La prestigiosa científica sevillana Laura María Lechuga Gómez, formada en la Universidad de Cádiz, en donde estudió Químicas, es desde este viernes doctora Honoris Causa de la UCA.
Se une al privilegiado elenco de doctores Honoris Causa investidos por la Universidad gaditana, que, en sus más de cuatro décadas de vida, está integrado por 40 relevantes figuras del mundo de la ciencia, la filosofía, la literatura, la política y el arte.
La Universidad de Cádiz ha celebrado, en la Facultad de Ciencias, en el campus de Puerto Real, este acto solemne de investidura presidido por el rector, Francisco Piniella, en compañía de una representación del Claustro Universitario y autoridades académicas, civiles y militares.
A propuesta del Consejo de Dirección de la Universidad, el Claustro de la UCA ratificó el pasado mes de diciembre la concesión de este grado de doctor Honoris Causa a Lechuga Gómez, propuesta aprobada por el Consejo de Gobierno en noviembre de ese mismo 2021.
El profesor emérito, y exrector de la UCA, Guillermo Martínez Massanet, ha ejercido de padrino de la prestigiosa científica, antigua alumna de esta institución universitaria. Laura Lechuga se licenció en Ciencias Químicas por la Facultad de Ciencias en 1985.
Previamente, en el llamado Bosque de Los Honoris en la explanada junto al edificio Casem del campus del Río San Pedro, la homenajeada ha plantado el tercer árbol, un acebuche, en este espacio ambiental dedicado a las relevantes figuras que se van sumado como doctores Honoris Causa de la UCA.
Laura Lechuga, egresada de la UCA, es hoy una de las investigadoras españolas más importantes en el panorama científico y tecnológico internacional. Sus estudios y aplicaciones en el campo de los biosensores fotónicos han posibilitado un avance en la detección y diagnóstico de enfermedades como el cáncer o el Covid.19. En la actualidad, es profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España. Líder del grupo de Nanobiosensores y Aplicaciones Bioanalíticas del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) en Barcelona, ha sido también directora del departamento de Sensores y Biosensores del Instituto de Microelectrónica de Madrid. Ha compaginado la excelencia de sus investigaciones con su necesaria utilidad social.
“SOLO NOSOTRAS PODEMOS AYUDAR CON NUESTRO EJEMPLO A LAS PRÓXIMAS GENERACIONES”
La recién investida Honoris Causa, en su intervención, ha agradecido al Claustro, Rector y Junta de Gobierno “por otorgarme esta máxima distinción de la Universidad de Cádiz, mi Universidad”. “Hoy es un día muy feliz en mi vida”, ha confesado con emoción; puesto que aquí inició su formación académica y científica. “Fueron años felices y de considerable aprendizaje”, de los que ha puesto en valor las amistades que cultivó para toda la vida y la inspiración y ayuda que encontró en su profesorado. En concreto, ha personalizado esta gratitud en el doctor Rafael García Roja por su guía para realizar la tesis doctoral hacia el CSIC y el Centro Nacional de Microelectrónica. Allí llevó a cabo una novedosa línea de estudio sobre dispositivos sensores y biosensores que pronto obtuvo el interés del sector productivo, con Tabacalera SA: “fue en aquel preciso momento cuando descubrí la relevancia de poder hacer ciencia básica-aplicada y trasladarla a un dispositivo real que fuera de utilidad real para una empresa y, por la tanto, para la sociedad”.
Ha relatado las experiencias en su estancia postdoctoral en Holanda, como ese tiempo le abrió la mente a abordar la investigación científica desde la innovación y la transferencia, y el trabajo multidisciplinar, y su posterior incursión en el mundo de la empresa, la relevancia de la financiación pública y privada para poder realizar sus investigaciones. Y, el inicio de su actual trabajo en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2), que supuso “un cambio importante en el modelo de hacer nuestra investigación, accediendo a un sistema más ágil, donde prima la excelencia y la investigación de calidad en un entorno más competitivo”.
Con respecto a su línea de estudio, Lechuga ha reseñado, con lenguaje accesible para los profanos en la materia, que “los dispositivos biosensores que diseñamos nos permiten el análisis precoz de cualquier tipo de enfermedad utilizando tan solo unas gotas de nuestros fluidos corporales, como pueden ser unas gotas de orina, sangre, suero, lágrimas o saliva”.
En el caso de la pandemia del Covid-19, han trabajo de forma intensiva para dotarnos de herramientas: con un biosensor serológico, incluida su validación clínica completa, que con tan solo unas gotas de sangre y pocos minutos, que no solo da una respuesta si/no sino que además indica cuántas inmunoglobulinas ha desarrollado cada persona y “estamos también finalizando un biosensor para la medida directa del virus en las muestras de los pacientes que, además de un si/no, nos informa de la carga viral desde el primer día de la infección, uno de los parámetros más relevantes y que no es posible obtener con los tests rápidos existentes. Ambos desarrollos pueden constituir la primera tecnología de diagnóstico made in Spain”.
En su discurso de investidura, Laura Lechuga también ha tenido bien presente su rol como mujer en la Universidad y en la ciencia, “ser en muchas ocasiones la única mujer invitada en un congreso, en un panel de evaluación, en una representación o una reunión de alto nivel y ver la mirada de tus colegas hombres que piensan que estás allí para cumplir la cuota y no por tu valía, no es nada agradable. Las mujeres científicas siempre hemos tenido y todavía tenemos que estar demostrando una y otra vez nuestra valía”. En este dispar camino, “las mujeres, además, nos vamos encontrando obstáculos grandes y pequeños a cada paso. Recibimos menos financiación, nos cuesta más publicar en revistas de prestigio, se nos invita menos a los congresos, se nos considera menos en los órganos de decisión, la conciliación familiar es una quimera tal como está planteada nuestra sociedad y una larga lista más de situaciones injustas. Pero todas estas dificultades también nos han servido a las mujeres para reaccionar y para ser más conscientes de nuestra valía y de nuestros derechos”.
En este sentido, su mensaje ha sido claro y directo: “hemos aprendido que solo nosotras, las mujeres científicas, podemos cambiar el rumbo de los cánones establecidos por una sociedad patriarcal. Y solo nosotras podemos ayudar con nuestro ejemplo a las próximas generaciones para que crean en sí mismas y se dirijan a las carreras STEM”, aquellas relacionadas con ciencia. tecnología, ingeniería y matemáticas.
Sobre el futuro, ha finalizado con sus propios retos: “mi principal ilusión es conseguir que mi trabajo en el campo de los biosensores contribuya a proporcionar dispositivos de diagnósticos fáciles de usar que nos ayuden a personalizar el cuidado de nuestra salud para que vivamos con una mayor calidad de vida”, además de “seguir formando a nuevas generaciones de científicas que puedan llegar a los puestos que nos merecemos y que continúen luchando hasta que consigamos una sociedad realmente igualitaria” y; su deseo más personal: “a lo largo de todos estos años, he vivido en numerosas ciudades y países, en Cádiz, Madrid, Holanda, Chile, Noruega, Barcelona y Brasil, siempre el lugar al que quiero volver es a mi tierra, a Cádiz”.
“NADIE LE HA REGALADO NADA; HA DEBIDO DE REMAR EL DOBLE”
Durante el acto, el profesor emérito, catedrático de Química Orgánica y rector de la UCA desde 1995 a 2003, Guillermo Martínez Massanet, como padrino de Laura Lechuga, ha leído su laudatio tomando como referencia el centro académico que ha acogido este acto solemne: la Facultad de Ciencias del Campus. Fue su alumna, de la que recuerda su curiosidad, madurez e involucración con la Universidad como representante de los estudiantes. Esta relación continuó a lo largo de los años de vida profesional, en paralelo cuando fue rector y ella ya investigadora del CSIC.
Martínez Massanet ha realizado un recorrido por la larga e intensa trayectoria científica y laboral de la egresada de la UCA que le ha llevado a trabajar en diversos y relevantes centros de investigación nacionales e internacionales y a transferir sus conocimientos al ámbito empresarial desde contratos de colaboración y a través de la creación de dos empresas de base tecnológica y la puesta en marcha de ocho familias de patentes.
Y el rector Francisco Piniella ha remarcado que lo que se celebraba no es solo un acto de reconocimiento a la trayectoria individual de una egresada de la UCA “que ha alcanzado el éxito y que hoy es una de las investigadoras más prestigiosas a nivel mundial”, es además “un acto de reivindicación del papel de la mujer en la ciencia, de esas científicas, que, como dice la doctora Lechuga: son científicas que van saltando vallas. Vallas que la Historia, el patriarcado y la sociedad en su conjunto les hemos ido poniendo”.
“Necesitamos más Laura Lechuga, no solo por igualdad y justicia, sino porque ellas enriquecen la ciencia y hacen que la sociedad avance más y mejor. No podemos permitirnos el lujo de prescindir del 50% de la inteligencia, el capital humano, el talento, la generosidad y la bondad de las mujeres. Una sociedad no puede avanzar a la mitad de su rendimiento”, ha reiterado Piniella.
De la nueva doctora Honoris Causa de la UCA ha resaltado que es “un ejemplo que reconocemos en esta Universidad, una corredora de fondo. A ella, nadie le ha regalado nada. Al contrario, ha debido de remar el doble”. Su “constancia, esfuerzo y excelencia” visibiliza “lo mejor de nuestra tierra, y, como egresada, lo mejor de la marca UCA por el mundo”.
Según se recoge en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el rector ha cerrado su perorata con unas palabras de agradecimiento a la comunidad universitaria por su apoyo, en el reconocimiento de doctoras “brillantes” que “equilibren nuestro escogido Claustro de Honoris Causa”, ya que “ellas son mujeres semillas, de más y más mujeres que hoy salen a la calle, que ocupan las empresas, los parlamentos, la universidad, que llenan de experiencia y vitalidad nuestra sociedad”.
Entre los Honoris Causa que ya cuentan con este honor en los más de 40 años de la institución están: William W.L. Glenn, Andrés Segovia, Rafael Alberti, Fernando Quiñones, Manuel Clavero, José Manuel Caballero Bonald, Margarita Salas, Salustiano del Campo, Paco de Lucía, Juan de Dios Ramírez Heredia, Takashi Asano, Marcelino Camacho, Nicolás Redondo, Valentín Fuster, Manuel Fraga, Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, Jordi Solé Turá, José Pedro Pérez-Llorca, Gregorio Peces-Barba, Daniel Pauly, Humberto López, José Chamizo, Soledad Becerril y María Izquierdo.