La consejería de Cultura de la Junta ha incoado el procedimiento para inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz el singular edificio en la calle Larga. Con esta iniciativa se busca proteger uno de los elementos constructivos más representativos del casco urbano jerezano, obra de finales de los años 20 del siglo pasado.
El inmueble conocido como ‘El Gallo Azul’, en la céntrica calle Larga de Jerez, pasará a estar protegido. La consejería de Cultura y Patrimonio Histórico ha incoado el procedimiento para inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Catalogación General, este edificio diseñado por Aníbal González, que destaca no sólo por los valores arquitectónicos, históricos, artísticos y etnológicos que posee sino, también, por los rótulos luminosos publicitarios (de Fino Tío Pepe y Fundador) que lo integran.
Situado en el número 2 de la calle Larga, es conocido por el nombre del restaurante en él ubicado, ‘El Gallo Azul’. Se trata de una singular construcción de carácter regionalista que hoy se identifica como uno de los elementos constructivos más representativos del casco urbano de esta localidad gaditana.
Se levantó tras la adjudicación en 1927 del concurso, promovido por el Ayuntamiento, a la Casa Pedro Domecq y Compañía que aportaba un proyecto redactado por Aníbal González. El mismo fue especialmente valorado por ocupar el menor espacio para su edificación, cediendo gran parte del solar para espacio público y resolviendo perfectamente el encuentro entre las calles Larga y Santa María.
Promovido por las Bodegas Fundador Domecq, el edificio está diseñado en ladrillo aplantillado insertándose dentro del estilo regionalista, con bajorrelieves y elementos cerámicos alusivos a la marca.
‘El Gallo Azul’ forma parte ya del paisaje urbano del centro de Jerez. En los años 60 del siglo pasado se incorporaron los luminosos de ‘Fino La Ina’ y ‘Fundador’ convirtiéndose desde entonces en un icono y escenario de la vida cotidiana de la ciudad.
forma parte ya del paisaje urbano del centro de Jerez. Se trata de una singular construcción de carácter regionalista
En concreto, el edificio presenta una estructura semicircular cuya planta baja queda prácticamente abierta al espacio público con un pórtico de ocho columnas jónicas de mármol blanco, a la que suceden dos cuerpos de orden decreciente. El primero acoge dos plantas, cuyos balcones se disponen entre pilas-tras corintias, mientras que el segundo, de menor altura, contiene vanos formados por arcos de medio punto.
El conjunto culmina en estructura semicircular flanqueada por jarras con azucenas de bronce, cuyo centro alberga un altorrelieve del león lamiendo el líquido de una botella rota, uno de los logotipos de la antigua empresa vinatera, del mismo material, sobre un azulejo con la firma promotora. Sobre las barandillas de los dos cuerpos superiores se disponen sendos luminosos publicitarios de neón colocados en los años 60.
Según se recoge en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, esta inscripción como Bien de Catalogación General, implica, entre otros aspectos, que sus propietarios, titulares de derechos y poseedores de los bienes, tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos, de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores. Del mismo modo deberán permitir su inspección por las personas y órganos competentes de la Junta, así como su estudio por las personas investigadoras acreditadas por la misma. Además deberán comunicar a la consejería de Cultura la realización de cualquier obra o intervención con carácter previo a las mismas.