Todos los padres cuidan a sus hijos. A menudo se preguntan: ¿están bien, son felices? ¿Puedo hacer algo para ellos? Pero, por otro lado, si el niño piensa o aprende de manera diferente, sus temores pueden ser aún mayores y, a veces, puede hacer que se sienta como un fracasado.
Es posible que le preocupe no estar haciendo todo lo posible para ayudar a su hijo. O, por otro lado, puede que le preocupe cómo afectarán las dificultades a su futuro. No es raro tener estos pensamientos.
Pero aprender a lidiar con sus miedos, sin importar cuán difícil sea, es importante. A continuación, presentamos algunas inquietudes comunes y formas útiles de responderlas.
Preocuparse por el futuro de nuestro niño siempre esta en la primera fila: incluso cuando sus hijos son muy pequeños, es común que se preocupen por su futuro después de la escuela secundaria.
Si su hijo tiene problemas con el funcionamiento ejecutivo, es posible que le preocupe su capacidad para aprender habilidades que le permitirán vivir de forma independiente.
Si tiene dificultades académicas, es posible que se pregunte si tendrá éxito en la universidad o en una carrera. Puede temer no poder encontrar y mantener un trabajo, o desarrollar las habilidades sociales necesarias para tener buenas relaciones en la adultez.
Seguramente te preguntarás, ¿cómo afrontarlo? Debes concentrarte en lo que puede hacer ahora. Si su hijo cumple siete años, no le ayudará a preocuparse por lo que sucederá cuando cumpla 18. Observa y piensa en cómo satisfacer sus necesidades de la actualidad y, al hacerlo, sentará las bases para su éxito futuro.
Otra de las cuestiones de los padres sobre los hijos son el progreso en el colegio / universidad. Es posible que le preocupe que tenga problemas para ir a la escuela. Puede que tengas dificultades en clase debido a diferencias en los estilos de aprendizaje o en general con tus compañeros. Puede que le preocupe ser intimidado por otros niños o puede tener problemas para hacer amigos.
Desarrolle una relación positiva con la escuela de su hijo. Tener una buena relación con el maestro puede tranquilizarlos y mantener la comunicación abierta. Sabiendo que existe un plan claro para satisfacer sus necesidades académicas y sociales, puede sentirse más seguro de la capacidad de su hijo para prosperar en la escuela.
El diálogo honesto con su hijo también es útil. Pregúntele, de vez en cuando, cómo se siente en la escuela y con sus amigos. Esto le brinda la oportunidad de ayudarlo a resolver sus problemas antes de que sean demasiado grandes.
Luego, tenemos el tema de la autoestima de tu hijo, la cual se verá reflejada en sus actividades y vida cotidiana. Cuando su hijo tiene diferencias en la forma en que piensa o aprende, las cosas pueden ser más difíciles para él. La autoestima no solo está relacionada con cuánto se valoran las personas a sí mismas, sino también con su capacidad percibida. Es posible que le preocupe que los desafíos de su hijo lo estén volviendo pesimista sobre usted mismo y sus habilidades.
¿Y, cómo puedes ayudarlo o tratarlo para que solucione su problema? Debes colaborar con tu hijo a desarrollar su autoestima. El apoyo y la realidad pueden ayudar a su hijo a aprender a valorarse a sí mismo. Ofrezca elogios específicos y recuerde reconocer los esfuerzos de su hijo de una manera que desarrolle su autoestima y autoestima.
Enseñarle a su hijo a defenderse a sí mismo también puede ayudarlo a sentirse más seguro de que su hijo reconoce y aprecia sus habilidades. Escuche a un grupo de padres hablar sobre cómo motivar a sus hijos.
Por último, y no menos importante, en el caso de ser creyente, puedes realizar esta oración por los hijos. Si crees en Dios, el ayudará a solucionar todos los problemas que posee tu hijo y solucionarlo para que tú dejes de preocuparte tanto y ambos disfrutar de su vida.
A veces, estar tan pegados a nuestros hijos, puede ser perjudicial para ambos. Por ende, lo recomendable, es estar atento a cualquier situación, pero déjalos fluir y hacer su camino.