Una separación no es una situación agradable, entre otras cosas, porque es habitual que haya que repartir muchos bienes, algo que se agrava si se tienen hijos en común. Uno de los mayores problemas se plantea en el momento de establecer el domicilio familiar puesto que, no siempre es propiedad de los dos, puede ocurrir que sea de uno solo. Es entonces cuando pueden aparecer las disputas ya que en ocasiones, la separación no es amistosa y el cónyuge que corresponda, no se quiere ir del que ha sido su hogar hasta ese momento.
A pesar de no ser una situación fácil, las separaciones son momentos que se dan en el día a día de muchas personas y, como tales, hay que saber afrontarlas de la mejor forma posible. Es importante decir que una separación puede llegar a ser un proceso muy complejo, especialmente, cuando se tienen bienes en común. En estos casos, es habitual repartir los bienes por igual, no obstante, en un matrimonio también se puede dar que uno de los cónyuges aporte al mismo más bienes que otros. Esto es muy habitual cuando se trata del domicilio familiar ya que, en el caso de que sea propiedad solo de uno de los miembros del matrimonio puede acarrear ciertos problemas.
¿Qué ocurre si la casa es mia y mi pareja no quiere irse? Se trata de una pregunta que se puede hacer con cierta frecuencia y que, para contar con las mejores garantías y evitar todo tipo de problemas al respecto, la mejor opción siempre es acudir a abogados especializados en este tipo de materia.
La casa familiar
Como ya se ha mencionado, si la casa familiar es propiedad de uno de los dos cónyuges y la separación no es amistosa, puede ocurrir que el otro cónyuge no quiera irse. En estos casos, el procedimiento es complejo puesto que habrá que iniciar un trámite jurídico para acabar con este problema. En estos casos, lo más normal es iniciar un procedimiento contencioso ya que, ante tal situación, se entiende que no hay un convenio amistoso para la separación puesto que uno de los dos cónyuges no está de acuerdo.
No obstante, no hay que olvidar comentar que la atribución del derecho del uso de la casa es uno de los hechos más habituales que se deben resolver cuanto antes cuando se inicia una separación y por tanto, si no se llega a un acuerdo extrajudicial, la situación debe ser valorada por un Juzgado, en donde se tomará la decisión final de quién se quedará con el domicilio familiar finalmente.
Hay que aclarar que, aunque el cónyuge que no es propietario tiene derechos y obligaciones sobre ese domicilio, en el caso del uso del mismo, debe acordarse, si bien, si la casa está a nombre de uno solo como es lógico, tendrá mayor prioridad a la hora de la atribución.
Además de todo lo mencionado, hay que decir que, para atribuir el domicilio familiar finalmente, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones de esta forma, tendrá preferencia la persona que tenga la custodia de los hijos y por supuesto, el propietario. También se valorarán otros factores como los ingresos, las cargas o los problemas de salud, entre otras cosas.
Divorcio exprés, la mejor solución
Para evitar todo tipo de problemas con el domicilio familiar o cualquier otro bien, los divorcios express se han convertido en el mejor formato de separación. Se trata de un tipo de divorcio rápido que evita episodios traumáticos y a través del cual, el matrimonio decide poner fin a su relación, de mutuo acuerdo y de manera amistosa.
Como su nombre indica, se trata de un tipo de divorcio muy rápido que, además, si se cuenta con los profesionales expertos adecuados se podrá acelerar aún más el procedimiento. Los letrados redactan un convenio regulador para resolver el conflicto de manera rápida y sencilla en el que estén de acuerdo las dos partes.
Además, hay que decir que el divorcio exprés es mucho más económico que otras modalidades, por lo que, a día de hoy, es la mejor forma para separarse.