La Policía Nacional, en colaboración con la Gendarmería Marroquí, ha desarticulado un grupo de cinco personas asentado en Jerez dedicado al robo de vehículos todoterreno que eran posteriormente introducidos en territorio marroquí donde eran vendidos en el mercado negro. Cada uno de los detenidos tenía unas tareas concretas dentro del grupo. El cabecilla había reclutado a delincuentes comunes de la zona a los que formaba y adoctrinaba.
La Policía Nacional, en colaboración con la Gendarmería Marroquí, ha desarticulado un grupo de cinco personas asentado en Jerez dedicado al robo de vehículos todoterreno que eran posteriormente introducidos de forma ilícita en territorio marroquí donde eran vendidos en el mercado negro.
Los agentes han identificado y detenido a todos los integrantes de la organización incluyendo al cabecilla de la trama, un hombre de 49 años de edad y de origen marroquí pero residente en España desde el año 2000. El líder del grupo mantenía conexiones en el ámbito delincuencial de Marruecos que le valieron para introducir los coches robados en el mercado negro una vez que la organización conseguía que superaran la frontera española.
La investigación, según se relata en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, determinó que este individuo residente en dicha ciudad gaditana había reclutado a delincuentes comunes de la zona a los que formaba y adoctrinaba en las maneras y formas más eficientes para llevar a cabo el negocio del robo y tráfico ilícito de coches.
De esta forma el cabecilla conformó con los otros cuatro ahora detenidos una red en la que cada uno de los miembros estaba especializado en uno de los pasos necesarios de la operación. Dos de ellos se especializaron en localizar y robar los vehículos en la vía pública, otro era el encargado de ocultarlos e instalarle matrículas y documentación falsas y otro dedicado al traslado, junto con el líder, de los coches hasta las ciudades autónomas de Ceuta y de Melilla desde donde los introducían en territorio marroquí por los distintos pasos fronterizos.
En ocasiones no necesitaban el uso de matrículas y documentación falsa ya que perpetraban los robos de noche e inmediatamente se dirigían con los vehículos a la frontera para atravesarla en cuanto esta fuera abierta a primera hora de la mañana, sin que los propietarios se hubieran percatado de la sustracción ni hubieran denunciado el robo en Comisaría, por lo que los vehículos robados aún no figuraban como sustraídos en los servicios informáticos de los controles fronterizos.
En las investigaciones fue determinante la colaboración del Centro de Cooperación Policial que mantienen las policías española y marroquí en la ciudad de Tánger. Las pesquisas de los agentes allí ubicados ayudaron a los investigadores a identificar a los miembros españoles de la trama que se desplazaban hasta el país norteafricano.
Uno de los detenidos del grupo trabajaba en una empresa de lavado de vehículos en Jerez. Este individuo aprovechaba para realizar copias de las llaves de apertura y contacto durante el proceso de limpiado. Más tarde los otros miembros de la organización solo debían localizar el todo terreno estacionado en la vía pública y los sustraían sin tener que utilizar la fuerza por medio del juego de llaves falsas.
La investigación que ha permitido esclarecer el robo de seis vehículos en el término municipal jerezano sigue abierta por parte de las fuerzas de seguridad de Marruecos para localizar y desarticular la red que el cabecilla mantenía.
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