El Ministerio de Cultura, ahora con Ernest Urtasun (de Sumar) al frente, ha decidido eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia de la lista de premios nacionales. El galardón, entregado desde 2013 y dotado con 30.000 euros, se suprime por una “nueva realidad social y cultural” y el aumento de “la preocupación por el bienestar animal”.
Y curiosamente, con la noticia todavía fresca, el Gobierno local del PP en el Ayuntamiento de Jerez ha aprobado la creación de lo que llama Centro de Divulgación y Aprendizaje de la Cultura Taurina; en concreto, ha dado luz verde a la adjudicación de la concesión administrativa para la ocupación de la parcela de la avenida Ámsterdam donde se ubica la plaza de toros portátil, para la gestión de dicho centro a favor de la Fundación Cultural Taurina.
La parcela tiene una superficie de 7.976 metros cuadrados; coincide con esa plaza de toros portátil, que se encuentra en un estado de deterioro avanzado, siendo necesario realizar una inversión para su puesta en funcionamiento. Por tanto, la concesionaria deberá además llevar a cabo una serie de trabajos para su acondicionamiento y puesta en uso.
En el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, la alcaldesa María José García-Pelayo asegura que este acuerdo se produce como respuesta al escrito presentado por el presidente de Fundación Cultural Taurina, Rafael Valenzuela, solicitando la cesión de este suelo para destinarlo a la creación de este equipamiento, con el compromiso de presentar el régimen jurídico y las condiciones a las que se sujetará la Escuela Municipal de Tauromaquia de Jerez, que se explotará en estas instalaciones con sujeción a las ordenes e instrucciones que adopte el Ayuntamiento.
De esta forma, y a través de esta concesión, la derecha dice cumplir su compromiso de reabrir la Escuela Municipal de Tauromaquia que fue cerrada por el anterior Gobierno municipal del PSOE, “evidenciando así el impulso a la reapertura de nuestra escuela, que es la más antigua de Andalucía”.
“Mostramos, una vez más, nuestro respaldo a la tauromaquia como un valor patrimonial y representativo de la cultura y la tradición jerezana, y también como motor clave de la economía local y generador de riqueza”, manifiesta García-Pelayo.