CRÍTICA. Casi un millar de personas llenó el pasado 18 de julio el Patio de San Fernando, en el Alcázar de Jerez, para ver a José Manuel Fernández Montoya ‘Farruquito’ y su espectáculo Improvisao. El programa salió con cambios en la escenografía preparada en su origen para el lucimiento exclusivo del sevillano debido a la actuación de los invitados que incorporó: Manuel y Gema Moneo. Aunque seguro que con Farruquito sólo en el escenario el espectáculo hubiera sido igual de exitoso.
Ver no significa callar, o eso quisieron dar a entender algunos espectadores, agrupados como si estuvieran en una pequeña reunión, con charlas acompañadas de un trago, unas veces sentados, las más de pie y, siempre, con aplausos y alabanzas estentóreas para los artistas que en el escenario confeccionaban un programa con la importante presencia de los artistas jerezanos. Ese área de encuentro dio la sensación de desorganización en una producción por lo demás muy pulcra, con un escenario totalmente equipado para un espectáculo de estas características. Salvando la descortesía hacia el resto de espectadores, hasta le vino bien al bailarín sevillano, quien en su día dijo: “A los flamencos nos gusta en el fondo que la gente se exprese y no se corte. Los aplausos y los olés nos vienen muy bien”.
Además, el programa salió con cambios en la escenografía preparada en su origen para el lucimiento exclusivo de Farruquito debido a la actuación de los invitados que Farruquito incorporó, Manuel y Gema Moneo. Seguro que con Farruquito sólo en el escenario Improvisao hubiera sido igual de exitoso, pero la presencia de artistas locales dieron un color especial al espectáculo.
El cantaor jerezano Manuel Moneo, tras una introducción instrumental con las guitarras de Juan Requena se arrancó por unas seguiriyas interpretadas al baile por Farruquito, quienes baile por cante o cante por baile, cerraron un arranque sublime de Improvisao, donde Farruquito exhibió la mayoría de sus credenciales como bailarín. El artista se concede su tiempo en sus paseos por el escenario, amagando elegantemente figuras de baile, para producirse temperalmente y en un breve lapso de tiempo en los cuales despliega ante los espectadores una panoplia desbordante de recursos, cargados de vitalidad eléctrica. Esencialmente, Improvisao es una forma de comunión entre cante, guitarra y baile, donde Farruquito escucha atentamente el cante para inspirarse en sus vuelos como bailarín.
Improvisao, desprovisto de todo, sólo música y baile, retorna a los orígenes del baile flamenco, sin hilo argumental que desarrollar ni coreografías adicionales. Dejarse llevar, volver a la naturalidad, despojarse de artificios y buscar la autenticidad del baile que viven los gitanos, ese es el principio que inspira el espectáculo creado el año pasado. Pero para él, este Improvisao es también desnudarse interiormente de lo superficial. Afirma Farruquito que él baila por un placer del alma, por la necesidad de expresarse que surge del lamento de un cantaor gitano. “Yo no bailo para exhibirme ni para demostrar nada”. La puesta en el escenario de estas vivencias al son de seguiriya, tarantas, alegrías, soleá y bulerías tuvo momentos celestiales, algunos de ellos en dúo con la bailarora Gema Moneo, aunque otros quedaron a la espera de inspiración más entonada, pero el público agradeció satisfecho la entrega de Farruquito en todos sus números, en una noche que confesó haber llegado cansado de un viaje.
El fin de fiesta al aire de la tierra tuvo el detalle gracioso del hijo pequeño del bailarín alternando con el padre sus primeros tanteos de baile.
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
Noches de Verano en Jerez
Improvisao, José Manuel Fernández Montoya ‘Farruquito’, Manuel Moneo y Gema Moneo, artistas invitados. Mari Vizárraga, Encarna Anillo, Manuel Zambullo, Pepe de Pura, cante. Juan Requena y Carlos de Jacoba, guitarras. Ané Carrasco, percusión.
Lugar y día: Alcázar de Jerez, 18 de julio de 2014. Asistencia: cerca de mil espectadores.