El confinamiento generalizado obligado por el estado de alarma ante la crisis sanitaria del coronavirus ha supuesto en Jerez un “considerable” descenso de los niveles de contaminación, debido, entre otras causas, a la disminución de la movilidad de vehículos registrada, que es una de las principales fuentes de emisiones, tanto privados como transporte público. Se calcula una reducción media de un 76% en las 11 semanas trascurridas desde que se decretó la cuarentena, lo que se traduce en una disminución de unas 13.000 toneladas de CO2 que han dejado de emitirse al medio ambiente.
“Estos datos reflejan la otra cara de la pandemia”, subrayan desde el Ayuntamiento con ocasión de la reciente celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, en relación a sus “efectos positivos” sobre la reducción de la contaminación en las ciudades y el cambio climático, “una mejora que sabemos que es temporal por las circunstancias actuales, pero que nos anima a seguir trabajando en estrategias de calidad ambiental, siempre en el marco de la Agenda 2030 con la que nos sentimos muy alineados, para conseguir efectos duraderos con medidas efectivas que incidan en la reducción de agentes contaminantes”.
Otro dato a tener en cuenta es que el confinamiento ha supuesto un menor consumo de electricidad en dependencias municipales, de tal manera que, entre los meses de marzo y abril, el gasto se ha reducido en unos 45.000 euros, lo que se traduce en un ahorro energético de cerca de un millón de Kilovatios hora.
Estos números, para el Gobierno local del PSOE, invitan “a una amplia reflexión y a tomar parte en el debate que se está generando en muchas ciudades del mundo sobre la conveniencia de adoptar nuevas fórmulas de habitar el planeta, y la responsabilidad que todos tenemos en el cuidado de nuestro entorno, del clima y el medio ambiente”.
DATOS CONCRETOS
La movilidad del tráfico rodado en la ciudad desde el inicio del estado de alarma, a mediados de marzo, hasta el 31 de mayo, ha experimentado una reducción de un 76% de media, aproximadamente.
En un análisis más detallado de las cifras, del 16 de marzo al 12 de abril, es decir, en las cuatro primeras semanas, la reducción se cifraba en un 85%, lo que significa que había un 15% del tráfico habitual. La semana del 13 al 19 de abril, esta caía fue de un 80%, y la quincena siguiente, es decir, del 20 al 3 de mayo, del 75%. Actualmente, con la desescalada del confinamiento ya avanzada, la reducción del tráfico es de un 60%.
La intensidad media diaria de vehículos en Jerez anterior a la pandemia era de 40.000 vehículos al día, lo que supone una media de 280.000 vehículos a la semana. En las últimas 11 semanas, se han contabilizado un total de 104.000 vehículos, mientras que, en el mismo periodo del año anterior, se registró una media superior a los 3 millones, lo que se traduce en más de 2,9 millones de vehículos menos que han transitado por las calles durante estos meses de quedarse en casa por la salud de todos.
Teniendo en cuenta que cada vehículo realiza una media de 25 kilómetros al día, esta reducción de unidades en circulación ha supuesto 74.400.000 kilómetros menos recorridos. Un turismo medio tiene unas emisiones de 0,17538 kilos de CO2 por kilómetro cuadrado, y, por tanto, se estima que la reducción de CO2 durante el periodo de confinamiento ha sido en la ciudad de 13.048.272 kilos.
Por su lado, los autobuses urbanos han realizado en este periodo de restricciones una media de 4.700 kilómetros al día debido a los ajustes aplicados en el servicio; teniendo en cuenta que, durante estas semanas de 2019 la media era de 8.400 kilómetros diarios, la reducción diaria ha sido de 3.700, lo que se traduce en 284.900 kilómetros menos. La emisión media de un autobús es de 0,10067 kilos de CO2/Km, por lo que la reducción de kilos de CO2 ha sido, a su vez, de 28.681 kilos.
ACCIONES DEL GOBIERNO JEREZANO EN EL MARCO DE LA AGENDA 2030
Aprovechando este Día del Medio Ambiente, el equipo de Gobierno liderado por Mamen Sánchez ha aprovechado la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz para recordar, asegura, viene trabajando desde el primer día “en el desarrollo de un modelo de ciudad más compacta, limpia y sostenible, iniciando una línea de trabajo que está teniendo un impacto muy positivo en la práctica totalidad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, con prácticas y medidas para avanzar hacia esa transformación que todos deseamos y que los ciudadanos nos demandan, y más ahora que nos enfrentamos a nuevos retos en esta etapa de transición tras la pandemia.”
En este sentido, se hace alusión a los distintos proyectos realizados dentro del plan de movilidad el centro histórico, como fue el caso de la peatonalización de Las Angustias, o actuaciones en marcha de diseño de plataforma única, “al objeto de convertir este ámbito en un espacio más accesible y con mayor protagonismo del peatón”.
Ya en la redacción de este plan, que se presentó en 2017, se apuntaba en la dirección de devolver la ciudad a las personas, “planificando de forma racional y ordenada la movilidad en el centro histórico, dando prioridad al peatón mediante la implantación de una red peatonal, racionalizando el uso de vehículo privado, y potenciando los barrios como espacios de convivencia”.
Dicho documento fue el resultado de trabajos y estudios sobre el tráfico y la movilidad en el centro histórico, “pero, hoy en día, su filosofía puede ser aplicable para otras zonas de Jerez, dado que cada vez, son más las voces sociales que demandan a las administraciones una ciudad a escala más humana, con un espacio público agradable y habitable, en el que el peatón recupere espacio público y tenga prioridad sobre el tráfico motorizado y sobre otros usos que ya no son saludables”.
En esta misma línea de trabajo, se incide en otras acciones municipales emprendidas en los últimos años, como ha sido la recuperación de espacios degradados para destinarlos a lugares de encuentro y convivencia, con es el caso de la reurbanización de la Plaza de Belén, o la intervención realizada en La Hoyanca, donde se ha reurbanizado todo el espacio degradado mejorando la accesibilidad y la movilidad.
Igualmente, desde el pasado mandato se está llevando a cabo un proceso de renovación de la flota de transporte urbano (totalmente necesaria debido a su antigüedad y a que los últimas unidades que llegaron eran ya de segunda mano) con la incorporación de 19 nuevos vehículos eficientes de gas natural comprimido, “que ha supuesto un ahorro de 24.200 kilos de CO2, es decir, 24,2 toneladas de CO2 desde agosto de 2018”.
Y finalmente se resalta el proceso de renovación integral del alumbrado público de la ciudad, con la instalación de 3.500 luminarias tipo led en los distintos distritos, que ha supuesto entre 2017 y 2019 “una disminución de las emisiones de CO2 de unos 9.000 kilos”.