Elegir un broker de confianza es lo primero que debes hacer antes de comenzar el papel de inversor. Un broker no es más que un intermediario al que todos los comerciantes acuden para comenzar a negociar con el mercado de valores, y la definición tradicional a menudo se confunde con un administrador de fondos.
Un broker no es una persona u organización que administra dinero después de establecer una estrategia de inversión, más bien, es un mediador que afecta un proceso ya definido por parte del propietario de la inversión.
A partir de esta lógica, podemos concluir que antes de elegir un broker, primero debes definir tu estrategia de inversión. Esto se debe a que este corredor aprueba tu inversión pero no la define.
Ahora bien, una vez que se haya trazado una estrategia, es hora de encontrar el mejor broker disponible y para hacer esto, debes decidir qué corredor es mejor para ti.
No hay buenos o malos, ni inversores con necesidades muy diferentes. Entonces, los métodos a continuación son adecuados, desde una perspectiva general, para todos.
Cómo elegir al mejor en la materia
No es exagerado decir que cada inversor tiene un broker, los inversores pueden optar por comprar acciones en un país o en dado caso, en cualquier lugar del mundo.
Asumiendo que, existe un mundo seguro que coincide con las características definidas, elegir un camino distinto al previamente planificado, significa elegir un broker totalmente diferente.
Algunos brokers pueden operar en todos los mercados globales a tarifas perfectamente razonables, tal es el caso de https://brokersdeforexconfiables.com/, mientras que otros ofrecen un servicio más completo para esos mercados específicos solo cuando invierten en un país en particular.
Así que, en resumidas cuentas no se tiene porque pensar que un broker es la persona que maneja el dinero del inversor a su antojo y según su plan de acción, nada más lejos de la realidad. Ten en cuenta que si este llega a ser tu caso, no es la persona ideal para manejar tu capital.
Consejos para elegir el mejor broker
El orden de las recomendaciones que seguidamente manifestamos no tienen porque establecerse al pie de la letra. Pero de seguro, son realmente necesarias a la hora de poner el dinero en manos del broker adecuado:
Confirmar si está validado
En cada país existen entidades que regulan la acción de los brokers y esto es justo a lo que las personas deben permanecer atentas. Para poder ser un broker en España, por ejemplo, es necesario estar registrado en la CNMV, en Estados Unidos por la CFTC y en Reino Unido por la FCA.
Los mercados en los cuales opera
Como es obvio, existen brokers que tienen capacidad de operar en cualquier parte del mundo y otros más radicados en monedas muy concretas. Es por ello que, se debe exigir conocer detalladamente en qué países realizan negociaciones.
Comisiones del broker
Las comisiones son muy buenas para la mayoría de los brokers en estos días, pero requieren un seguimiento cercano. Recordemos que pueden gastar en compras, vender acciones, mantener cuentas, reunir capital y aumentar las ganancias relacionadas a grandes sumas de dinero.
Tiempo de ejecución
Si se exceden los 3 segundos para completar un pedido después de algunas transacciones, esto significa una gran inversión al final del año. Lo importante es que la velocidad actual de la fibra óptica, el entorno físico que utilizan los brokers para conectarse al mercado, es de 200.000 kilómetros por segundo.
Cada km entre la oficina del corredor y el mercado de valores puede tardar hasta 5 segundos por minuto, parece pequeño, pero es imprescindible. Hay más personas que llegan temprano al mercado que otras cuando operan lo que se traduce en mejores posibilidades de negociar.
Idioma y horario en los que el broker atiende
Este factor debe tenerse en cuenta, especialmente si está trabajando en un mercado extraterritorial en el que no tiene tiempo de responder a su inversor. Básicamente, se tiene que analizar si el broker está abierto durante el período del mercado en el que está invirtiendo.
Si trabaja en el mercado estadounidense en Europa, por ejemplo, se debe prestar especial atención al momento en que sucede algo inesperado.