Si uno es asiduo a las redes sociales como Instagram, es imposible que no se haya dado cuenta de que los juguetes sexuales se han apropiado de gran parte del discurso de las mismas.
No solo cuentas especializadas en sexología o relaciones nos hablan de ellos, sino también influyentes de moda e incluso ilustradoras hacen de dildos o succionadores de clítoris los protagonistas de sus viñetas.
El imaginario de los juguetes sexuales ha traspasado su propia frontera y algunos se han convertido incluso en un meme. Son protagonistas de neceseres, calcetines e incluso vídeos, con una popularidad a la hora de ser regalados que sobrepasa a la tradicional lencería y ropa erótica que solía ser el producto estrella. ¿Cuál es el motivo de esta falta de tabú?
Feminismo y redes sociales, el combo perfecto
La nueva ola de feminismo ha traído a la palestra una serie de conceptos a reivindicar, entre ellos el derecho de las mujeres a disfrutar de una sexualidad libre y plena, alejada del utilitarismo. Así, el autoconocimiento, la divulgación sobre la zona genital femenina y el subrayado de la importancia de la invisibilizada masturbación femenina han ido tomando más fuerza.
Y en esta pequeña revolución sexual aparece Instagram como medio de comunicación cercano y directo, donde cada vez más usuarias hablan de sus experiencias usando juguetes sexuales: lencería y ropa erótica, vibradores, esposas, joyería erótica… Personas que el mundo reconocía como cercanas han cantado las alabanzas de los succionadores de clítoris y es imperativo probarlos.
Muy parecido al boom que se vivió con Cincuenta sombras de Grey y la literatura erótica, esta popularización de los juguetes eróticos -todo el mundo ha oído hablar de alguno y gran parte los ha probado- ha ayudado a romper el tabú que recaía sobre ellos. Como una herramienta más de autorreivindicación femenina, se habla de sus virtudes tanto para conocerse a una misma como para mejorar las relaciones de pareja.
Lencería y ropa erótica: lo que no hay que olvidar
Una de las críticas más feroces que se ha llevado esta nueva “moda” por los juguetes eróticos es la automatización de un proceso que muchos conciben como íntimo. La inmediatez que proporcionan es concebida como un reflejo del consumismo que puede, al final del día, entorpecer las relaciones íntimas.
Lo cierto es que no hay que olvidar que el autocuidado es mucho más que el orgasmo: sentirse bien por dentro y por fuera, sin descuidar cómo vestimos. Y es aquí donde cobra especial importancia la lencería y la ropa, que ayudan a reforzar la idea que queremos transmitir, no solo en las relaciones íntimas, sino en el día a día.
Gracias a Internet, hoy en día es más sencillo que nunca adquirir juguetes sexuales y lencería erótica, una razón más para que se haya popularizado hasta este extremo.
Tiendas online como Easytoys permiten adquirir este tipo de productos de manera sencilla y anónima, en la intimidad del hogar. Además, el amplio rango de productos -no comparable al de una tienda física- es también un factor a tener en cuenta: es imposible no encontrar algo que se ajuste a ti.