Tras semanas mareando a todos con una supuesta “reflexión” pensando “en el interés de Andalucía”, la fecha de las elecciones autonómicas anticipadas de este 2022 es la que sospechaba desde hace días: el domingo 19 de junio, coincidiendo con las procesiones del Corpus, y con carnaval chiquito en Cádiz si llega a celebrarse.
En una comparecencia de poco más de diez minutos sin periodistas presentes, no vaya a ser que alguno ose preguntar, el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla anunciaba en la tarde del lunes, tras un Consejo de Gobierno extraordinario, la convocatoria de los comicios andaluces con el deseo de que “tengan la mayor participación posible”.
Una intervención institucional aunque en descarado modo precampaña (“Andalucía ha dado la talla durante la pandemia”, ha llegado a sentenciar -gracias a los millonarios fondos extra que han llegado desde el Estado precisamente para amortiguar la crisis asociada al Covid-19-) adornada con un breve repaso a los “logros” de algo más de tres años de mandato de histórico gobierno de PP y Ciudadanos con el aliento y chantaje de la ultraderecha. Aunque Moreno Bonilla parece haber olvidado el acuerdo con Vox negociado en enero de 2019 en Madrid, para más inri, ya que en sus palabras (y tono de voz) de moderación intencionada, sólo se ha acordado de que ha cogobernado con la franquicia naranja, a la que ha agradecido su lealtad hasta el final, y que según los sondeos estaría cerca de desaparecer también de este Parlamento.
“Si pensara en mí, el otoño ofrece ventajas a la hora de convocar estas elecciones”, ha llegado a reconocer este político de derechas con tan buena prensa más allá de Despeñaperros, afirmando que le hubiera gustado participar (y sonreír en las correspondientes fotos) en diferentes inauguraciones que se prevén este verano, como la puesta en marcha del tranvía de la Bahía de Cádiz; “pero celebrar elecciones en otoño impide que arranquemos el año con presupuesto”, ha repetido. Y es que el argumento que lleva repitiendo desde hace tiempo para defender este adelanto electoral es que “es vital tener gobierno durante el verano para arrancar el 1 de enero de 2023 con unos nuevos presupuestos. No hay tiempo que perder”.
Entre las perlas de su declaración institucional, Moreno Bonilla ha insistido en que “me he sentido el presidente de todos los andaluces, un presidente de equilibrio y moderación, gobernando para todos por igual; el presidente de todos, piensen lo que piensen, y creo humildemente que lo hemos cumplido”. “Esperamos que mi gobierno y yo mismo hayamos resultado útiles”, ha apostillado, interpretando que en el presente mandato “Andalucía, herida por la corrupción, ha dejado de ser un foco de malas noticias; hemos sido ejemplo de estabilidad política”.
Y ha terminado su intervención, según recoge DIARIO Bahía de Cádiz, sentenciando que “los andaluces elegiréis en libertad. Andalucía, la mejor tierra del mundo”. Una Andalucía que pese a lo que vende la propaganda oficial y sus voceros, hoy sufre más parados que a finales de 2018: entonces unos 788.000 demandantes de empleo, y en abril de este 2022, cerca de 812.000.
Las encuestas parecen dibujar un panorama distinto al del inicio de legislatura y muy previsible (donde el PP ganará las elecciones pero necesitará de Vox sí o sí para gobernar), pero habría que recordar que Juan Manuel Moreno Bonilla cosechó en aquellas elecciones de diciembre de 2018 menos del 21% de sufragios y 26 parlamentarios, uno de los peores resultados históricos del PP; se tuvo que aliar con un Ciudadanos entonces pujante (todavía estaba al frente de esta derecha Albert Rivera y cotizaba su odio anti-catalanista), que logró 21 representantes. La suma de ambos no alcanzaba todavía para llegar a la mayoría absoluta, y tuvieron que negociar el apoyo desde la oposición de la extrema derecha machista, xenófoba y homófoba (que sorprendía con hasta 12 parlamentarios). En el otro lado, el PSOE ganó las elecciones pero cayendo a los 33 representantes, y la coalición Adelante Andalucía (conformada todavía por Podemos e IU y otras fuerzas andalucistas menores) se quedaba con 17.