El Comité Electoral del PP acaba de aprobar las listas electorales que este partido de derechas presentará en todo el Estado español para el Congreso de los Diputados y el Senado el próximo 23 de julio a las elecciones generales.
En el caso de la provincia de Cádiz, la candidatura al Congreso estará encabezada por el puertorrealeño Pedro Gallardo, hasta esta misma semana y desde 2016 presidente de Asaja Cádiz (la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores).
A Gallardo le seguirán, por orden ascendente: de número dos el veterano Ignacio Romaní (que ya iba como tercero en las listas de 2019), actualmente ya diputado nacional, tras criarse en el pasado bajo el amparo de los gobiernos locales de Teófila Martínez en la capital gaditana; Macarena Lorente, Miguel Ángel Sastre, Inmaculada Marín, Francisco Muñoz, Nieves Huerta, Alejandro López y Encarnación Castro. Como suplentes quedan Roberto Ríos, Elena Chaves y María José Campos.
Esta candidatura en los últimos comicios generales la encabezaba María José García-Pelayo, que pese a ser elegida en las recientes elecciones municipales otra vez como alcaldesa de Jerez (tras dos etapas anteriores), se le recoloca ahora como elegible para el Senado. Le acompañan para la Cámara Alta por la provincia otra vez José Ignacio Landaluce, alcalde de Algeciras; y Carmen Pérez, ganadora de las elecciones en Sanlúcar aunque se podría ver en la oposición si pactan PSOE e IU.
“SON LAS PERSONAS QUE MEJOR PUEDEN SERVIR A LOS CIUDADANOS DE SUS RESPECTIVAS CIRCUNSCRIPCIONES”
Según la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el criterio utilizado por el Comité Electoral para seleccionar a los integrantes de estas listas ha sido el de “incluir a personas que cuentan con una extensa trayectoria política, así como una contrastada experiencia en gestión pública y en el sector privado”, abriendo la puerta a candidatos que “por su recorrido político ensanchan y enriquecen el proyecto que preside Alberto Núñez Feijóo”.
Desde esta derecha se sentencia que sus candidaturas llegan impuestas “con unidad y escogiendo a las personas que mejor pueden servir a los ciudadanos de sus respectivas circunscripciones”. Y se termina mirando a otros: “a diferencia de lo que han hecho otras formaciones políticas cuyas listas han estado marcadas por las diferencias, los vetos y las cuotas”.