Sanlúcar de la Barrameda cuenta con las carreras de caballos más longevas que podemos encontrar en todo el continente europeo, con más de 175 años a sus espaldas. Una tradición que se celebra todos los veranos con las propias playas como escenario de la competición de los pura sangre y el Parque Natural de Doñana de fondo.
Una tradición con más de 175 años
Las carreras de caballos en Sanlúcar son pruebas de hípica al estilo inglés que se remontan al siglo XIX, siendo una festividad que atrae a numerosos turistas a los alrededores que, además de ver las carreras, aprovechan para veranear, visitando sus playas, unas de las mejores urbanas de toda Europa, y conociendo la gastronomía típica de Cádiz.
Las carreras es uno de los eventos de mayor éxito durante los meses estivales al sur de España. Se celebran cada año a mitad o finales de agosto, cuando llega el periodo de buena bajamar para que los caballos utilicen las playas sin complicaciones, reuniendo alrededor de 80 participares para afrontar más de 20 pruebas. El evento invierte cerca de medio millón de euros destinado a preparar la playa, pagar trabajadores y, por supuesto, como premio de los mejores corredores.
A pesar de la popularidad que presenta la hípica en Sanlúcar, como deporte no dispone de tantos aficionados como en el caso de fútbol, baloncesto u otros deportes olímpicos con torneos internacionales. De hecho, donde la hípica tiene mayor prestigio y seguidores es en países como EEUU, Japón o Francia, que cuentan con carreras de repercusión mediática en todo el mundo, destacando el Derby de Kentucky, la Japan Cup o Le Prix de L’Arc de Triomphe. Parte del éxito en dichos países viene de las apuestas en las carreras.
También este deporte sirve de tema para películas y libros. La película Caballo ganador narra la historia real de un grupo de amigos que, a pesar de su precaria situación económica, consiguen reunir algo de dinero para comprar su propio caballo para competir. Otro ejemplo lo vemos en Rufián, que muestra la vida de una yegua pura sangre que destacó en la hípica en los años 70. Igualmente hay ejemplos literarios: Dead cert de Dick Francis habla sobre el accidente de Bill Davidson mientras competía, o Caballos de Copas del autor Fernando Alegría, que presenta la historia de un hombre que compra un caballo y que es repudiado por su dueño al no ganar. Incluso encontramos tragaperras sobre hípica. Los principales portales de casino presentan entre sus juegos slots de decenas de temáticas diferentes. Algunos títulos sobre carreras de caballos son Scudamore’s Super Stakes, Furlong Fortunes o 50 Horses para jugar directamente desde el móvil.
El origen de las carreras en Sanlúcar
Hay diferentes historias sobre el origen de las carreras de Sanlúcar. La primera es una leyenda: el dios Febo –Apolo para los griegos–, que es la representación del Sol en la mitología clásica, surcaba los cielos con su propio carruaje de caballos. Febo soltaba a sus caballos cuando llegaba a las playas de Sanlúcar para darles un respiro, una clara referencia a cuando el Sol se pierde en el horizonte desde Roma. Otra historia dice que en la zona se valían de caballos para llevar rápidamente los peces capturados al mercado, para presentar mayor frescura.
Aunque la realidad es que durante el siglo XIX Sanlúcar fue un lugar frecuentado por la aristocracia del país para disfrutar de sus vacaciones, junto al Parque de Doñana en la desembocadura del Guadalquivir. La popularidad del lugar provocó que se celebrara la primera carrera de caballos en 1845, una actividad de gran éxito en otras regiones de España en aquella época. Sin embargo, aprovechar la bajamar para la competición hizo que destacara de entre el resto de carreras del país. La belleza inolvidable al contemplar los caballos atravesando las playas con el reflejo del atardecer en la orilla provocó que se repitiera el evento año tras año.
Las carreras de Sanlúcar de la Barrameda han superado el ámbito deportivo, convirtiéndose un parte de la historia social y turística de Cádiz y Andalucía. Un evento recomendado para aquellos que estén cerca durante el verano y además sirve para promover la economía local. Sin duda, un espectáculo junto a la desembocadura del Guadalquivir. DIARIO Bahía de Cádiz