La Policía Nacional ha frustrado en los últimos días dos plantaciones de marihuana en Jerez en dos operaciones diferentes. En una de ellas se ha descubierto en un domicilio una completa instalación de cultivo y procesado casi por sorpresa: se acudía a apoyar a los bomberos a un incendio en el interior de una vivienda en un bloque de la barriada de La Constitución. Y por otro lado, tras la investigación pertinente, se ha encontrado un chalet alquilado (aunque no se ha abonado ninguna mensualidad) transformado en una plantación con 172 plantas de gran tamaño y casi 1.800 tallos dispuestos para su secado.
El pasado domingo, junto a la Policía Local, se actuaba en un incendio en el distrito sur, pasadas las ocho de la tarde. Se dirigieron al lugar varias patrullas de ambas policías para llevar a cabo las labores propias en este tipo de siniestros: localizar con toda exactitud el lugar y gravedad del incendio, llevar a cabo el aviso al resto de vecinos del peligro existente y su desalojo en caso de ser procedente, y sobre todo, despejar en todo lo posible las vías para el acceso para los vehículos de los bomberos.
Durante la propia extinción de las llamas, el fuerte olor a marihuana que emanaba del inmueble ya hacía sospechar a los policías actuantes que en el interior del piso afectado podría encontrarse una plantación ilícita de marihuana, hecho que fue corroborado por los bomberos que una vez asegurado el inmueble alertaron a los agentes de lo encontrado en el interior de una de las viviendas de la sexta planta.
Dentro, se hallaba una completa instalación indoor dedicada al cultivo y procesado de marihuana compuesta por varias habitaciones habilitadas para tales fines; en total, más de 300 plantas de gran tamaño de cannabis sátiva dispuestas para su recolección. La instalación contaba con maquinaria especializada, lámparas halógenas, ventiladores, dos consolas de aire acondicionado con dos extractores de gran potencia, balastros magnéticos junto con filtros y distribuidores de aire y gran cantidad de cableado eléctrico.
En la cocina del piso, lugar que los bomberos del consorcio provincial comprobaron que había sido el origen de las llamas, los agentes encontraron un gran cuadro de toma de corriente eléctrica, enganchada de forma ilícita e ilegal a la red, con evidentes deficiencias técnicas de seguridad.
La Policía localizó al propietario e inquilino del domicilio, que presentaba lesiones leves por inhalación de humos y quemaduras en una de sus manos, procediendo a su detención como presunto responsable de un delito de trafico de drogas no sin antes trasladarlo a un centro médico para que fuera convenientemente tratado de sus lesiones.
Según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, la Policía Nacional estableció un dispositivo de seguridad en el lugar durante toda la noche del domingo 23 al lunes 24 para evitar posibles saqueos o manipulación de pruebas en el interior de la vivienda. Los agentes especializados en estupefacientes llevaron a cabo la investigación posterior, el desmontaje de toda la instalación y la incautación de toda la sustancia estupefaciente que se acumulaba en el interior del piso.
ONCE DETENIDOS TRAS DESMANTELARSE OTRA PLANTACIÓN EN UN CHALET
Por otro lado, en estos días la Policía también ha detenido en la ciudad a 11 personas como presuntos autores de un delito contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico y daños. Habían alquilado una vivienda adosada de tres plantas para instalar en su interior una plantación de cannabis sativa. El cabecilla del grupo se enfrenta además a un proceso civil por impago de alquiler ya que no había abonado ninguna de las cuotas del arrendamiento.
La investigación se inició a raíz de las informaciones recibidas y fruto de las gestiones realizadas se descubrió la identidad de los integrantes del grupo así como el modus operandi utilizado. Los agentes comprobaron que la vivienda era utilizada en exclusiva para la producción de la droga y tan solo pernoctaba en el lugar un miembro de la organización para evitar que la misma fuera objeto de robos. El líder residía junto con su pareja en una casa cercana desde donde se desplaza hasta el lugar de forma constante para extraer remesas para dedicarlas directamente a la venta.
Los agentes averiguaron que se iba a efectuar la recolección y manipulado de una nueva cosecha de marihuana, llevando a cabo la entrada y registro en el domicilio cuando en el sótano de la misma se encontraban nueve de los miembros del grupo llevando a cabo el manipulado. Simultáneamente se llevó a cabo la detención del cabecilla y de su pareja en el domicilio que ocupaban.
En el registro realizado se intervinieron 172 plantas de marihuana de gran tamaño, 1.783 tallos de la misma planta dispuestos para su secado junto con 9.231 gramos de la misma sustancia ya tratada y dispuesta para su venta en bolsas de plástico. En poder de los detenidos se encontraron también distintas cantidades de cocaína y drogas sintéticas para su propio consumo. La instalación repartida por las estancias de la casa contaba con mamparas de lámparas halógenas, ventiladores de gran tamaño, consolas de aire acondicionado de alta potencia, balastros magnéticos y filtros de aire de carbono.
Como suele ser habitual en este tipo de instalaciones, contaba con una conexión fraudulenta a la red eléctrica para poder satisfacer la enorme demanda de fluido eléctrico que necesita. El citado enganche, carente de las garantías técnicas necesarias, suponía un peligro de incendio por la gran tensión que soportaba.
Se había llevado a cabo una importante transformación del interior del inmueble instalando sistemas de iluminación específicos, recubrimiento total de las paredes y tabiques interiores con paneles metálicos, sistemas de aire acondicionado y extracción de humos así como un complejo sistema de riego que cubría la totalidad de los habitáculos destinados al crecimiento intensivo de los esquejes.
Todas estas acciones han ocasionado importantes daños a la propia vivienda a los que tendrán que hacer frente en vía judicial. Además los sistemas de riego habían ocasionado importantes filtraciones ya que el sistema de riego generaba grandes complicaciones a la hora de evacuar el agua que afectaban a los sótanos y a los cimientos de las viviendas colindantes.