El partido político Por Un Mundo Más Justo (M+J) presenta en las elecciones andaluzas del 19 de junio listas en las ocho provincias, un “hito histórico” para ellos. Llani Odogherty es la número uno de la candidatura por Cádiz, respaldada en los puestos de cabecera por José Alberto García, Amalia Matitos, Ricardo Rodríguez y Virginia Cristina Vázquez. Su candidato a la presidencia de la Junta es Manuel López, que se presenta por Sevilla.
Esta formación asegura que va a aprovechar la próxima campaña electoral, con un presupuesto “no mucho mayor de 5.000 euros”, para intentar dar a conocer su opción “que, a vista de muchos, es necesaria, urgente y muy ilusionante”.
“Son muchas las cosas que nos diferencian del resto de partidos. Entre ellas el hacer una prioridad, no sólo una serie de eslóganes, la construcción de una sociedad más fraterna, justa y equitativa para toda la ciudadanía, con independencia de su origen, nacionalidad, religión, género o circunstancias socioeconómicas. Y todo bajo el prisma del rigor, el respeto y la fraternidad”, se remarca en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Así, quienes están detrás de Por Un Mundo Más Justo tienen la convicción de que la política “puede contribuir a que nuestra autonomía sea una tierra de acogida, que viva desde el respeto al diferente, la solidaridad con los más vulnerables, y la búsqueda del bien común por encima de siglas e ideologías”. Condiciones fundamentales todas ellas “para superar la brecha social endémica que soporta nuestra región y que tiene como algunos de sus exponentes la desigualdad económica y de oportunidades y la precariedad laboral”.
De este modo, este partido quiere recuperar “la fraternidad social, tan deteriorada en los últimos años, liderando la reconstrucción de las relaciones entre generaciones, colectivos, sectores socioeconómicos, culturas, personas procedentes de otros países, la clase política o con el medio ambiente”. Ese es el esqueleto del programa electoral de M+J bajo el lema ‘Andalucía, la Tierra Hermana’, con 298 propuestas.
Entre estas promesas, ante “la falta de fraternidad con las personas y colectivos más vulnerables”, esta formación apuesta por “una Andalucía inclusiva, equitativa y de derechos”; ante “la fractura en la fraternidad con las personas de países del Sur global y el resto del planeta”, promueve “una Andalucía de acogida, pacificadora y sin fronteras”; ante “las diferencias y desigualdades entre territorios dentro de nuestra autonomía y de estos, con otros del Estado”, M+J quiere “una Andalucía de cooperación e igualdad de oportunidades entre todos los territorios”; y ante “las carencias y fracturas existentes en las diversas generaciones y entre ellas mismas”, se aboga por “una Andalucía que integre las diferentes generaciones y sume sus potencialidades”.
Por otro lado, ante “el déficit de cuidado de la madre tierra”, en M+J “promovemos una Andalucía sostenible y preocupada por la casa común”: ante “las aparentes dificultades de convivencia entre culturas y sociedades”, esta formación se decanta por “una Andalucía intercultural y pluricultural”; antes “las diferencias entre sectores económicos, estratos sociales, el acceso a bienes y servicios”, se aspira a “una Andalucía donde se potencie la solidaridad, la justicia laboral, el compartir entre ciudadanos y el progreso”; y ante “la crisis de credibilidad en las instituciones, las tensiones polarizantes y el empobrecimiento de la clase política”, en M+J “promovemos una Andalucía donde se vivan las diferencias ideológicas desde el respeto, se busque el bien común y se apueste por lo que suma frente a lo que separa”.
Este partido político nacido en 2004, sin representación parlamentaria (en las últimas elecciones autonómicas de 2018 obtuvo unas 8.000 papeletas, casi 1.200 en la provincia gaditana), manifiesta que lleva años “trabajando por la construcción de un mundo más justo bajo el lema ‘El fin de la pobreza en el mundo es una decisión política’”, y apostando por “una política de puentes y de diálogo, y no de muros y de rechazo”.