El destino del pescado decomisado en la provincia de Cádiz por la Guardia Civil era la destrucción. Es un alimento perecedero, cuyo control sanitario es fundamental. Sin embargo, desde 2015 el Colegio de Veterinarios de Cádiz ha demostrado que “con un poco de voluntad, entre los profesionales y los operadores, es posible aprovechar ese magnífico alimento para que llegue a las familias con menos recursos”. En dos años, el protocolo ideado por esta entidad ha permitido la donación de alrededor de 13 toneladas de este pescado a los Bancos de Alimentos; el año pasado se superaron las 4,3 toneladas.
El destino habitual del pescado decomisado en la provincia de Cádiz por agentes de la Guardia Civil, hasta el año 2015, era la destrucción. Es un alimento perecedero, cuyo control sanitario es fundamental. Lograr esas garantías para su consumo requería la implicación de numerosas personas, instituciones y sobre todo “ganas de querer conseguirlo”, remarca el presidente de la comisión de Salud del Colegio de Veterinarios de Cádiz, Jesús Fernández Pascual. Precisamente, eso es lo que ha hecho el colectivo profesional veterinario en la provincia: “demostrar que, con un poco de voluntad, entre los profesionales y los operadores, es posible aprovechar ese magnífico alimento para que llegue a las familias con menos recursos”.
De este modo, según los datos recopilados en el balance anual de la campaña ‘Veterinarios solidarios’, promovida por la entidad colegial gaditana, en 2016 fueron donados cerca de 4,4 toneladas de pescado procedente de ilícitos en las costas gaditana. De estos, la delegación del Banco de Alimentos en Algeciras repartió 2.722 kilos de diferentes especies (atún rojo, pijotas, merluza, pulpo…) entre las familias que requieren su ayuda. La de Cádiz, algo más de 1.600 kilos.
Por especies, el desglose de datos en la zona Cádiz indica que la variedad de pescado más donada fueron boquerones (1.400 kilos), seguida de atún rojo (80 kilos), merluza (62), pijotas (30), pescado fresco variado (17) y otras especies procedentes del mar, como pulpo. Para el Colegio, el detalle de las especies indica que “las familias con menos recursos han podido incorporar a sus dietas una gran variedad de pescado. Cada especie tiene sus cualidades nutricionales propias, lo que ayuda a las familias que requieren la ayuda del Banco de Alimentos a mantener una alimentación equilibrada, aún a pesar de la difícil situación por la que atraviesan”, afirma Fernández Pascual en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
En dos años, el protocolo ideado por el Colegio de Veterinarios de Cádiz ha permitido la donación de alrededor de 13 toneladas de pescado, “cuyo fin habría sido la basura, si no fuera por la implicación de todas las partes”.
Facilitar una alimentación adecuada a las familias con menos recursos es la motivación del Colegio de Veterinarios, con la puesta en marcha de esta iniciativa. Participan veterinarios voluntarios, Guardia Civil, la empresa conileña Petaca Chico y el Banco de Alimentos.
EL PROTOCOLO
En el momento en que la Guardia Civil realiza un decomiso de pescado en las costas de Cádiz, los agentes avisan al Banco de Alimentos para trasladar cuanto antes la mercancía a cámaras frigoríficas. Siguiendo las medidas de conservación establecidas por el Colegio de Veterinarios, el pescado es transportado hasta las instalaciones de la empresa Petaca Chico, en Conil. La empresa cede de forma solidaria sus instalaciones para el control y faenado, así como el almacenamiento frigorífico, para preservar la mercancía.
Allí, un “veterinario solidario” especializado realiza las labores de supervisión de estos controles sanitarios y de histaminas necesarios. Si la mercancía recibe el visto bueno, los resultados, el documento de trazabilidad y el documento de cesión acompañan a la mercancía desde las naves frigoríficas hasta las instalaciones del Banco de Alimentos en las zonas de Bahías de Cádiz y Algeciras (según la zona de incautación). De ahí, el pescado es trasladado a los centros benéficos desde el que es distribuido.
La colaboración de cada una de las partes es, por tanto, condición sine qua non para lograr el objetivo de facilitar pescado a las familias gaditanas que lo necesitan.
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