La implantación en Jerez de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) “será un reto y seguiremos el modelo que han seguido otros ayuntamientos de España”, ha avanzado estos días el concejal de Servicios Públicos, Jaime Espinar, al tiempo que ha dejado claro que se hará obligado y no por voluntad del Gobierno local del PP.
“Reiteramos lo que ya veníamos diciendo. Este Gobierno no es partidario de tomar medidas exacerbadas, estas zonas se imponen con un criterio objetivo con el número de habitantes, pero se pueden modular en función de las circunstancias de cada ciudad, porque la situación de Jerez en cuanto a contaminación es distinta a otros municipios”, opina este edil de derechas.
En este sentido, el Consistorio jerezano señala que implantará esa Zona de Bajas Emisiones sobre la base de dos premisas: “la situación actual del centro en cuanto a movilidad se refiere y los datos de contaminación que tenemos”.
En cuanto a la primera de ellas, la situación del centro “con calles peatonales, viales de prioridad peatonal, y zonas restringidas a residentes, hace de Jerez una ciudad que ya cuente con una zona de bajas emisiones, pero sin el control necesario para una limitación que ya existe desde hace años”; y la segunda premisa será la situación de contaminación atmosférica ya que “la Junta de Andalucía, cuando detecta datos adversos, avisa al Ayuntamiento para que tome medidas, y en los últimos tres años no ha habido ninguna notificación al respecto, por lo que no tenemos un indicativo que nos haga tomar decisiones restrictivas y contundentes respecto al tráfico”, ha insistido Espinar.
DOS ZONA DE BAJAS EMISIONES, SIN APENAS NOVEDADES
De este modo, según la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, se proponen dos zonas diferencias dentro de la Zona de Bajas Emisiones de esta localidad gaditana. La primera se corresponderá con la zona más comercial, el núcleo central del casco antiguo. “La diferencia es que ahora se hará un control más exhaustivo y el acceso no será por etiquetas medioambientales sino por permisos; se trata de limitaciones que ya existen excepto para residentes, transporte público, carga y descarga”, se advierte. A este respecto “se tendrán en cuenta todas las circunstancias que pueden concurrir sobre estos supuestos, pudiéndose expedir permisos extraordinarios” ya que la vigilancia se hará a través de cámaras y el control de matrículas “una vez que se apruebe la ordenanza reguladora”.
Este entorno se corresponde a la actual del centro, “por lo que no habrá más restricciones”, insisten desde la derecha: calle Larga, calle Lancería, Tornería, Letrados, Arenal, Plateros, José Luis Díez, Asunción y entorno de San Marcos, plaza del Clavo, calle Latorre, Consistorio y plaza del Progreso. En el interior de estas zonas “se fomentará el uso prioritario peatonal con la excepción de tráfico a residentes, transporte público y servicios”.
La otra zona, el perímetro del casco histórico, será objeto de limitaciones “cuando haya situaciones preocupantes de contaminación, es decir, cuando la Junta nos advierta de que hay que tener medidas, por lo que se han instalado 15 medidores para poder estar monitorizados”; se corresponde con el perímetro que va desde Porvera a calle Larga, plaza San Miguel, Corredera, Rafael Rivero, plaza del Arroyo y San Agustín. Ya se cuenta con las cámaras instaladas en el anterior mandato.
Por otro lado, el Ejecutivo liderado por María José García-Pelayo asegura que tomará otras medidas además “para mejorar la calidad del aire” como la promoción de calles de plataforma única (plaza del Mercado, eje Puerta de Sevilla-Puerta de Santiago) de tal manera que se pueda “calmar” el rodaje de los vehículos para rebajar sus emisiones, y nuevas Zonas 10 (de velocidad obligada a 10 km/h).
Asimismo, una de las “medidas estrella” será la de contar dentro de la Zona de Bajas Emisiones con una línea de autobús urbano cien por cien eléctrico, “cuyo itinerario está por determinar”, que tendrá perfil de lanzadera y que conectará con el entorno museístico de plaza Belén; así como, en la teoría, el fomento de otros medios sostenibles al centro, la mejora de la red de vías ciclistas (actualmente se afirma que se está haciendo un diagnóstico de los 44 kilómetros ya existentes en el término municipal) y la dotación de nuevos aparcamientos para bicis.
PODRÍA ENTRAR EN VIGOR A FINALES DE 2024
Ya mismo el Ayuntamiento ha puesto en marcha la tramitación de esta ZBE con una consulta previa abierta en la página web municipal (durante 15 días), antes de la redacción inicial y la elevación a pleno de la ordenanza reguladora de la ZBE de Jerez. Se estima su aprobación inicial para octubre, a fin de que se pueda aplicar antes de final de año.
“Queremos cumplir con una ley que nos obliga a contar con una Zona de Bajas Emisiones, pero también adaptada a la realidad de nuestra ciudad, ya que no tenemos un problema de contaminación y podemos ser flexibles. Esto no quita que cuando haya situaciones adversas podemos aplicar un mecanismo para ello, en función de los datos que nos pasen desde la Juna”, ha repetido el concejal de Servicios Públicos.