Dos son los lagares que ya vienen trabajando en el marco de Jerez en la molturación de uva palomino, con destino a los productos acogidos a las Denominaciones de Origen, tanto de vino como de vinagre. Y en breve se abrirán otros tres lagares, con lo que la vendimia se generalizará a partir de entonces, al menos en este término municipal. En términos de previsiones, todo parece indicar que será una cosecha notablemente inferior a la de 2013, en la que se obtuvieron producciones record.
Dos son los lagares que desde comienzos de esta semana vienen trabajando en el marco de Jerez ya en la molturación de uva palomino, con destino a los productos acogidos a las Denominaciones de Origen, tanto de vino como de vinagre. Por otra parte, en el Consejo Regulador figuran ya otras tres solicitudes de apertura de lagar para los próximos días, en todos los casos pertenecientes a bodegas jerezanas, con lo que puede decirse que la vendimia se generalizará a partir de entonces, al menos en este término municipal.
Las labores de corta comienzan siempre en los pagos del interior, en los que las condiciones mesoclimáticas provocan que la uva alcanza antes su grado óptimo de madurez.
La primera uva que está llegando a los lagares presenta “un aspecto magnífico y un alto grado de sanidad”. El contenido en azúcar registrado está siendo además relativamente alto, “y ello a pesar de encontrarnos aún en la primera parte de agosto y con unas condiciones climatológicas en las que predominan las temperaturas muy suaves y las frecuentes blanduras de poniente”, explican desde el Consejo Regulador en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
El fruto ha ido madurando a un ritmo ligeramente adelantado con respecto a otros años, sin que haya hecho falta el efecto de concentración que habitualmente aportan los vientos secos de levante para que se alcance el nivel mínimo reglamentario de 10,5º Baumé, “al menos en los pagos que están siendo vendimiados”.
Las condiciones meteorológicas a lo largo del año agrícola que ahora acaba han estado marcadas por un bajo nivel de lluvias. De acuerdo con los datos de la Aemet, la pluviosidad media en la zona ha ascendido a algo más de 360 litros por metro cuadrado, caídos principalmente en octubre y en los meses de invierno, con una primavera relativamente seca. Con un cuajado en muchos casos deficiente, a principios del verano había cierta preocupación tanto por casos disperso de oídio como de polilla del racimo, que en su gran mayoría han sido adecuadamente tratados.
PREVISIONES
En términos de previsiones, todo parece indicar que será una cosecha notablemente inferior a la de 2013, en la que se obtuvieron producciones record. Frente a la media de más de 11.800 kilos por hectárea obtenida en la pasada vendimia, las estimaciones realizadas por distintas asociaciones y por el propio Consejo, así como los datos reales obtenidos en las viñas ya vendimiadas arrojan un diferencial de entre el 20 y el 30% menos para la vendimia 2014.
En todo caso, se advierte, “es evidente que nos encontramos aún en los primeros pasos de la campaña”. Hay que tener en cuenta además que en esta vendimia se incorporarán las 525 hectáreas que hasta el año pasado dedicaban la uva íntegramente a la obtención de mosto concentrado rectificado. Así, la totalidad del censo actual de viñedo de la Denominación, unas 6.900 hectáreas, se dedicarán a uva para vinificación. “Ello permite situar las previsiones de cosecha en el entorno de lo 60 millones de kilos de uva”.
Como es habitual en estas fechas, el Consejo Regulador pone en marcha un dispositivo especial de control y vigilancia, para asegurar el correcto desarrollo y registro de la vendimia.