A poco más de un día de entrar en la llamada ‘nueva normalidad’ tras más de tres meses viviendo en estado de alarma ante la crisis sanitaria del coronavirus, la Marea Blanca Gaditana ha promovido, este sábado a mediodía, una concentración en el Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz, que se ha sumado a la campaña nacional contra la privatización de la sanidad pública y por la derogación de leyes y normativas que favorecen la privatización.
Varios centenares de personas pertenecientes a colectivos sanitarios, sindicatos, diferentes asociaciones y entidades, la Marea Verde en defensa de la enseñanza pública y particulares han participado en esta protesta que ha querido subrayar que la pandemia actual “ha demostrado con rotundidad que es imprescindible un sistema sanitario público reforzado y bien coordinado”.
Pese a ello, ya están produciéndose recortes con contratos precarios de uno o dos meses a personal sanitario, se avecinan disminución de personal y cierres de centros por la tarde y en el verano se repetirán los consabidos cierres de camas hospitalarias. Y en un momento en el que han crecido las listas de espera “de manera gigantesca”, pues se han aparcado muchas intervenciones, consultas de especialistas y pruebas diagnósticas, dada la prioridad de atención a los efectos por coronavirus.
“Todo ello requiere un plan de choque desde la sanidad pública, antes de que toda esta crisis beneficie a la sanidad privada, que habiendo estado ‘fuera de juego’ durante la pandemia, espera hacer su agosto tras la crisis con todo esto”, entienden desde la coordinadora andaluza de mareas blancas, que acaba de aprobar un manifiesto por el reforzamiento y blindaje de la sanidad pública andaluza.
Entre las reivindicaciones contenidas en dicho manifiesto, recogido por DIARIO Bahía de Cádiz, están que el sistema sanitario público andaluz (que “viene sufriendo un continuo proceso de deterioro debido a la drástica reducción de su presupuesto que persiste desde 2010 hasta ahora”) ha de “ser gratuito (sin copagos), universal, de calidad, participativo, integral e integrado”; se demanda la recuperación progresiva de las inversiones recortadas, “más de 10.000 millones de euros en la última década”; y la expansión de la inversión en sanidad hasta el 7,5 % del PIB “para acercarla a la media europea”, y que se destinen a la vez 2.500 millones a dicho plan de choque (para aumentar las plantillas, sustitución de bajas, equiparación salarial a la media nacional y europea, eliminación de contratos precarios…), y todo ello encaminado “a reducir rápidamente los retrasos, listas de espera y resto de problemas del sistema”.
Entre otros puntos, se reclama: la recuperación de la dotación presupuestaria para la atención primaria estimada en el 25% del presupuesto sanitario, y establecer los 12 minutos por paciente citados en 72 horas o menos y promocionar la Medicina Comunitaria; la sustitución de las Unidades de Gestión Clínica por un sistema organizativo “que elimine las perversiones economicistas actuales, y propicie la gestión clínica de calidad”, con un enfoque biopsicosocial de la asistencia, basada en la autonomía profesional y el trabajo por objetivos de salud de la población pactados con el personal sanitario; aumentar la financiación pública de la investigación sanitaria en todos sus ámbitos; la devolución progresiva al sector público de las prestaciones afectas por las privatizaciones sanitarias, con la eliminación progresiva de conciertos y externalizaciones “para evitar distorsiones, sobrecostes e ineficiencias”; y además, fomentar la transparencia en la gestión y participación democrática y equitativa de los usuarios y profesionales en los mismos.
EL IMPACTO DE LA PANDEMIA
En este mismo manifiesto, se reconoce que la pandemia del Covid-19 ha tomado “por sorpresa” a la inmensa mayoría de los sistemas sanitarios y de prevención del mundo. Así, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas sanitarios: “en España, la epidemia se está afrontando con una sanidad pública deteriorada. Esto ha determinado situaciones de auténtico desborde asistencial, algo que puede repetirse en cualquier momento, en caso de nuevos repuntes o con la aparición de nuevas pandemias futuras”. Además, la economía neoliberal globalizada “ha eliminada el tejido industrial nacional que se dedicaba a la producción de material sanitario (mascarillas, EPIs, respiradores, pruebas diagnósticas), haciendo al sistema enormemente dependiente de instancias remotas”.
Por otro lado, se subraya que el coronavirus “ha sido enfrentado desde la sanidad pública”. La sanidad privada, “en su inmensa mayor parte, se ha auto-excluido del problema”. Esto demuestra que “el único recurso del que dispone la población en una situación de emergencia grave como la actual es la sanidad pública”.
“Sólo gracias al enorme esfuerzo del personal sanitario público se ha podido mantener un manejo adecuado de la enfermedad”. Al respecto, la Marea Blanca se queja de que esta “ejemplar actitud de entrega” de dicho personal no ha sido correspondida por el Gobierno andaluz de PP y Cs, alentado por la ultraderecha, “como delata la lenta y defectuosa gestión de la epidemia (denunciada por los sindicatos, incluido el Sindicato Médico), el bajo número de contrataciones de refuerzo realizadas (el menor de toda España), los repetidos errores de la Junta (hasta en cinco ocasiones) en la compra de material de diagnóstico y protección y, consiguientemente, la tasa más alta de profesionales contagiados, y eso a pesar de que la incidencia de la Covid-19 en nuestra tierra ha sido baja en comparación con otras comunidades, un hecho posiblemente relacionado con la existencia en Andalucía de características ambientales que limitan la transmisión del virus”. En este sentido, se reclama a la Junta que no prescinda del nuevo personal contratado, una ‘paga extra’ a todos los trabajadores sanitarios en base al riesgo que han debido afrontar “en condiciones de protección a veces inexistentes o muy precarias” y la realización de más pruebas PCR de detección del virus.
La coordinadora andaluza de mareas blancas considera previsible que en unas semanas, el grueso de los casos de coronavirus decaiga. Y ese momento, sospecha, “va a representar una nueva sobrecarga de la sanidad pública debido a la afluencia de numerosos casos severos de otras enfermedades, que están siendo retenidos por miedo al contagio y, además, por el previsto empleo masivo de la atención primaria en la nueva fase de control de la epidemia”. Ante ello, repite que “no vamos a permitir que esto sirva de nuevo para desviar actividad asistencial hacia el sector privado”.
2 DE JULIO: HOMENAJE A LOS SANITARIOS EN CÁDIZ
Este mismo sábado se ha concretado además que el Ayuntamiento de Cádiz, en colaboración con la Marea Blanca, llevará a cabo el jueves 2 de julio un acto de homenaje a toda la sanidad pública en su conjunto por su “ardua labor” durante la pandemia, así como en recuerdo de todas las víctimas fallecidas a causa Covid-19.
La convocatoria será a las 20 horas en la plaza San Juan de Dios. En el balcón de la Casa Consistorial se colocará un mensaje de agradecimiento que permanecerá durante los próximos meses. Asimismo, la Marea Blanca colaborará con la lectura de un manifiesto de reconocimiento al trabajo del personal sanitario y de mantenimiento y limpieza de los centros hospitalarios, “todas las piezas del engranaje de nuestro sistema sanitario público”.
Desde el Ayuntamiento se hace un llamamiento a la ciudadanía a sumarse vestido de blanco (con mascarilla y guardando las distancias) a “este sencillo, pero necesario y seguro que muy emotivo, acto. No es más que la escenificación de bajar los aplausos de los balcones a la plaza, por ello hemos elegido justo la hora en la que salíamos todos los días a aplaudir desde casa durante la cuarenta, y por ello el balcón del Ayuntamiento, como el de todas las gaditanas y gaditanos”.
/ FOTO: Apdha