pieza, mucho más apreciable en su época en el contexto político del momento en Rusia.
Como en el pasado verano, en el Villamarta Víctor García dejó asombrado por su excelente técnica con la mano izquierda, con la que desplegó toda suerte de recursos técnicos. Sigo pensando que le convendría mayor largura y profundidad en el arco, pero tiene un prometedor camino por delante para llegar a ser una gran figura.
No hay que olvidar tampoco la importancia de la trompa en este concierto, por lo cual los méritos de la brillante interpretación del Concierto para violonchelo son compartidos con el chelo solista. Méritos que se extienden a la segunda parte del concierto, incluyendo toda la sección de vientos, donde asumieron un rol más relevante de lo habitual.
Al contrario que la pieza anterior, rara vez incluida en el programa de conciertos de las grandes orquestas, la ‘Heroica’ beethoviana se incluye en el canon concertístico de la mayoría. Una de las razones es porque muchos ven en esta obra el inicio del romanticismo musical, a partir de la ruptura formal de la sinfonía tradicional establecida en la época clásica. Lógicamente, hay tantas versiones de la ‘Heroica’ como directores y la valoración de cada interpretación varía según gustos. A mi juicio, el director Michael Thomas primó la flexibilidad y fluctuación de la melodía sobre la contundencia dinámica que otros potencian. Pocas veces marcó el director las dinámicas fortísimas que tanto se aprecian en Beethoven, dejando esta función en las marcas enfáticas de la melodía, ritmo y cambios dinámicos sin forzar, que dio la falsa impresión de edulcorar la obra beethoviana. Las cuerdas incluso sonaron con una coloratura recortada, por lo que el punto focal sonoro se desplazó a toda la gama de vientos, sobradamente solventes en el despliegue de matices melódicos y dinámicos de esta obra.
No hubo propina al final del concierto, a pesar de las repetidas aclamaciones del público, que obligó a salir varias veces al director de la orquesta, Michael Thomas. DIARIO Bahía de Cádiz Francisco Mesa
FICHA DEL CONCIERTO:
Orquesta Filarmónica de Málaga
Michael Thomas, director. Victor García, violonchelo, artista invitado. Programa: 1ª Parte.- Dmitri Shostakovich (1906-1975) Concierto nº 1 para violonchelo Op. 107 (Alegretto / Moderato [Cadenza] / Alegro con motto) 2ª Parte.- Ludwig van Beethoven (1770-1827) Sinfonía nº 3 en mi bemol mayor, op. 55 “Heroica” (Allegro con brio / Marcia funebre / Scherzo / Finale).
Lugar y día: Teatro Villamarta de Jerez, 1 de noviembre de 2014. Asistencia: lleno.