Una veintena de organizaciones sociales de Jerez, junto a Ecologistas en Acción, no se resignan a dejar pasar la “oportunidad” que para el desarrollo de la localidad y de diferentes núcleos rurales supondría la construcción del sendero fluvial del Guadalete: “es una reivindicación histórica de la sociedad jerezana que lleva años intentando recuperar lo que en otro tiempo fue una de las zonas de esparcimiento y disfrute más populares”, se recuerda.
Un proyecto que hasta hace unos meses se planteaba hacer realidad al fin recurriendo a fondos europeos de la ITI de Cádiz (unos 3,7 millones de euros), pero finalmente la Junta de Andalucía, con gobierno de derechas, optaba por descartarlo alegando que no estaban disponibles todos los suelos, algo que le rebatía el Ayuntamiento (con gobierno del PSOE), que ve que “se está castigando a los jerezanas por motivos políticos”.
Más allá del cansino rifirrafe PP-PSOE, Ecologistas tiene elaborado desde hace unos meses una propuesta de sendero “realista y fácilmente ejecutable”, incidiendo en que su realización “contribuiría a la recuperación ambiental, económica y laboral de la zona”. Un documento como base sobre la que recoger las aportaciones de otros actores implicados.
“Convencidos de la potencialidad ambiental, deportiva, cultural y económica del río Guadalete creemos que es más necesario que nunca que la sociedad jerezana junto a todas las fuerzas políticas empujemos en la misma dirección”, se apostilla. Y junto a casi una veintena de colectivos ha remitido un documento a todos los partidos con representación municipal para, “con el apoyo de estos”, promover ante la Junta y el propio Ayuntamiento la ejecución del mismo.
TRES FASES
De este modo, según se ha trasladado a DIARIO Bahía de Cádiz, asociaciones, sindicatos, delegaciones de alcaldía de barriadas rurales y empresas se unen en torno a este proyecto de sendero fluvial en el río Guadalete. Sobre la idea de poner en marcha una actuación “realista”, se persigue formular un acuerdo social por el proyecto que se llevaría a cabo en tres fases.
En la primera (la actual), a partir del resultado del proceso de información y participación de los diferentes agentes sociales de la ciudad se ha redactado una propuesta de sendero que constituye el documento de acuerdo o la propuesta social “que representa la base para la redacción del proyecto, define los objetivos y los principios y orientaciones sobre los que se debería llevar a cabo, garantizando la participación de la ciudadanía en la elaboración de la propuesta y en la ejecución parcial de la misma”.
La propuesta social debe concluir con un acuerdo entre la consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y el Ayuntamiento jerezano “en el que se concrete la manera en la que se podrá llevar a cabo el proyecto, asumiendo responsabilidades, funciones, tareas y plazos”. Para ello, se propone la firma de un convenio de colaboración y la creación de una oficina técnica y de participación formada por técnicos de las administraciones y representantes de los agentes sociales y económicos.
La segunda fase representaría los trabajos de diseño del proyecto del sendero e incluiría, además de los trabajos técnicos necesarios, un proceso de participación activa y la creación de una comisión de redacción para realizar el seguimiento y control de la redacción del proyecto.
Y la tercera fase englobaría los trabajos de ejecución del sendero. En este punto, las organizaciones sociales promotoras lanzan la idea de que dicha ejecución “pueda ser cooperativa”; es decir, pueda ser ejecutada por la Junta, el Ayuntamiento o trabajos de voluntariado social.
“EL USO CIUDADANO DEL ESPACIO NO TIENE VUELTA ATRÁS”
La sociedad jerezana lleva décadas reclamando la recuperación del río Guadalete y la adopción de medidas que permitan el uso público de este espacio: “uso público en el amplio sentido del término: ocio, deporte, educación, cultura, ciencia, etc., que cree empleo sostenible y aumente la calidad de vida de los vecinos”.
En la zona se han realizado importantes inversiones tanto públicas (Centro de Santa Teresa, Molinos de La Corta, recuperación del entorno del puente de Cartuja, supresión del Azud de La Corta, Monasterio de la Cartuja, etc.) como privadas (establecimientos de restauración, centro de piragüismo, etc.); se ha llegado a un acuerdo con el Obispado; se ha descubierto un yacimiento arqueológico de enorme importancia; y se ha comenzado un uso ciudadano del espacio “que no tiene vuelta atrás”.
Así, el anuncio de la ejecución de un itinerario peatonal y ciclista que uniría El Puerto de Santa María y Jerez, financiado con fondos ITI, “ilusionó a todas las organizaciones, vecinos y ciudadanos que vienen demandando este tipo de actuaciones”. Pero “al parecer, por diversos motivos este proyecto se ha frustrado dejando perder una inversión millonaria que crearía empleo y riqueza en una zona tan necesitada de ello”, se lamenta.
Y de ahí, esta nueva propuesta, que además de Ecologistas en Acción, viene arropada por: Asociación Amigos del Jerez de los Árboles; Asociación de Antiguos Scouts y Guías de la provincia de Cádiz; Asociación Grupo Scout Kenya; Asociación Profesional Patrimonio Histórico-Arqueológico de Cádiz; CCOO, CGT y UGT; las Alcaldías de La Corta, Lomopardo y Los Albarizones Ecoherencia; Genatur; GIEX Grupo de Investigaciones Espeleológicas Jerez; Sociedad Gaditana de Historia Natural; Tempul; y la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad.
“CUATRO KILÓMETROS DE UNA GRAN VERSATILIDAD”
El reformulado proyecto de sendero que se propone, se apoya, básicamente, en ideas como: la disponibilidad de los terrenos afectados (“ninguno de los tramos depende de terceros -Adif, regantes, particulares- por lo que, a efectos de gestión, la opción propuesta no plantea problemas”); un recorrido cómodo y accesible; muy bien conectado; para el ocio, el deporte y el uso público (“puede servir, sobre todo, para que volvamos a encontrarnos con el río, después de décadas de abandono y olvido”); incluye buena parte de los elementos patrimoniales más relevantes de los ligados al río en el entorno de la vega baja; cargado de valores simbólicos (“el paseante atraviesa por lugares ligados a los paisajes, la historia y los usos del río por los habitantes de los enclaves ribereños y de la ciudad”); discurre por un rico patrimonio natural; supone un nexo de unión en el Jerez rural (La Corta, Los Albarizones y Lomopardo, en principio); y las obras de infraestructura se plantean de fácil ejecución.
El sendero que se propone tiene un recorrido total de 4 kilómetros entre sus tres tramos, cuyo trazado y accesos en distintos puntos lo dotan de una gran versatilidad.
El primero de estos tramos, entre La Corta y el Monasterio de Cartuja (1 km) contaría con aparcamientos en ambos extremos, al igual que el segundo, comprendido entre el Monasterio y el Puente de Cartuja (1, 5 km). Este tramo puede incluir dos pequeñas variantes. Una de ellas conduciría desde los bajos del puente de la autopista Sevilla-Cádiz hasta la desembocadura del Salado por la orilla derecha del río (200 m) y la otra variante discurriría desde estribo del puente de Cartuja hasta la desembocadura del Salado por la orilla izquierda (500 m). El tercero de los tramos, cuyo trazado discurriría entre el Puente de Cartuja y el meandro del río en Lomopardo (1,5 km) sería necesariamente de ida y vuelta.
La longitud total del itinerario, con las paradas oportunas, puede realizarse cómodamente en una hora y media, admitiendo, como se ha visto, diferentes posibilidades de recorrido parcial o de ida y vuelta combinando diferentes tramos.