Tras nueve duros días de huelga indefinida, y la advertencia previa de dos jornadas de paros, y hasta seis reuniones negociadoras en la últimas semanas, en la noche del miércoles trascendía que sindicatos y patronal habrían llegado a un preacuerdo para desbloquear el convenio colectivo de las pymes del metal de la provincia de Cádiz (que implica a más de 20.000 trabajadores).
Documento que tendrán que ratificar las asambleas de cada parte, y llegado ese momento será cuando se desconvoque esta movilización que ha tomado calles de la Bahía de Cádiz y del Campo de Gibraltar por un convenio “digno”, que con el paso de los días y de la represión policial (tanqueta incluida), ha ido ganando músculo y apoyo social (ahí queda la gran manifestación de este martes, y pese al colapso del tráfico de muchas mañanas), repercusión a nivel nacional (aunque muchos sólo han visto la superficie, barricadas y contenedores ardiendo, y al alcalde de Cádiz con un megáfono), y la empatía y solidaridad desde incontables rincones del Estado con la lucha “por la dignidad” de estos trabajadores, entendida no ya como algo particular, si no como un basta ya a tanta precariedad en una de las zonas más deprimidas de Europa y por el “futuro” de ambas comarcas.
Y es que estos obreros de contratas, la mayoría de la llamada industria auxiliar, piezas fundamentales para que funcionen las grandes empresas tractoras de la zona (Navantia, Dragados, Airbus…, que en estos días han debido paralizar su producción o funcionar a medio gas), han explotado tras ver cómo han ido perdiendo derechos año tras año, convenio tras convenio, y sobre todo, cómo se incumple por sus empresas una y otra vez lo pactado en esos convenios.
ESTA VEZ SE IMPLICÓ TAMBIÉN EL MINISTERIO DE INDUSTRIA
Representantes de CCOO y UGT y de la Federación de Empresas del Metal de Cádiz (Femca) se volvían a ver las caras en Sevilla este miércoles en el seno del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL), con la mediación de la Junta (y en esta ocasión, también del Ministerio de Industria), tras el último intento de llegar a un acuerdo el lunes por la tarde-noche.
Y esta vez sí, tras unas doce horas sentados a la mesa, sobre las nueve de la noche comenzaba a filtrarse ese principio de acuerdo que entre otros puntos implicaría una subida salarial de un 2% anual hasta 2023 (como ha ido poniendo sobre la mesa la patronal en citas previas, y tachado de “insuficiente” las centrales sindicales), pero además, según avanzan en la Cadena Ser, se fija “un mecanismo de recuperación”: o sea, los trabajadores recuperan el 80% de lo que pierdan en poder adquisitivo de aquí a 2024. Si entonces se han quedado cortos, se les paga el 20% restante.
Este preacuerdo, según avanzan desde CCOO, también contempla la creación de una comisión de vigilancia del cumplimiento del convenio “que da garantías a toda la plantilla, pero especialmente a la eventual”. Además, incluye una ultractividad de dos años a partir de cumplirse la vigencia del documento.
Si la reunión empezaba mientras se repetían piquetes informativos en Cádiz y San Fernando, y con la barriada puertorrealeña del Río San Pedro tomada por los antidisturbios y acaparando los principales incidentes de la novena jornada de huelga, con enfrentamientos con los trabajadores incluso junto al colegio y la guardería; iba finalizando casi a la misma hora en la que en la capital se llevaba a cabo una concentración frente a la Subdelegación del Gobierno para condenar la violencia policial que se está sufriendo estos días (la Apdha exige investigaciones al respecto al Ministerio del Interior). Protesta que desembocó en marcha por la avenida principal, pero que se fue disolviendo a la vez que se conocía este preacuerdo.
Con todo, la huelga del metal no se ha desconvocado (se acaba de abrir una caja de resistencia, AQUÍ), y en este sentido, el Sindicato de Estudiantes todavía mantiene una nueva jornada de paros en apoyo a los trabajadores para este viernes día 26.
Como curiosidad, al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, al que apenas se le ha escuchado estos días pronunciarse sobre este conflicto laboral, no tardaba en la noche del este miércoles en lanzar un mensaje a través de sus redes sociales: “Me alegra que empresas y trabajadores del metal hayan alcanzado un acuerdo. El diálogo es la vía para el consenso. Queremos un futuro mejor para todos en Cádiz”. DIARIO Bahía de Cádiz