El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha publicado el proyecto de orden ministerial (actualmente en trámite de audiencia y participación pública) relativa a la adopción de medidas sobre el canon de ocupación y aprovechamiento del Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT), ante la crisis sanitaria del coronavirus y sus efectos socio-económicos.
En la práctica, según detallan desde la Subdelegación del Gobierno en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, el proyecto supone la exención del pago del canon para los chiringuitos en el periodo en el que no se ha podido hacer efectiva la ocupación y aprovechamiento del DPMT, y el ajuste o modulación del pago al uso real por la limitación del aforo o al aumento de las distancia entre elementos de las instalaciones derivadas de las medidas sanitarias provocadas por la pandemia.
De esta forma, esta norma temporal estará vigente mientras duren las medidas excepcionales de limitaciones de aforo y prescripciones sobre distancias entre elementos de las concesiones o autorizaciones.
El subdelegado en Cádiz, José Pacheco, entiende que el Gobierno central de PSOE y Unidas Podemos “ha tenido en cuenta las especiales circunstancias originadas por la pandemia y ha sido sensible a la petición de los empresarios de la costa gaditanos para conseguir aliviar las consecuencias sociales y económicas producidas por la misma”.
“Las medidas sobre el canon tendrán efectos positivos sobre la economía en general, ya que contribuyen a la conservación y mantenimiento del tejido empresarial”, interpreta Pacheco.
En el caso de la capital gaditana, esta iniciativa estatal se suma a la tomada ya por el Ayuntamiento: no cobrar el canon a los chiringuitos de las playas y al resto de concesiones administrativas durante tres meses.
Mientras, el Consistorio chiclanero ha solicitado a la Junta de Andalucía la autorización para un aumento de ocupación de superficie para la instalación del mismo número de hamacas, sombrillas y servicios autorizados para los chiringuitos en sus playas. La concejala de Turismo, Pepa Vela, ha defendido al respecto que “la implementación de la medida de distanciamiento en el montaje de las hamacas y sombrillas en La Barrosa, vinculado a hoteles y chiringuitos, provocará una disminución de unidades instaladas, por lo que los titulares de dichas concesiones (autorizadas por la delegación territorial de Desarrollo Sostenible) se verán con dificultades financieras para rentabilizar la inversión realizada, así como para proporcionar un servicio adecuado a su clientela”.
EMPRESARIOS DE LA COSTA PIDEN UN “SALVAVIDAS URGENTE”
Hace apenas unos días, a finales de mayo, la Asociación de Empresarios de la Costa Gaditana (Aecca) denunciaba la “total falta de consideración y de voluntad de colaboración” de “algunos” ayuntamientos gaditanos, que “no están dispuestos a hacer frente a su responsabilidad de apoyar a un sector económico imprescindible para la provincia como es el del turismo y, más concretamente, a los empresarios y autónomos que tienen sus negocios en las playas de nuestro litoral”.
Tras tres meses de confinamiento y con la apertura permitida ya pero con restricciones y diferentes medidas, este colectivo tiene claro que necesita “ayuda, colaboración y una apuesta de las administraciones central y autonómica y, fundamentalmente, de la más cercana”, para que “acuerden la supresión determinante de impuestos y cánones o, al menos, un descuento en estos impuestos que supongan un rescate efectivo del sector”.
“Si bien es cierto que algunos ayuntamientos han tenido a bien reunirse con nosotros, la verdad es que la mayoría no se ha pronunciado favorablemente con respecto a nuestras reivindicaciones, e incluso otros se han negado rotundamente a prestar ayuda alguna a un sector que emplea a cerca de 2.000 personas en una provincia tradicionalmente azotada por el paro”, se queja la Aecca.
Es más, estos empresarios de los chiringuitos llegan a decir que en esta temporada post Covid-19, “no estamos planteando un escenario para obtener ganancias, sino alternativas flexibles para la mera supervivencia de nuestros negocios, nuestros trabajadores y nuestros proveedores”. “Si no llegan las ayudas necesarias –se advierte-, muchos de nuestros asociados no podrán abrir sus negocios y eso significará la ruina para muchos empresarios, pero también para nuestros trabajadores y sus familias”.