CGT y la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) anunciaban a principios de diciembre cómo iban a proceder al reparto de la caja de resistencia abierta para amortiguar las menguadas nóminas de noviembre entre quienes secundaron la huelga indefinida en las pymes del metal de la provincia gaditana, que se cerraba con un nuevo convenio colectivo acordado entre la patronal y CCOO y UGT, y con muchas dudas y críticas entre sindicatos alternativos. Y esta misma semana ha comenzado la distribución de ese dinero.
Entre las más de 400 nóminas recibidas de toda la provincia (en distintos puntos habilitados hasta el día 23), se está pudiendo repartir a cada uno de los trabajadores “aproximadamente un 30% de lo que se les quitó con la huelga”. Y además, se ha reservado un 13% del total de la caja solidaria “para poder afrontar posibles multas y dar cobertura a los represaliados”.
“No hemos pedido carnet de afiliación a nadie y todas las nóminas las hemos recogido personas que, de forma totalmente voluntaria, hemos dedicado nuestro tiempo a esta tarea. Han sido días de mucho esfuerzo pero nos sentimos orgullosos de poder repartir los frutos de la solidaridad”, subrayan desde CGT en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz. “Nos alegra -se añade- que se compense en parte el sacrificio que hicieron los trabajadores durante la lucha del metal, sometidos al chantaje de la patronal de perder el único ingreso que tienen por luchar por condiciones dignas de trabajo”.
Asimismo, la organización anarcosindicalista vuelva a dar las gracias “a todas las personas que han colaborado desde todo el Estado y más allá con esta caja de resistencia; con su apoyo han logrado que este reparto sea posible y nos recuerda que pertenecer a la clase trabajadora nos une más allá de naciones y fronteras”.
Y además, “en un ejercicio de transparencia necesaria en este tipo de acciones”, se invita a la ciudadanía a comprobar estas cuentas in situ (a partir del 13 de enero, en el local de CGT en la capital, en la calle Santa Elena): “pondremos a disposición del que quiera las operaciones realizadas de la caja de resistencia”.
“HAY QUE PONER JUICIO Y SENTIDO DE LA JUSTICIA EN VEZ DE SER AUTÓMATAS AL SERVICIO DEL PODER”
A colación, este sindicato remarca que ha recibido “montones de avisos sobre irregularidades de empresas que no respetan ni el derecho a huelga, somos conscientes y no dejaremos que todo esto caiga en saco roto”. Y de la misma manera “comprobamos cómo a esos criminales de la patronal, los que no respetan ni el convenio y llevan pisoteando la ley de manera impune muchos años, nadie ha ido a buscarlos a sus casas para declarar ni a pedirles cuentas o encerrarlos como se merecen. Pero sí han ido a un barrio obrero a buscar a quienes salieron a defender sus derechos, aprovechando que la huelga estaba desconvocada y que había bajado la actividad de la protesta”, en referencia a las recientes detenciones en el Río San Pedro, en Puerto Real.
“A estos compañeros decirles que no van a estar solos en ningún momento, pero a aquellos que defienden el cumplimiento de unas leyes sí y otras no, que siempre culpan a quienes luchan por sobrevivir y evitan enfrentarse a los responsables de tanta miseria, sólo decirles que son unos cobardes y que antes de obedecer una orden, hay que poner juicio y sentido de la justicia en vez de ser autómatas al servicio del poder”, se reflexiona desde CGT. Y por eso, entre otras cosas, “esta caja de resistencia debe servirnos para tomar aliento y apretar los dientes para la próxima batalla”.
Precisamente este sindicato, junto a la CTM y diferentes colectivos preparan ya una manifestación en la capital gaditana tras las fiestas, para el 15 de enero, “contra la represión policial de la lucha obrera”, sufrida en la Bahía de Cádiz. Una protesta que se espera que traspase fronteras.
“TENEMOS EL PODER DE CAMBIAR ESTA SOCIEDAD”
Finalmente, y mirando de reojo a UGT y CCOO, se quiere incidir en que “otro sindicalismo, un sindicalismo de clase y coherente, es posible; combativo, democrático, solidario y de apoyo mutuo”.
Un sindicalismo, se afirma, “que apueste por la unión entre las plantillas y la defensa de derechos sean de una empresa matriz o una auxiliar, superando la división que la patronal impone y que determinados sindicatos aceptan y promueven; que no mire siglas sino que apueste por una visión de la clase trabajadora en su conjunto, y que no se venda, que piense en lo mejor para el movimiento obrero y sus luchas y no en subvenciones del Estado, cursos y en el bienestar sólo de su aparato de burócratas”.
Igualmente, CGT aboga por un sindicalismo “que cuente con la opinión de los trabajadores en la toma de decisiones, que no imponga y se aproveche de la desorganización precisamente para manipular desde arriba y desconvocar cuando quieran sin importar las luchas reales y las aspiraciones reales de esas movilizaciones”. De hecho, fue una de las denuncias que esta organización lanzó tras desconvocarse la huelga del metal.
“Un sindicalismo que no se desentienda de quienes han sido reprimidos durante la pelea, que no se desentienda de los represaliados, que no mire para otro lado cuando más se les necesita; que no se venda y se pliegue a intereses partidistas; que no mienta y oculte información en su beneficio, que vaya más allá del oportunismo, del marketing, la foto fácil y la apariencia, y que se enfrente con todas sus herramientas a las clase dominante y a sus privilegios; un sindicalismo para organizar cada vez mejor y con más fuerza la lucha de la clase trabajadora por un mundo más justo”, sentencian los anarcosindicalistas gaditanos, porque “seguimos siendo el motor de todo y por eso tenemos el poder de cambiar esta sociedad. No hay suficientes ejércitos ni fuerzas policiales para frenar al pueblo cuando está decidido, organizado y consciente de su fuerza”.