“Nuestra industria se muere. Mañana es tarde. ¡Movilízate!”, es el lema de la campaña que UGT ha lanzado en los últimos días promoviendo concentraciones en diferentes provincias andaluzas; aunque el acto fuerte de la misma era el convocado en la mañana nubosa de este sábado en la capital gaditana, en la plaza de España, con el Monumento a la Constitución de 1812 de fondo.
En resumen, esta acción –que debido a la medidas anti-coronavirus ha sido más simbólica que masiva- ha querido ser un llamamiento para impedir, “todos juntos”, los despidos y la precarización de las condiciones laborales y para “salvar la industria”, un sector que ya estaba muy tocado en Cádiz, pero que la crisis derivada de la pandemia parece haberse convertido en una excusa idónea para profundizar en su “progresivo desmantelamiento” (y principalmente, en los sectores aeroespacial y naval, y sus contratas).
Precisamente estos días trabajadores mantienen un encierro en Airbus Puerto Real (convocados por CGT y UGT) para denunciar “el claro desmantelamiento de la planta puertorrealeña”, con dos de las cinco naves completamente cerradas y apagadas o con faena derivada a otras plantas del grupo.
Aunque esa apelación a la “unidad” por parte de UGT parece que sólo ha calado en la clase política: representantes de PSOE, PP, Adelante Cádiz, Ciudadanos y AxSí se han dejado ver en esta protesta; y entre ellos, la delegada del Gobierno andaluz, las alcaldesas de San Fernando y de Puerto Real, el delegado del Estado de la Zona Franca, concejales del Ayuntamiento de la capital y de Puerto Real, además de diputados nacionales, senadores y parlamentarios… De hecho, los organizadores celebran el “éxito” de la protesta por “el consenso político alcanzado”.
Todo lo contrario a algo cercano a un consenso sindical: la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT Andalucía, que está detrás de la movilización, no ha logrado ni que se sumara a la misma el otro sindicato mayoritario, CCOO. Es más, días atrás sindicatos alternativos agrupados en la Confluencia Sindical de la Bahía de Cádiz, hacían público su “más profundo rechazo” a lo que llaman “maniobras por parte de quien, en este caso UGT, es culpable en gran medida de la lamentable situación en la que se encuentra no ya sólo la industria sino todos los sectores productivos de la provincia”.
Para evidenciar la importancia que el sindicato convocante le quería dar a esta acción en Cádiz, “en defensa de la industria y en protesta por el desmantelamiento del tejido industrial que está sufriendo el conjunto del país y la comunidad andaluza en particular”, solo hay que repasar a los intervinientes en el acto, empezando por el mismo secretario general de UGT, Pepe Álvarez; junto a él, la secretaria general en Andalucía, Carmen Castilla; el secretario general de UGT-FICA, Pedro Hojas; y el secretario general de UGT-FICA Andalucía, Manuel Jiménez. Además de los representantes gaditanos: el secretario general Antonio Pavón y el secretario general de UGT-FICA Cádiz, Antonio Montoro.
Entre las proclamas, varias ideas: “no permitiremos que dejen morir nuestra industria, que genera trabajo estable y de calidad”; “la situación es coyuntural, necesita de medidas temporales, ¿por qué entonces hay que reducir plantillas?”; “estamos en una guerra con enemigo invisible, el coronavirus, pero otra pandemia es el desempleo y la precariedad cuya vacuna es la unidad”; y por supuesto un “esto es sólo el comienzo de nuestra pelea por la industria”.