La Cartuja de Jerez cuenta desde hace unos días con nuevas dependencias rehabilitadas, en concreto el ala norte del claustro grande. En los últimos 24 meses el Ministerio de Fomento ha invertido en estos trabajos de restauración más de 1,6 millones de euros.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, junto a una amplia comitiva de políticos del PP, su partido, recorría el pasado viernes 15 el ala del monasterio donde se ha realizado la obra y el resto del conjunto arquitectónico. Le acompañaron el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Agustín Muñoz; el obispo de la Diócesis de Jerez, José Mazuelo Pérez; el jefe de área del programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico del Ministerio de Fomento, Manuel Valdecantos; los delegados de la empresa pública Tragsa en Andalucía y Cádiz, Sebastián García e Ignacio Campos; así como técnicos que han explicado los detalles de los trabajos.
“Esta rehabilitación ha sido posible gracias a la sensibilidad y el compromiso firme del Ministerio de Fomento por preservar el valor y la belleza de la arquitectura andaluza”, resaltaba Sanz tras afirmar que la Cartuja de Jerez “es un edificio irrepetible, puesto que fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1856, es Bien de Interés Cultural (BIC) y constituye el conjunto monumental de mayor valor artístico de la provincia de Cádiz”.
Estas últimas obras de rehabilitación en la Cartuja, que han sido ejecutadas por la empresa Tragsa y comenzaron en diciembre de 2015, se han centrado principalmente en la zona del ala norte del claustro grande “debido al alto grado de deterioro que presentaba y que ya fue objeto de una intervención en 1984 para evitar su derrumbe”.
Según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, los trabajos han consistido en la adecuación de diferentes espacios para su uso como dependencias para las hermanas que viven en el monasterio. En concreto, se han habilitado 15 habitaciones, nueve en la planta baja –con espacio murado aledaño a cada una de ellas para huerta o jardín- y seis en la planta alta –con terrazas individuales-.
La ejecución de las obras se ha realizado en el mismo espacio que originariamente ocuparon las antiguas celdas cartujanas, por lo que se ha aprovechado la estructura ya existente y los restos murados en la nueva edificación. Además, los trabajos también han servido para intervenir en la galería norte.
Tras destacar el “buen resultado” de la obra, Antonio Sanz ha incidido en que el proyecto de recuperación ejecutado en la Cartuja de Jerez “es una muestra más del firme compromiso y la apuesta del Gobierno central por la preservación del inmenso patrimonio monumental y cultural de Andalucía”, que desde 2012 ha recibido unos 50 millones de euros de Fomento en proyectos de restauración, consolidación y rehabilitación de edificios y monumentos históricos en diversas provincias.
Esta inversión se ha materializado a través de los dos principales programas que el Gobierno de Rajoy dedica a este tipo de actuaciones: el Programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico, que consiste en la financiación de obras relevantes con los presupuestos propios del Ministerio de Fomento, como ha sido el caso del proyecto de reconstrucción en la Cartuja de Jerez; y el programa del 1,5% Cultural, de obligado cumplimiento para garantizar la conservación y promover el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico español.
UN MONASTERIO DEL SIGLO XV
En las inmediaciones del río Guadalete, y enclavado en un paraje rústico, la Cartuja de Jerez forma un recinto construido de tres hectáreas que se declaró Monumento Histórico Artístico en 1856 y, posteriormente, Bien de Interés Cultural (BIC). Su estilo inicial se corresponde con el gótico tardío y data del siglo XV.
Están consideradas de gran interés su portada renacentista, obra de Andrés de Ribera, así como la capilla de Santa María. También destaca la sillería del coro y el retablo mayor, realizado por Juan de Oviedo de la Bandera (1565-1625) y el pequeño claustro gótico, proyectado por Martínez Montañés. En el Museo de Cádiz se conservan numerosos cuadros de Zurbarán que pertenecieron a esta cartuja.
Actualmente son las monjas de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno las que continúan la tarea que durante más de cinco siglos han llevado a cabo los padres cartujos.
En 1810, con la invasión francesa, se inició la destrucción del conjunto formado durante los tres siglos anteriores. La proximidad del ejército francés obligó a los monjes a abandonar el monasterio para refugiarse en Cádiz, pero a su regreso lo encontraron desolado y saqueado, con desperfectos importantes, incluso en las edificaciones destinadas a alojamiento de tropas.
Posteriormente, y con la desamortización de Mendizábal en 1836 (una serie de expropiaciones de bienes y tierras de la Iglesia), se produjo el expolio total del conjunto.