Los últimos lagares que venían funcionando en el Marco de Jerez han comunicado esta semana el cese de actividades al Consejo Regulador, con lo que formalmente ha dado por concluida totalmente la vendimia 2024 en la Denominación de Origen, que se iniciaba progresivamente a principios de agosto.
Ya hacía un par de semanas que la actividad había bajado de forma significativa, tras el cierre de las actividades de molturación en las principales cooperativas y bodegas, y tan sólo quedaban por recogerse las producciones de algunas parcelas singulares y las uvas en proceso de asoleo, fundamentalmente de la variedad pedro ximénez, para la elaboración de vinos dulces naturales.
El balance final de la campaña “devuelve la producción de uva a los niveles previos a la sequía que desde 2019 está afectando de manera severa al viñedo del Marco”, se señala en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Dos son los factores principales que han incidido en esta recuperación: por una parte, y aunque se sigue aún por debajo de la media histórica en términos de pluviometría (en el entorno de los 600 litros por metro cuadrado y año), “puede decirse que a lo largo del año agrícola 2023/2024 ha llovido bastante y, sobre todo, que las lluvias se han distribuido bien temporalmente”. Las cantidades recogidas se han situado en una horquilla entre los 480 y los 550 litros por m2, con un otoño y un invierno menos lluviosos de lo habitual, pero con una primavera en la que cayeron casi 200 litros de media: “estas aguas de marzo y abril, junto con la extraordinaria capacidad retentiva de la humedad de nuestras tierras albarizas, han tenido un efecto muy positivo sobre las cepas”.
Por otra parte, en términos generales, la provincia gaditana ha disfrutado de un verano relativamente suave, con frecuentes e intensas rociadas nocturnas y con muy pocos días de vientos de levante. “Como es sabido, el viento del este, relativamente frecuente en nuestra zona, contribuye a reducir el peso de la uva al provocar una pérdida del contenido en agua en las mismas”, se anota. Estas condiciones han propiciado una maduración muy gradual del fruto, un mayor peso de los racimos y un contenido en azúcar algo menor de lo habitual, alcanzándose finalmente una graduación media de 11,13º Baumé.
El estado sanitario de la uva, además, ha sido óptimo. Las enfermedades habituales de la zona han respetado este año a las viñas, a excepción de algunos brotes de oidio en las zonas costeras y algo de mosquito verde en los viñedos más cercanos al Guadalquivir. En todo caso, “la permanente vigilancia y la atención de nuestros viticultores ante estas circunstancias ha asegurado finalmente una vendimia sana y de excelente calidad”.
“UN 25% MÁS DE COSECHA QUE EN 2023”
En total han sido 32 las instalaciones registradas en el Consejo Regulador que han recibido y procesado la uva procedente de las 6.873 hectáreas de viñas registradas en las denominaciones de origen Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda y Vinagre de Jerez; prácticamente la misma superficie que en la vendimia precedente (que implica a casi 1.500 titulares y más de 2.000 explotaciones desde Sanlúcar a Chiclana).
La producción total 2024 ha ascendido a 62,5 millones de kilos, lo que supone un aumento del 25,4% respecto a la cantidad recogida en 2023, “y la vuelta a producciones medias más cercanas a lo habitual en la zona”, se reitera.
Desde el 27 de julio, fecha en la que empezó sus actividades el primero de los lagares inscritos, hasta el 17 de septiembre, el Consejo Regulador ha mantenido el habitual operativo de vendimia para el control de la recolección y el trasporte de la uva. Como en años precedentes, se ha contado además con la colaboración de la Guardia Civil, “con el fin de asegurar el cumplimiento de lo establecido en la reglamentación de las denominaciones y, en última instancia, para garantizar a los consumidores la autenticidad de los vinos y vinagres amparados por nuestras denominaciones”, se sentencia.