La historia de amor de Japón con pachinko, su propia clase de máquinas tragamonedas (o tragaperras), se pone bajo los focos a medida que se legalizan los casinos. Todas las mañanas en los suburbios del país asiático, hombres y mujeres jóvenes y mayores se unen a las filas cerca de las estaciones de tren.
Según la Agencia Nacional de Policía, el año pasado había en Japón unas 11.000 salas de pachinko y más de 4.5 millones de máquinas, en comparación con menos de 200.000 máquinas tragamonedas en el paraíso de las apuestas, en Las Vegas (EEUU).
“Las amas de casa van allí por emoción e intentan ganar dinero extra para gastar”, explica Takumi Okuda, un vendedor de unos 40 años, que ocasionalmente prueba suerte en pachinko, un híbrido de máquina tragamonedas y pinball, llamado así por sonido que hace mientras dura la partida.
Los problemas de la adicción al juego
El Sr. Sachio Ooishi, un adicto a estas máquinas en recuperación de 42 años, reconoce que “la verdad es que los adictos nunca se curan por completo. El porcentaje de adictos al juego puede estar disminuyendo, pero el número de adictos potenciales puede aumentar, contrariamente a los estudios. No puedo ser optimista. Creo que las tasas de delincuencia aumentarán y la seguridad social empeorará con un casino en Japón“.
Un estudio de 2013 del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de dicho país mostró que casi cinco de cada 100 personas eran jugadores problemáticos, lo que representa 5,36 millones de adictos. Esta cifra es ligeramente inferior a los 5,6 millones en 2008.
El Sr. Takayuki Miyake, copresidente del servicio de rehabilitación de adicciones The Oneness Group, dice que más adictos buscan ayuda debido a un aumento en la conciencia, pero el número de jugadores está disminuyendo.
Los japoneses no son ajenos a las tentaciones de juego. Se permiten comerciales de televisión para carreras de caballos y formas de apuestas públicas como la lotería. Los hipódromos se dirigen a las mujeres presentando a las niñas en las carreras, con postres y lindos recuerdos. Pero aún no cuentan con un servicio de juegos en línea como los casinos online que se pueden disponer en la mayor parte de Europa.
La cadena de guarderías Japan Elderly Care Service incluso ofrece un ‘Day Service Las Vegas’ en el que las personas mayores juegan pachinko, mahjong o juegos de cartas con créditos que se pueden canjear por premios como toallas, entre las sesiones de ejercicio habituales y las comidas. DIARIO Bahía de Cádiz