La compañía energética española Capital Energy ha iniciado estos días la construcción de su segundo parque eólico en Andalucía, El Barroso, en el término municipal de Jerez (donde en los últimos tiempos prolifera la implantación de plantas solares fotovoltaicas). Un paso que ha alertado a ecologistas, viticultores y bodegueros y diversos partidos ante el temor por la desaparición de viñas que implica este tipo de proyectos.
Este futuro parque eólico El Barroso, que en la fase de operación y mantenimiento está previsto que dé empleo permanente “a cinco profesionales de la zona”, dispondrá de una potencia inicial de 22,5 MW y sus cinco aerogeneradores de 120 metros de altura, del modelo de General Electric Cypress, serán capaces de suministrar cerca de 65.000 megavatios hora (MWh) anuales de energía limpia, equivalentes al consumo de unos 27.000 hogares, y de evitar, asimismo, la emisión a la atmósfera de más de 25.000 toneladas de CO2 al año. Su entrada en funcionamiento está prevista para el primer semestre de 2022.
Sólo la obra implica una inversión de más de 30 millones de euros; y por otro lado, esta instalación renovable va a tener un impacto económico anual en las arcas del Consistorio jerezano (IBI e IAE, principalmente), así como a través de los contratos de arrendamiento, “de aproximadamente 150.000 euros”.
ECOLOGISTAS APOYA A LOS VIÑISTAS AFECTADOS
Ante el inicio de estos trabajos, Ecologistas en Acción también ha querido manifestar públicamente su rechazo a la iniciativa y su apoyo a los viñistas “que van a verse perjudicados”.
“Defensores como somos de las fuentes de energía alternativas y renovables, entendemos que la proliferación de instalaciones, tanto de parques eólicos como de plantas fotovoltaicas en nuestro término municipal, precisa de una regulación más estricta que ponga a salvo los paisajes culturales más valiosos del Marco de Jerez y de sus viñedos más tradicionales”, sostiene esta asociación verdes, que recuerda que “si ya en su día, la instalación del parque eólico de La Rabia en 2009 alteró notablemente los paisajes del pago de Balbaína, el que ahora se pretende crear en El Barroso, a caballo entre Añina y Macharnudo, va afectar seriamente a dos de los pagos más renombrados de la campiña”.
A colación, Ecologistas repasa en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que “desde hace siglos, la economía jerezana ha tenido en la industria del vino uno de sus pilares fundamentales y una de las enseñas que le ha dado prestigio internacional. El comercio del vino, y la actividad turística ligada a las bodegas, han ido consolidándose paulatinamente en las últimas décadas como fuente de riqueza, estando aún pendiente el desarrollo de una tercera dimensión: la del enoturismo ligado a las rutas del vino, a las visitas a los viñedos y casas de viñas, a la puesta en valor de nuestros paisajes vitícolas, donde casi todo aún está por hacer. A juzgar por las iniciativas que en otras zonas del país se vienen realizando en estos últimos años, queda clara la necesidad de cuidar todo lo relacionado con el entorno rural y con los aspectos paisajísticos del viñedo en particular, para que, en el corto y medio plazo, puedan aprovecharse las enormes potencialidades que como recursos turístico y económico encierran nuestros viñedos”.
Además, el Marco de Jerez sueña con acceder al selecto grupo de los territorios del vino y del viñedo reconocidos por la Unesco como patrimonio mundial, entre los que sólo catorce enclaves de países como Francia, Austria, Italia, Alemania o Hungría están incluidas: “este reconocimiento aportaría un enorme valor añadido a la economía del vino que se traduciría en puestos de trabajo y en riqueza para nuestra ciudad y nuestras empresas”.
“De ahí nuestro apoyo a los viñistas que van a ver claramente perjudicadas sus expectativas de futuro de no encontrarse alternativas ya que, con actuaciones como el parque eólico de El Barroso, se camina abiertamente en dirección contraria a la consecución de estos propósitos y nos vamos cerrando las puertas a un futuro que necesitamos que sea de otra manera”, se entiende.
Insiste Ecologistas en Acción que la instalación de estos parques eólicos y fotovoltaicos previstos en los pagos de viñas del Marco de Jerez “es claramente incompatible con estos valores e intereses y supone un peligro para la tradición vitícola milenaria que Jerez y su viñedo atesoran y que, desde hace años, las instituciones se afanan en proteger, tanto por su valor cultural y ecológico, como por su potencial económico y sus consecuencias en términos de creación de empleo”.
“No va a ser fácil convencer a compradores externos y visitantes sobre la importancia de este entorno natural privilegiado, difícilmente se puede luchar por el valor del precio de la uva, en medio de aerogeneradores, tendidos eléctricos, transformadores, subestaciones, placas fotovoltaicas, caminos y vallados como las que se están instalando en la actualidad en el nuevo parque eólico del Barroso”, se apostilla. Y es que sus cinco turbinas de más de 120 metros de altura, que se situarán precisamente alrededor de la llamada carretera de las Viñas, “supondrán una alteración sustancial de uno de los enclaves de mayor valor del Marco”.
“QUE SE HAGA TODO LO POSIBLE PARA PARALIZAR LA CONSTRUCCIÓN”
Por estas razones, esta asociación conservacionista se suma a las voces que en estos días se han alzado en la ciudad en apoyo a los viñistas (grupos políticos del Ayuntamiento, Consejo Regulador, Clúster Turístico, empresarios y diferentes colectivos ciudadanos).
Además, solicita entre otros puntos “que se haga todo lo posible para paralizar la construcción y se negocie con las empresas responsables una mejor ubicación fuera de los pagos de viñas del Marco de Jerez”.
Y además, se insta a que se suscriba una declaración “en la que todos los partidos se comprometan a no renovar las concesiones en vigor para parques fotovoltaicos y eólicos situados en los pagos y en su entorno inmediato”; y que en la misma declaración “se comprometan a reforzar la protección existente en la legislación, tanto local, como autonómica y nacional, al efecto de proteger el Marco de Jerez frente a la posible construcción de parques eólicos y fotovoltaicos en su entorno”.
Igualmente, que de forma general se promueva la inclusión del Marco de Jerez en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, “como la mejor manera de proteger un paisaje, una industria, una cultura y una tradición milenarias, con un potencial económico en el que todos creemos y que debe preservarse, impulsando las iniciativas ya iniciadas en este sentido”; y la inclusión de los pagos en el Catálogo de Patrimonio Histórico de Andalucía y en otras figuras de protección que pudieran aplicarse.
“SUPONDRÁ UN DAÑO PAISAJÍSTICO PARA UN ENTORNO QUE ES ÚNICO”
Precisamente el Consejo Regulador, institución en la que se encuentran legalmente representados la totalidad de los viticultores y bodegueros titulares de las Denominaciones de Origen del Marco de Jerez, ha salido en defensa de los intereses generales de dichas denominaciones y consecuentemente del patrimonio común asociado a ellas, tanto material como inmaterial.
Y en este sentido, considera que el proyecto de instalación del parque eólico de El Barroso en un enclave de los viñedos jerezanos con un gran valor histórico, “supone un grave perjuicio al patrimonio paisajístico de esta denominación de origen y por tanto a las propias denominaciones”.
“Sin perjuicio de las consecuencias en términos de reducción del cultivo o del impacto en la fauna local, la construcción de las citadas instalaciones supondrá un daño paisajístico para un entorno que es único e imposibilitará el adecuado desarrollo en el mismo de otras actividades generadoras de valor añadido, pero respetuosas con el patrimonio vitícola, como podrían ser su uso para proyectos de carácter enoturístico”, se sostiene.
Desde el Consejo Regulador se declara su “respeto más absoluto” a la libertad de empresa y a la necesidad de desarrollar las energías renovables. Sin embargo, entiende que dichos principios “no deben de ejercerse a costa de dañar el patrimonio común de las Denominaciones de Origen, del que el paisaje del viñedo forma una parte fundamental”.
“PP Y CS DICEN QUERER PROTEGER AL VIÑEDO CON LA BOCA PEQUEÑA”
Y entretanto, el último pleno del Ayuntamiento de Jerez aprobaba impulsar una moratoria de las macroplantas de energías renovables. La propuesta de Ganemos Jerez para que el Consistorio se una a la Iniciativa Legislativa Municipal de moratoria temporal inmediata a las instalaciones de nuevas plantas eólicas y fotovoltaicas de grandes dimensiones salía adelante con las únicas abstenciones de PP y Ciudadanos.
Para Ganemos, estas dos derechas se contradicen: “manifestando con la boca pequeña querer proteger al viñedo de las macroplantas, pero sin sumarse al apoyo del resto del pleno a una moratoria que permita ganar tiempo y ordenar el sector antes de que el daño esté hecho”.
El apoyo del Ayuntamiento jerezano es un paso más para que la moratoria promovida por la Alianza Energía y Territorio (Aliente). La Iniciativa Legislativa Municipal en Andalucía debe ser tramitada por el Parlamento si se consigue el acuerdo, adoptado por mayoría absoluta, de los plenos de 35 ayuntamientos o de diez que representen al menos y globalmente, a 75.000 electores de acuerdo con el censo autonómico andaluz. En este caso bastaría con que se aprobara en otros nueve plenos municipales para que llegue a debatirse en la Cámara autonómica.
“Manifestar la intención de proteger el viñedo es un brindis al sol si no se apoyan las medidas que permitirían hacerlo y la moratoria es la fórmula más realista, la que permitiría poner orden en el sector de las energías renovables en Andalucía antes de que sea demasiado tarde. PP y Cs tienen intereses en favorecer los proyectos energéticos especulativos, sustentados por grandes multinacionales, y a la vez quieren quedar bien con los viñistas, cosa que no es compatible”, evidencia la formación municipalista.
Adelante Jerez también ha denunciado a colación la “permisividad” del Gobierno de la Junta, por la “inacción que está demostrando” junto al propio Ayuntamiento, “a la hora de velar por un buen hacer de regular las instalaciones de las energías fotovoltaicas”; y les ha instado a apostar por “una transición energética justa, verdaderamente democrática y ecológica”, estableciendo un plan de transición.