CGT ha denunciado ante la Inspección de Trabajo la situación en que se encuentran las instalaciones del IES Fernando Quiñones de Jerez, ya que “incumplen los requisitos mínimos establecidos para los centros educativos”. La anunciada construcción de un nuevo edificio “nunca acaba de producirse” y el proyecto presentado “ni siquiera serviría para solucionar todas las carencias”: seis aulas prefabricadas, numerosas barreras arquitectónicas, aseos insuficientes, profesores hacinados en su sala, carece de un gimnasio adecuado…
El sindicato de enseñanza de la CGT en Cádiz ha denunciado ante la Inspección de Trabajo la situación en que se encuentran las instalaciones del IES Fernando Quiñones de Jerez, ya que “incumplen los requisitos mínimos establecidos para los centros educativos por el Real Decreto 132/2010, de 12 de febrero”.
Desde hace tiempo está prevista la construcción de un nuevo edificio, pero este todavía no tiene fecha de inicio, “a pesar de que la delegación territorial de Educación prometió en su momento que en septiembre de 2015 iba a estar ya terminado”.
Se trata de un antiguo colegio reconvertido a instituto de enseñanza secundaria sin haber realizado en ningún momento la adaptación de sus instalaciones. Además cada año asume un mayor número de alumnado “y la situación ya es insostenible”, afirman desde CGT en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Actualmente, tiene en el patio seis aulas prefabricadas “que dan un aspecto al centro tercermundista”, además de las consecuencias que esto tiene a la hora de dar clases (elevadas temperaturas, escuchar la clase de al lado debido a las paredes tan finas, humedades, etc…).
Por otro lado, la sala de profesores “no es adecuada al número de profesores del centro”, ya que estaba pensada para los 20 que había cuando se construyó el edificio y en la actualidad son más de 60 profesores “lo que provoca un hacinamiento extremo”.
Los aseos tampoco son adecuados al número de chavales, ni están adaptados a personas con discapacidad. Hay muy pocos servicios en el centro para tantos alumnos y sólo uno está adaptado para discapacitados.”Lo que es especialmente grave en un centro de trabajo en el que hay dos profesores discapacitados y pueden escolarizarse alumnos que presenten problemas de movilidad”, se agrega.
Asimismo, este edificio presenta numerosas barreras arquitectónicas que dificulta la movilidad a las personas discapacitadas. La única forma de acceder a las dos plantas superiores son las escaleras, al no disponer de ningún ascensor.
No tiene un espacio propio de biblioteca, “ya que la sala que se denomina así es a la vez aula de convivencia, aula del ciclo de cocina, clase cuando todas las demás están ocupadas, etc., por lo que no puede cumplir con su función de biblioteca”. Y del mismo modo, carece de un gimnasio adecuado: “sólo existe una pequeña sala fuera del edificio principal de 8,13 metros de ancho x 12,60 metros de largo. Espacio que se usa para la clase de educación física cuando llueve, con la única utilidad de resguardarlos de la lluvia ya que es imposible dar una clase con 30 alumnos en ese espacio”.
En el proyecto de construcción de un nuevo edificio, “del que no se sabe fecha aún”, insiste este sindicato, no se prevé la construcción de un gimnasio y además se va a construir donde actualmente se sitúa la pista de baloncesto, “sin que se garantice que se va a construir una nueva, lo que empeoraría aún más las condiciones para enseñar la materia de educación física y restringiría aún más las posibilidades de hacer deporte en el centro (se ha hablado del espacio que hay detrás de la pista de futbol sala)”. Ya en la actualidad hay algunas horas de la materia de educación física que se tienen que impartir fuera del centro por falta de espacio “por lo que esto se agravaría aún más”.
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