El renting de coches para particulares era una opción que nadie se planteaba hace alrededor de un lustro, cuando un particular consideraba una locura adquirir un coche mediante este alquiler a largo plazo. En épocas pasadas el renting era algo exclusivo para las empresas y autónomos, que son las que se benefician de sus ventajas fiscales, pero ahora se ha introducido el factor de la incertidumbre a la hora de comprar un vehículo, lo que ha hecho que los particulares vean el renting como algo que ya sí es para ellos.
Ahora mismo no sabemos qué coche comprar
Estamos en lo que los especialistas en el mundo del automóvil definen como “la peor época para adquirir un coche”. En el mercado conviven vehículos con motor de gasolina, diésel, híbrido y eléctrico algo que podría ser bueno para los conductores si se conociesen las reglas del juego de los próximos años.
Los vehículos eléctricos son caros, fuera del alcance de la mayoría de los conductores, no sabemos cómo responderá el sistema eléctrico de los híbridos pasados unos años y ahora mismo no podemos asegurar que un coche diésel o gasolina nuevo pueda circular por las ciudades dentro de unos pocos años.
Así es como el renting gana enteros como opción en el sector particular, pues los contratos se suelen firmar por períodos de tiempo de entre cuatro o cinco años en los cuales se espera que todo se haya aclarado.
En palabras de María Martínez (CEO de +QRenting): “hemos visto como en los últimos tiempos la demanda de coches de renting por parte de los particulares ha aumentado exponencialmente. En este sentido, nuestra previsión es que esto siga ocurriendo”.
No hace falta descapitalizarse
De todas las inversiones que hacemos a lo largo de nuestra vida, el coche suele ser la segunda más importante. Esto se traduce en que cuando vamos a comprar un coche tenemos que dar una entrada bastante alta.
Esto no ocurre con el renting. No nos van a pedir ninguna entrada y solo tenemos que ir pagando las cuotas mensuales que hemos pactado al firmar el contrato.
Las averías no serán una preocupación
Cuando compramos un vehículo nuevo nos suelen dar una garantía de unos dos años, a partir de los cuales toda avería que surja tendremos que pagarla nosotros. Además, en muchas ocasiones incluso dentro de garantía intentarán achacar los fallos a un mal uso para no cubrirlos.
Si estamos financiando el coche una avería costosa puede suponer un problema, una posibilidad que siempre está ahí y que nos genera preocupación y ansiedad.
Con el renting nuestro único gasto será la cuota mensual y el combustible. Las averías, el mantenimiento, los impuestos, el seguro, etc. corren a cargo de la empresa que nos alquila el coche.
El cambio de vehículo está incluido
Si compramos un vehículo, lo normal es aguantar un mínimo de 8-10 años y no es raro estirarlo hasta los 15, con todo lo que supone en cuanto a averías, inseguridad y las tecnologías obsoletas que lleva.
Al decidirnos por el renting, y una vez finalizado el contrato, podemos firmar otro y estrenar un coche nuevo con lo último en seguridad, mejor eficiencia y el equipamiento más novedoso.
Los particulares no pensaban que el renting era para ellos hasta que hace unos años comenzó el cambio en el mundo del automóvil. Ahora mismo no sabemos qué coche comprar, por lo que este alquiler a largo plazo se ha vuelto una opción muy a tener en cuenta.