Una representación de los 180 niños y niñas saharauis que pasan este verano en la provincia de Cádiz acogidos por familias en el marco de ‘Vacaciones en paz’ ha visitado, como es tradición cada año, el Palacio Provincial, sede de la Diputación gaditana, implicada en este programa solidario que permite que menores procedentes de los campamentos de refugiados del Sáhara Occidental disfruten de unos meses alejados del calor extremo y en condiciones “más dignas y humanas”.
La diputada de Cooperación Internacional, Participación Ciudadana y Consumo, Ana Moreno, ha sido la encargada de darles la bienvenida y ejercer de anfitriona del acto. Y ha recordado que son más de 25 años los que la Diputación de Cádiz y la federación gaditana de asociaciones solidarias con el Sáhara Al Huriya llevan colaborando para realizar acciones de diversa índole cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida del abandonado pueblo saharaui.
Es el caso de caravanas de ayuda humanitaria a los campamentos, proyectos de cooperación al desarrollo, campañas de sensibilización para dar a conocer la dura realidad que afronta la población saharaui a diario o el mencionado ‘Vacaciones en paz’, cuyo desarrollo es posible gracias al “gran esfuerzo” de las familias acogedores “que son tan solidarias en la provincia de Cádiz”, ha subrayado esta política del PP
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, Moreno pone además el acento en el “aumento del presupuesto” de la aportación económica que la Diputación ha destinado en los dos últimos años a la Fecádiz para ejecutar estos programas. En concreto, la entidad ha recibido cada anualidad 35.000 euros, 10.000 euros más que los conveniados años antes.
“SITUACIÓN LÍMITE Y DESESPERADA”
Por su parte, el presidente de la federación prosaharaui, Antonio García, ha destacado el aumento del número de niños beneficiarios de este programa, que empieza a acercarse progresivamente a las cifras de participación previas a la pandemia del Covid-19.
Y Mohamed Salem Daha, delegado del Frente Polisario en Andalucía, ha hecho hincapié en la “situación límite” y “desesperada” que viven estos niños en sus campamentos de origen. Una situación de “dependencia total de la ayuda internacional”, sobre todo en los meses de verano, donde las temperaturas superan los 50 grados a la sombra.
Este proyecto solidario lleva realizándose más de cuatro décadas, prácticamente desde el inicio del conflicto armado saharaui-marroquí. El programa busca, en primer lugar, que los menores salgan durante dos meses de las duras condiciones que viven en los campamentos.
Una vez en suelo español reciben atención médica, una alimentación variada y saludable y pueden también vivir experiencias lúdicas y educativas inaccesibles en su lugar de origen, además de conocer el lenguaje y establecer vínculos afectivos con sus familias de acogida y otros niños.
Este programa es, además, una manera de potenciar los lazos históricos que unen al pueblo saharaui y al español, concienciando a la sociedad sobre el problema que padece el pueblo saharaui desde que España le abandonó a finales del franquismo.