Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, se han sucedido por toda la provincia gaditana actos y actividades para visibilizar y concienciar sobre la enfermedad con el simbólico lazo rosa como protagonista de la “lucha”, como la decoración de escaparates y mesas informativas en centros sanitarios y en calles y plazas por parte de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que ha vuelto a lanzar la campaña ‘Saca pecho’ (incidiendo en que provoca que el 15% de las mujeres que tienen esta enfermedad esté en situación de extrema vulnerabilidad económica y laboral).
Y la lectura en la capital del tradicional manifiesto de la Asociación Gaditana de Mujeres Con Cáncer de Mama (Agamama) y la instalación del ‘árbol de la nueva vida’ donde colgar buenos deseos. Por allí han pasado a lo largo de la mañana representantes institucionales como el alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, la delegada del Gobierno andaluz, Ana Mestre, y su delegada territorial de Salud, Isabel Paredes, y el diputado de Bienestar Social de la Diputación, David de la Encina.
Aprovechando esta fecha, la Junta ha hecho públicos los últimos datos de su programa de detección precoz de cáncer de mama. Así, según las últimas cifras, más de 1,2 millones de mujeres, de las que 207.444 son gaditanas, han participado desde 1995 en este programa (con una cobertura del 86% de la población diana), lo que ha permitido detectar 15.954 cánceres (2.902 de ellos en la provincia de Cádiz) en una fase precoz de la enfermedad. El 85,6% de las pacientes superan la enfermedad en Andalucía.
Cada año, se diagnostican en la comunidad autónoma andaluza alrededor de 4.900 nuevos casos de cáncer de mama, el tumor más frecuente en la mujer en todos los países occidentales. El año pasado, fueron 4.329 las intervenciones de neoplasias malignas en los hospitales públicos andaluces, 2.444 de ellas en fueron con ganglio centinela. En el caso de la provincia, los hospitales de Cádiz, Jerez y Puerto Real, así como el Punta Europa de Algeciras y el de La Línea realizaron un total de 707 operaciones de neoplasias malignas, de las que 299 se realizaron con ganglio centinela.
La detección temprana a través de la realización de mamografías permite mejorar el pronóstico de la enfermedad y aplicar a las mujeres afectadas tratamientos menos agresivos, gracias a un abordaje integral e individualizado de los equipos profesionales que tratan esta enfermedad. En concreto actualmente más del 70% de las mujeres sometidas a una cirugía para extirpación del tumor ha podido conservar su mama, mientras que cuando se inició el programa de detección precoz en Andalucía sólo se realizaba cirugía conservadora en el 20% de los casos.
Para aquellas mujeres que no han podido preservar su mama y que requieren una reconstrucción quirúrgica de su seno, la consejería de Salud y Familias asegura en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que garantiza los plazos de respuesta quirúrgica para la reconstrucción mamaria tras un cáncer y que establece un plazo máximo de respuesta de 180 días. Además, el SAS está incorporando progresivamente también en sus centros la micropigmentación, que consigue completar la total reconstrucción del pecho al redibujar la areola y el pezón perdidos a causa de un proceso oncológico. La aplicación de esta técnica supone un aumento de la autoestima y una mejora de la calidad de vida, ya que la mujer recupera su imagen corporal.
IMPORTANCIA DE LA DETECCIÓN PRECOZ
Con los conocimientos disponibles en la actualidad no es posible llevar a cabo medidas para evitar que la enfermedad aparezca, pero se puede detectar en fases tempranas cuando aún no ha producido síntomas y, aplicando el tratamiento adecuado, conseguir mejorar el pronóstico y aumentar la supervivencia.
La forma más eficaz de detectar precozmente el cáncer de mama es realizar mamografías periódicas a mujeres de una determinada franja de edad, en las que aún no se han presentado síntomas.
Los factores de riesgo de esta enfermedad es fundamentalmente el sexo (se da en mujeres, siendo muy raro que aparezca en hombres, a los que afecta en menos del 1%), la edad (el riesgo de aparición aumenta con la edad), antecedentes familiares y otros factores de riesgo de menor relevancia, como el inicio de la primera menstruación precozmente (menarquia precoz), la retirada de la menstruación en edades avanzadas (menopausia tardía), edad avanzada del primer embarazo a término, la obesidad, consumo de alcohol, falta de ejercicio físico…
Como síntomas de alarma destacan la existencia de bulto o nódulo en la mama, la secreción por un solo pezón y por un solo orificio o alteraciones de la piel de la mama sobre todo de la zona areola o pezón (dureza, ulceración, retracción…). Estos síntomas pueden ser descubiertos por autoexploración de la propia mujer o por exploración realizada por profesional sanitario.
Independientemente de la edad, es conveniente que las mujeres consulten con su médico de familia ante cualquier alteración que noten en sus mamas o bien si presentan antecedentes familiares de dicha enfermedad
Asimismo, además del programa de cribado para la detección precoz del cáncer de mama, el SAS ofrece consejo genético oncológico. Entre un 5 y un 10% del total de los casos de cáncer diagnosticados cada año tiene naturaleza hereditaria, y se presenta entre los 40 y los 50 años, una década antes de su aparición habitual.
En el consejo genético oncológico, del que se benefician 1.800 pacientes y 1.300 familiares cada año, se incluye asesoramiento genético tanto a pacientes como familiares, un test genético para determinar la presencia de mutaciones que pueden trasmitirse a la descendencia y que incrementan la susceptibilidad de padecer cáncer, y el establecimiento de medidas preventivas y terapéuticas para impedir la aparición del cáncer o para diagnosticarlo lo más precozmente posible.
Asimismo, la consejería ofrece también, a través de plataformas genómicas, pruebas diagnósticas de biología molecular del cáncer de mama para identificar mejor a las pacientes que pueden someterse a quimioterapia, mejorar la precisión y respuesta al tratamiento. Estas pruebas estiman el riesgo de recurrencia de la enfermedad (alto o bajo riesgo) y predicen, con mayor precisión que los criterios clínicos, la respuesta a la terapia adyuvante.