El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo acaba de resolver la convocatoria correspondiente a 2020 del Programa de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva (más conocido como Plan Reindus) dotado con 340,9 millones de euros.
Como novedad, se rebajaban algo más las condiciones y se declaraba como prioritaria la mayor parte de la provincia gaditana (incluidos los siete municipios de la Bahía, como hace años) a la hora de acceder a estos préstamos reembolsables. Y en esta ocasión, han podido acceder a estos incentivos cuatro proyectos, que se beneficiarán de poco más de 1 millón en total, que a su vez “movilizará inversiones por valor de algo más de 2,2 millones”,
Sin duda, cifras irrisorias, si se tiene en cuenta que esta iniciativa en sus orígenes tuvo una convocatoria específica para la Bahía (a la que se llegaron a reservar de 61 a 49 millones, aunque desde hace años apenas se daba salida a una mínima parte de esos fondos por las condiciones exigentes establecidas y una vez que las administraciones públicas quedaron excluidas). Ya con la convocatoria abierta a todo el Estado, en la última de 2019 ninguna empresa gaditana logró acceder a la ayuda (dos, una de El Puerto y otra de Algeciras, pasaron el corte y finalmente renunciaron a los 1,1 millones solicitados).
Pese a todo, en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Pacheco, resalta que el Plan Reindus es una “gran oportunidad” para las empresas gaditanas que han solicitado beneficiarse del mismo, ya que “la consecución de estos proyectos las van a hacer avanzar, crecer y consolidarse”. Al mismo tiempo, se incrementa y moderniza el tejido industrial, “lo que supone desarrollo económico, mejora de la competitividad y generación de empleo”.
En concreto, los proyectos seleccionados son la implantación de líneas de fabricación de mascarillas de varios tipos en las instalaciones de la empresa Hermepiel de Ubrique, a la que se le ha asignado un préstamo de poco más de 305.000 euros; y la ampliación de la línea de producción de piscinas de acero de la empresa Newater Purificador SLR de Chipiona, para la que la cuantía del préstamo es de casi 236.000 euros.
Las otras dos iniciativas son la mejora de la línea de serigrafía industrial de cristal y vidrio de la empresa Vitriglass Decoraciones SL, de Jerez, cuyo préstamo asciende a más de 250.000 euros; y la producción de crema de avellana y cacao ecológica sin azúcar ni grasa añadida de la empresa Biotechnology Research Lab S.A. de El Puerto de Santa María, con un préstamo de unos 208.000 euros.
Los cuatro proyectos gaditanos se enmarcan en la edición de 2020, cuya propuesta de resolución se ha conocido esta semana y que se concederá de forma definitiva si no se producen desestimientos por parte de las empresas solicitantes.
En toda Andalucía han sido 33 los proyectos seleccionados, que representan una inversión total de 37,5 millones y préstamos de 26,1 millones. En lo que respecta a España, el Ministerio de Industria ha adjudicado 289,5 millones a 275 proyectos, “que movilizarán inversiones por valor de 424 millones”.
Pacheco ha hecho hincapié en el “talento” de las empresas y los emprendedores de Cádiz en unas circunstancias especialmente difíciles como las que se viven por la pandemia del coronavirus: “a través de estos proyectos podemos comprobar cómo se mantiene el espíritu inversor y la voluntad del tejido empresarial por la reindustrialización, uno de los objetivos que nos marcamos desde el Gobierno de España”.
Esta convocatoria del Reindus 2020 estaba dirigida a empresas privadas afectadas por perjuicios económicos surgidos a raíz de la crisis sanitaria. El importe global del préstamo a conceder por beneficiario no podía superar los 800.000 euros. El plazo de amortización es de seis años, con tres años de carencia y con tipos de interés variable según el tipo de empresa: un 0,1% para pymes el primer año (un 0,19% el segundo y tercer año y un 0,69% el resto de años), y un 0,19% para grandes empresas el primer año (0,69% segundo y tercer año y un 1,69% el resto de años).
Según las bases, estos préstamos públicos (en régimen de concurrencia competitiva) se podían solicitar para cubrir actuaciones como la mejora y modificación de las líneas de producción y la adquisición de equipos, inversiones orientadas a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la reducción de la vulnerabilidad a los impactos del cambio climático, la prevención de la contaminación o la introducción de la economía circular en el proceso productivo.