La Diputación está detrás del Programa para la Gestión Costera de la Provincia de Cádiz, que ha desarrollado a través de la Agencia Provincial de la Energía. El mismo cuenta con financiación de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica y se está culminando tras once meses de trabajo. Se han invertido en el mismo cerca de 100.000 euros.
El objetivo fundamental de este proyecto va más allá de la mitigación, es decir, de la reducción de emisiones; ha sido el integrar la adaptación al cambio climático (que ya es una evidencia: episodios de inundaciones, erosión en la costa, fuertes temporales que causan daños en infraestructuras, o la paulatina subida del nivel del mar que se está produciendo a consecuencia del deshielo) en la planificación municipal y servir de apoyo a los ayuntamientos.
Intentar prevenir los efectos que el calentamiento global puede causar en el litoral gaditano (y sus 17 localidades, seis de ellas en la Bahía de Cádiz) es la prioridad de este trabajo, que se enfoca en todo momento para la escala local. Hay que tener en cuenta que en la provincia el litoral concentra una gran diversidad de especies, hábitats y ecosistemas de importante valor ecológico, lo que hace que buena parte de la franja litoral se encuentre dentro de la Red Ecológica Europea Natura 2000. Pero además, la costa es lugar de residencia del 69% de la población en Cádiz, alberga una gran cantidad de actividades humanas, proporciona recursos naturales de enorme valor, da soporte a sectores económicos relevantes como el turismo, la construcción naval o el tráfico portuario, desempeña un importante papel en el patrimonio cultural y sus paisajes configuran en gran medida la identidad de sus municipios.
El cambio climático, se señala en los documentos asociados a este programa consultado por DIARIO Bahía de Cádiz, ocasionará en los sistemas costeros, y en especial las zonas bajas como la desembocaduras de ríos y marismas, impactos adversos como el incremento de los niveles de inundación permanente o ligada a eventos extremos, la aceleración de la erosión costera debido al nivel del mar y cambios en la dirección e intensidad del oleaje y la intrusión de agua marina en acuíferos costeros.
De este modo, ante esta amenaza, las administraciones locales costeras tienen que adaptarse a medio/largo plazo. Esa adaptación, se apunta, “puede realizarse como mecanismo de respuesta a desastres naturales que vayan sucediéndose, o de manera preventiva, ordenada y planificada para reducir los riesgos y los daños producidos por dichos desastres”. En estos momentos, se sentencia, “la buena formación, la coordinación interadministrativa y la definición de políticas locales de adaptación al cambio climático son la única solución”. Y si este trabajo “se complementa con acciones dirigidas a los agentes sociales del territorio y campañas de información/sensibilización, entonces el alcance del proyecto será total”, se considera.
EFECTIVA ADAPTACIÓN CLIMÁTICA
Como primera medida de este Programa para la Gestión Costera se han ido desarrollando sesiones participativas a lo largo de las cuatro comarcas litorales de la provincia con sus principales gestores costeros, a las que se ha invitado a las administraciones públicas con competencias en esta materia: Demarcación de Costas y delegación territorial de Desarrollo Sostenible de la Junta. El objetivo de estas sesiones ha sido identificar las necesidades y dificultades que presentan estas localidades a la hora de gestionar su frente litoral, tratando de buscar mejoras para dichas problemáticas. Igualmente, también se han llevado a cabo entrevistas con entidades de especial relevancia en el ámbito de la gestión costera (parque naturales con espacios litorales, autoridades portuarias, etc.).
Con la información recopilada en dichos encuentros, se ha redactado el documento que contiene actuaciones a llevar a cabo, tanto a corto como a medio plazo, por parte de las administraciones implicadas, “todas ellas encaminadas a la adaptación de los municipios litorales a los efectos del cambio climático”. Contempla un total de 57 medidas (entre ellas, elaborar planes de emergencia ante el riesgo de tsunamis y planeamientos urbanístico teniendo en cuenta los efectos de este cambio climático) repartidas en cinco campos de acción: información, educación, formación, cooperación y recursos.
En el caso concreto de la reunión enfocada a la Bahía de Cádiz, las partes presentes evidenciaron que ya se están haciendo notar los efectos en el entorno: como la subida del nivel del mar (en el saco interno de la bahía), las inundaciones y daños por fuertes temporales de años atrás, y la erosión en las zonas más expuestas (costa más expuesta, como Fuentebravía, La Barrosa, la Victoria y Santa María del Mar…). Asimismo, se dejó patente que el Golfo de Cádiz en general “es una zona expuesta a riesgo de tsunami” y siguen sin existir ni sistemas de alerta temprana, ni campañas de información ciudadana, ni planes de emergencia.
Y claro, la educación es prioritaria en este proceso. Su objetivo es mejorar los mensajes de concienciación que llegan a la población y que ésta se haga eco de la importancia que tiene el calentamiento global en las zonas costeras. ‘No te quedes con el cambio’ es la campaña de la Diputación al respecto, que muestra los principales impactos que podrá tener el cambio climático en las áreas litorales.
También se ha propuesto un plan llamado ‘Pacto por la sostenibilidad de la costa gaditana’, que nace para ser un foro de encuentro, debate y discusión entre las distintas administraciones que tienen algo que decir en la gestión de la costa gaditana.