La ELA jerezana de Guadalcacín no quiere que la Azucarera siga almacenando pulpa de remolacha en las antiguas instalaciones de la pedanía, una actividad que genera sobre todo malos olores. Así se lo hicieron saber en la noche del 1 de julio vecinos de la entidad local al concejal de Urbanismo del Ayuntamiento matriz, quien acudió a la asamblea vecinal convocada por la alcaldesa pedánea, para dar explicaciones sobre la nueva licencia provisional que en marzo se le renovó a la empresa. Ahora el Consistorio asegura que se revocará.
La Entidad Local Autónoma jerezana de Guadalcacín no quiere que la Azucarera siga almacenando pulpa de remolacha en las antiguas instalaciones de la pedanía. Así se lo hicieron saber en la noche del 1 de julio vecinos de la entidad local al concejal de Urbanismo del Ayuntamiento matriz, Agustín Muñoz, quien acudió a la asamblea vecinal convocada por la alcaldesa pedánea, Nieves Mendoza, para dar explicaciones sobre la nueva licencia provisional que el pasado mes de marzo se le concedió a la empresa.
Varias decenas de vecinos asistieron a esta reunión, en ocasiones tensa, que se convocó en el Teatro, después de que hayan comenzado a sufrir algunas molestias por los malos olores que produce la manipulación de la pulpa de remolacha, que en esta ocasión se encuentra ensilada en grandes plásticos al vacío, pero en cantidad muy superior a la que se almacenó el pasado año.
El reproche más generalizado de los residentes de la ELA al delegado de Urbanismo fue que la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, empeñó en septiembre del pasado año su palabra en que las molestias por la experimentación en forma de insectos y malos olores “no se producirían de nuevo”. Sin embargo, lejos de ello, en marzo se concedió a la empresa una nueva licencia; en este caso no para el secado de pulpa al sol; pero sí para el ensilado y almacenamiento de pulpa húmeda. Una actividad para la que se concedió licencia hasta el próximo 31 de diciembre, de la que no se informó previamente a la alcaldesa de Guadalcacín, y que está produciendo ya algunas molestias, en forma de malos olores cuando se manipula el producto más antiguo.
El Consistorio sí había comunicado a Mendoza, antes de la concesión de la nueva licencia con carácter provisional, que la anterior remolacha iba a permanecer en las instalaciones un tiempo más, hasta su venta. Algo que a la alcaldesa de Guadalcacín le pareció razonable, para no perjudicar la actividad final de la empresa. Sin embargo, poco después, cuando se decidió conceder de nuevo licencia, no se dirigió para informar de ello a la presidenta de la entidad local, se lamenta en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Esta es una de las razones por las que los vecinos asistentes a la asamblea reprochaban al concejal del PP presente que ningunea a la alcaldesa de la entidad local y no tiene en cuenta a su población, dado que habiendo ya un precedente de molestias, no se tenía que haber dado un nuevo permiso para realizar una actividad que “sólo se va a quitar a base de olores”. De hecho, algunos de los vecinos explicaron que en Chiclana se ha solicitado por parte de la empresa realizar una actividad como la que el pasado año se hizo en Guadalcacín, y en el periodo de exposición pública para conceder licencia –algo que no se realizó en Jerez, dado que según Muñoz no es obligatorio-, se han presentado más de 300 alegaciones en contra.
“AZUCARERA SÓLO DEJA LAS MOLESTIAS A LA POBLACIÓN”
Nieves Mendoza, que moderó, dirigió y ordenó las intervenciones vecinales, en todo momento intentó calmar los ánimos de algunos vecinos que, “comprensiblemente”, explicaban que la Azucarera se lleva la actividad industrial y el empleo, y sólo deja las molestias a la población.
Al final del debate, la conclusión que se trasladó al representante del Ayuntamiento de Jerez es que es necesario que se lleven esta actividad de Guadalcacín; hasta el punto de que se estudiará revocar la licencia que tienen concedida. Un sentimiento del pueblo que es unánime y al que se sumaron, incluso, los representantes de la derecha en la junta vecinal de la ELA quienes, en el debate, expresaron su opinión contraria a la permanencia de la actividad en Guadalcacín.
Con posterioridad al debate, la alcaldesa pedánea explicaba que “nuestros vecinos y vecinas tienen muy claro lo que quieren y lo que no quieren; y hoy lo han dejado muy claro: no quieren que Azucarera siga almacenando aquí un producto que no deja más que molestias en Guadalcacín. Nosotros agradecemos la disponibilidad del delegado de Urbanismo y de sus técnicos; pero la alcaldesa de Jerez empeñó el pasado año su palabra delante de mucha gente; y esa promesa incumplida está ahí”.
A pesar de que el delegado de Urbanismo ofreció a los vecinos la posibilidad de visitar la experimentación que se está haciendo, como una de las alternativas; éstos dejaron claro que no necesitan ver qué se está realizando en concreto, puesto que muchos de ellos son buenos conocedores de los procesos que tienen que ver con la manipulación y diferentes estados de la remolacha. No en vano, la Azucarera, cuando estaba en actividad, daba empleo a numerosos de los residentes de la entidad local y están acostumbrados a la convivencia con la actividad.