Veterinarios, Banco de Alimentos, administraciones, Guardia Civil y una industria solidaria de Conil han establecido protocolos comunes para poder destinar a las familias necesitadas de la provincia de Cádiz el pescado decomisado, con todas las garantías higiénico-sanitarias. La iniciativa se enmarca en el proyecto ‘Veterinarios Solidarios’, puesto en marcha en 2012.
El Colegio de Veterinarios de Cádiz, el Banco de Alimentos de Cádiz y Algeciras, la Guardia Civil, Subdelegación del Gobierno y la empresa conileña Petaca Chico han acordado un protocolo de actuación para aprovechar atún decomisado en la provincia.
La iniciativa parte del proyecto ‘Veterinarios Solidarios’, que impulsó el Colegio en 2012. De forma altruista, veterinarios han ofrecido su asesoramiento para lograr la inscripción de los almacenes del Banco de Alimentos de Cádiz, Jerez y Algeciras en el Registro Sanitario de Empresas y Establecimientos Alimentarios de Andalucía, así como recomendaciones para el correcto almacenamiento de los víveres.
En este trabajo, las partes se percataron de la necesidad que había de ir más allá para poder ofrecer una alimentación “sana, de calidad, y con todas las garantías” a las familias que lo necesitan.
En una de las conclusiones de las jornadas ‘Alimentos al Límite’, veterinarios, guardias civiles, policías locales, gerentes de establecimientos hosteleros y voluntarios del Banco de Alimentos y comedores sociales dejaron claro que era necesario establecer protocolos para aprovechar los alimentos no aptos para la comercialización. Comenzaba entonces el proyecto ‘Más alimentos y más seguros, para los que más lo necesitan’, con la implicación de todas las partes mencionadas antes, pero siempre con el impulso de la comisión de salud pública del Colegio de Veterinarios gaditano.
Lo que han conseguido ahora, se señala en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, es poner de común acuerdo los procedimientos que hay que seguir desde que la Guardia Civil decomisa pescado hasta su distribución entre familias necesitadas. Al respecto, el tratamiento de pescado de forma incorrecta puede suponer importantes problemas. Por ejemplo, el atún, junto a otras especies como caballas, boquerones o sardinas son las que más implicadas están en intoxicaciones alimentarias. Presentan un alto contenido del aminoácido histidina, considerado precursor de la histamina, cuya ingesta puede provocar enfermedades. La histamina y otras aminas se forman por el crecimiento de una serie de bacterias como resultado del incumplimiento de los límites de tiempo y de temperatura, de las prácticas antihigiénicas durante la captura, el almacenamiento, el procesamiento y la distribución de productos de la pesca.
Gracias a este protocolo acordado, y la actuación altruista de los veterinarios solidarios y a la industria colaboradora, se garantiza el control sanitario del pescado decomisado. Así, puede aprovecharse “de forma segura”.
Grosso modo, el protocolo en cuestión establece que, tras el decomiso del pescado, este será rápidamente depositado en las instalaciones de una industria solidaria. La empresa Petaca Chico en Conil (dedicada a la comercialización de pescado) es la que está participando en esta iniciativa, de forma totalmente altruista. Facilita sus cámaras frigoríficas. En esta industria, se realizarán los controles de peso, frío, sanitarios y de histaminas (en el caso de atunes y especies relacionadas con esta intoxicación alimentaria). Una vez garantizado que cumple todos los requisitos, el Banco de Alimentos recogerá la mercancía para su traslado a un centro benéfico.
El Colegio de Veterinarios de la provincia quiere aprovechar la oportunidad para agradecer la colaboración de todas las partes, implicadas en buena medida por su solidaridad y concienciación de las necesidades por las que están pasando muchas familias. Y muy en especial, a la empresa Petaca Chico, la única, al fin y al cabo, procedente del sector privado que está colaborando en esta iniciativa y sin cuya participación no sería posible el aprovechamiento del pescado decomisado.