La hembra de lince ibérico que dio el primer impulso al programa de cría en cautividad, y que en 2014 regresaba al Zoobotánico de Jerez, ha fallecido por causas naturales después de “una vida longeva y productiva en la lucha por la supervivencia de esta especie”. Se considera a Saliega un claro exponente de la función que cumplen los zoológicos en la conservación de especies por medio de la reintroducción de ejemplares en la naturaleza.
Hace algo más de cinco años, este ejemplar regresaba a las instalaciones jerezanas (de gestión municipal), una vez finalizada su etapa como ejemplar reproductor del programa de cría del lince ibérico y tras sufrir tumores en las mamas que fueron eliminados para prolongar su vida pero que impedían su futura reproducción. A partir de entonces ha estado a la vista del público para apoyar el programa educativo paralelo a la recuperación ex situ del felino más amenazado del planeta.
Pero la relación de Saliega con el Zoobotánico de Jerez había comenzado mucho antes: llegó por primera vez a sus instalaciones en abril de 2002 con apenas 764 gramos de peso procedente de la población de lince ibérico de Sierra Morena, para pasar a formar parte del programa de conservación de esta especie.
Fue el tercer cachorro de una camada; las posibilidades de supervivencia de los terceros o cuartos cachorros en libertad son muy pocas por lo que fue sacada de la camada y llevada al zoo gaditano donde se crió junto a otro lince hembra procedente de Doñana, Aura. “Nadie podía imaginar en aquel momento que ese pequeño animal de menos de un kilo fuera a aportar tanto conocimiento a la conservación de una especie”, resaltan desde el Zoobotánico en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Desde Jerez, pasaron al Centro de Cría en Cautividad del Acebuche, en el Parque Nacional de Doñana, en enero de 2003. Saliega dio a luz a la primera camada de lince ibérico en cautividad: en marzo de 2005 nacieron Brecina, Brezo y Brisa, de los que sobrevivieron los dos últimos.
“HITO EN LA CONSERVACIÓN DEL LINCE IBÉRICO”
El nacimiento de Brezo, Brecina y Brisa marcó un “auténtico hito” en la conservación de este felino en peligro crítico de extinción. Saliega se convertía así en la primera hembra en dar a luz en este programa de conservación.
Su buena capacidad reproductora y su gran instinto maternal han convertido a este ejemplar en todo un icono gracias al cual se han conocido aspectos tan significativos como el periodo de peleas que sufren los cachorros de lince ibérico, la peculiar fisiología reproductora de esta especie o las técnicas de manejo en cautividad más apropiadas.
En 2014, finalizó su etapa reproductora tras siete campañas de cría exitosas y comenzó una nueva vida contribuyendo a la conservación de su especie desde la instalación de exhibición en Zoobotánico de Jerez a través de la sensibilización y concienciación social.
Aquí, se afirma, “ha tenido una buena calidad de vida y ha cumplido con su papel de embajadora de la especie”, hasta que, hace unos días, su corazón le fallara a los 17 años de edad, superando la esperanza de vida media de la especie.
Muchos de sus hijos han permanecido en el programa, entre ellos Castañuela, la hembra reproductora en el Zoobotáncio jerezano. Muchos de sus nietos, incluyendo seis nacidos en Jerez han sido liberados en los diferentes proyectos de reintroducción que hay en marcha, con lo que los descendientes de Saliega “campan ahora en libertad en todos los rincones de la península ibérica donde está presente la especie”.
“La contribución de este ejemplar ha sido fundamental para revertir la crítica situación de este felino y transformarla en un esperanzador futuro”, se sentencia.