El césped artificial lleva más de una década usándose en los recintos deportivos a nivel global. En principio, se presentaba como la solución ideal para poder practicar algún deporte, independientemente de factores climáticos agresivos -mucho calor, mucho frío- que pudieran impedir un correcto desarrollo y mantenimiento del césped natural.
Con el tiempo, lo que comenzó como un método para habilitar terrenos de juego, que de otra manera serían imposibles de utilizar en condiciones climáticas extremas, se convirtió prácticamente en un estándar a nivel global. Así, hoy día, el cesped artificial deportivo está más que normalizado en las entidades deportivas de todo tipo; y en los campos de fútbol, si bien se ha normalizado también, siguen generando más de una polémica. ¿Son todos los mitos reales? ¿Hay mucho de verdad en las teorías que existen?
Cambian las sensaciones del juego
Una de las frases que más regularmente se escucha, es que al jugar en un campo con césped artificial es necesario cambiar la forma de jugar, porque el balón rueda diferente, los pases son menos precisos y los jugadores necesitan hacer un esfuerzo físico adicional para lograr jugar de forma similar a como tendrían que hacerlo en un campo con césped natural.
Sucede, sin embargo, que no es realmente así. De hecho, en la actualidad, el cesped artificial campo de futbol desarrollado por fabricantes con experiencia en el sector, está estandarizado de acuerdo con normativas de la FIFA, que desde el año 2006, ha desarrollado estudios sobre esta superficie, tras lo cual se promulgó el sello de calidad FIFA Quality Pro. Los terrenos que cuentan con este tipo de certificación, son prácticamente idénticos en sensaciones que un campo de césped natural.
Los jugadores se lesionan frecuentemente y de mayor gravedad
En los primeros años de desarrollo de los campos de fútbol con césped artificial, posiblemente, las lesiones eran frecuentes, y eso tenía que ver sobre todo con el desconocimiento de las superficies. Y en base a eso, con una incorrecta actuación de los jugadores en cuanto a la forma de afrontarlo, sobre todo en lo que a botas se refería.
Hoy, sin embargo, ya es de conocimiento de todos los jugadores que no es necesario utilizar botas de fútbol convencionales -con tacos metálicos-, sino más bien, apostar por tacos con agarres más suaves, ya que el césped artificial proporciona más absorción, y con ello, mayor estabilidad y menor posibilidad de lesiones.
Son más caros y difíciles de mantener
Desde luego, la implementación de cesped artificial futbol requiere una inversión. Sin embargo, a largo plazo, acaba siendo más económico que tener un campo de césped natural, considerando los costes y las labores de mantenimiento.
Al mismo tiempo, es prudente afirmar que los campos de fútbol de césped artificial -al menos, los que utilizan la última generación de césped- no requieren mucho mantenimiento, puesto que son muy duraderos y resistentes a las condiciones climáticas y al uso intensivo.
Sobre los costes de implementación de esta solución, también se debe hacer un paréntesis. No todo el césped artificial tiene idéntico coste, ya que existen múltiples gamas, y no por ello las más costosas serán las únicas ideales para practicar fútbol. Eso hace que, incluso en campos pensados para su práctica, el césped artificial sea una de las superficies favoritas.
Es una superficie ecológica
Podría pensarse lo contrario, ya que existe un proceso de fabricación involucrado, pero mucho tiempo ha pasado desde las primeras versiones, y hoy en día, es posible instalar césped artificial fabricado siguiendo altos estándares ecológicos y con aprovechamiento de recursos.
De igual modo, es necesario hablar del ahorro de agua que supone la instalación de este césped artificial. A largo plazo, considerando una década como vida útil mínima para una superficie de este tipo de césped destinado a la práctica deportiva, se puede ahorrar mucha cantidad de agua en cuanto al riego.