Y dieron las once de la noche del domingo 9-J (momento de cierre de colegios electorales en Italia), y los sondeos a pie de urna lanzados tres horas antes, acertaban en gran medida. Se divulgaba entonces de sopetón el escrutinio ya casi al 99%, y dicho y hecho: en España ha ganado las elecciones al Parlamento Europeo el PP, que alcanza 22 escaños de los 61 que aporta este país en la nueva legislatura a la Eurocámara, mientras el PSOE aguanta y se queda con 20 representantes.
De este modo, los socialistas respiran aliviados y se mantienen en pie pese a los embates mediático-judiciales contra Pedro Sánchez (que reflexiona, se queja, pero no hace nada al respecto); apenas pierde un representante, pasa de 21 en 2019 a 20, que se traduce en más de 5,2 millones de papeletas y el 30,18% del total.
Mientras, el PP muestra una sonrisa algo amarga al fracasar la idea de plebiscito contra el malvado Sánchez que llevan vendiendo en campaña: sí, se posiciona como la fuerza política con más escaños, obteniendo 22 (9 más que en 2019), pero la diferencia con el PSOE no es ni de lejos la que se pensaba/soñaba. Logra más de 5,9 millones de papeletas, el 34,20%. Es más que evidente que este celebrado ascenso está relacionado con la nada sorprendente desaparición del tablero de Ciudadanos, que tenía 8 representantes, pasando los naranjas de cosechar el 12,2% de los votos hace cinco años, al triste 0,69% ahora.
A la derecha del PP (aunque a veces los discursos no se distinguen), la extrema derecha española se disgrega y se refuerza: Vox logra dos eurodiputados más, hasta los 6 (el 9,62%de los sufragios); y en su mismo carril reaccionario, un youtuber ultraderechista al frente de la agrupación de electores Se acabó la fiesta, un tal Alvise Pérez, a ‘lomos’ de bulos y mucho odio, irrumpe con 3 representantes (el 4,59% de los votos, más de 800.000). Sumando estas tres derechas, alcanzan 31 eurodiputados, la mitad de los que España manda a Bruselas.
¿Y qué pasa a la izquierda del PSOE?: peleada y entre resquemores, sigue menguando. Podemos contaba con 6 miembros en la cámara europea en 2019, y ahora liderado por la exministra Irene Montero debe conformarse con 2 (el 3,28% de votos); mientras Sumar (que se nutre de muchos exmorados resentidos, y de IU), llega a lo justo a 3 eurodiputados (el 4,65%, sin que alcance representación el cuarto en la lista, precisamente de Izquierda Unida). Mejor resultado que Sumar y Podemos, además, ha obtenido Ahora Repúblicas (la coalición entre otros de Esquerra, Bildu y BNG), que se queda en 3 representantes, los que ya tenía, y con el 4,91% de sufragios se coloca como cuarta fuerza a nivel nacional.
Finalmente, Junts (el partido de Puigdemont) y Coalición por una Europa Solidaria (donde entran PNV y Coalición Canaria) salvan los muebles logrando una representación mínima, 1 eurodiputado cada una de las candidaturas, con el 2,54% y el 1,61% de las papeletas, respectivamente. Pacma, el partido animalista, es la décima fuerza más apoyada, pero se queda de nuevo sin escaño, y pierde fieles con respecto a 2019.
La participación global en el Estado español en estos comicios europeos no ha superado el 50%. Se ha atrancado en el 49,21%, unos 11,5 puntos menos que en 2019, cuando estas elecciones coincidieron con municipales.
Esta convocatoria electoral ha tenido un presupuesto global de casi 199 millones de euros (donde se incluye el coste de toda la logística, los pagos a Correos, las gratificaciones a los miembros de las mesas -una dieta de 70 euros- o los extras que cobran los policías y empleados públicos implicados). Se han presentado y proclamado hasta 34 candidaturas, abundando las opciones de derecha y extrema derecha.
Es la novena ocasión que los españoles han votado ‘pensado’ en Europa desde que el Estado español ingresara en la UE en 1986. La primera vez fue el 10 de junio de 1987. Posteriormente, se han celebrado elecciones europeas en 1989, 1994, 1999, 2004, 2009, 2014 y las últimas, el 26 de mayo de 2019.
MÁS DEL 55% DE ANDALUCES VOTA A LAS DERECHAS
Los populares (con Dolors Monserrat de cabedera de lista, de nuevo) se han impuesto en votos en todas las comunidades autónomas menos en Catalunya, Navarra y Canarias (donde ha sido superado por el PSOE), y en Euskadi, donde ha triunfado la coalición integrada por Bildu.
En Andalucía (también en la provincia de Cádiz) sí es primera opción con cierta holgura el PP (por primera vez en unas europeas), con más de 1,1 millones de papeletas y el 37,87%, suponiendo 15,6 puntos más que hace cinco años. Y el PSOE, a su vez, baja 8,4 puntos, hasta el 32,16% de sufragios y unos 935.00 apoyos.
Además, la extrema derecha sigue expandiéndose: Vox alcanza el 10,92% de los votos emitidos (más de 317.600), y en el mismo saco, Se acabó la fiesta convence al 6,21% de electores en Andalucía (casi 181.000).
Por detrás, Sumar se conforma con el 5,09% de papeletas (148.120 votantes), y Podemos, con el 2,79% (81.305). Ahora Andalucía, la única candidatura netamente andaluza presentada (que no tiene nada que ver con Adelante Andalucía, que no ha concurrido a esta cita), ha registrado poco más de 19.300, el 0,66% del total. Su antecedente más directo, AxSí (que también participa en la nueva coalición), cosechó en 2019 hasta 19.458 papeletas en la comunidad autónoma.
En Andalucía, la participación final en este 9-J alcanza el 45,29%, disminuyendo 13,2 puntos en comparación con el 58,44% registrado hace cinco años en estos mismos comicios, según la información recogida por DIARIO Bahía de Cádiz.
EUROPA MIRA A LA DERECHA, Y MÁS ALLÁ
Y si miramos más allá de España, desde el Parlamento Europeo (a las 3.30 horas del domingo), se comenzaba a proyectar la nueva cámara (con 720 eurodiputados, algunos más que la última), ya a partir de resultados provisionales; y las porciones de tarta copadas por opciones derechistas y ultraderechistas dominan claramente a las izquierdas en sus diferentes grados.
De este modo, el Partido Popular Europeo (PPE, los llamados demócratas-cristianos) habría ganado los comicios, logrando hasta 184 escaños. De este grupo es la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y parece que se mantendrá en la silla. Por detrás, los socialistas, el Grupo Alianza Progresistas de Socialistas y Demócratas (S&D), alcanzarían 139 eurodiputados.
A la derecha se situaría, según esta proyección, el grupo liberal Renew Europe (donde se colocaba el ahora ya desaparecido Ciudadanos), con 80 sillas; muy cerca, el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE, donde se incorpora el partido de la ultraderechista francesa Le Pen), con 73 escaños; e Identidad y Democracia (ID, donde ‘entra’ el partido de Meloni, heredera del fascismo italiano), con 58; ambos grupos entendidos como opciones que reúnen a los partidos más a la derecha y fascistas del continente (sumando entre ambas 131 representantes). Al respecto, la preocupante extrema derecha se consolida en Francia (Macron ha respondido convocado elecciones), Austria, Alemania y Países Bajos.
Al otro lado, el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea (Verdes/ALE) podría alcanzar 52 escaños en el nuevo Europarlamento; y el Grupo de la Izquierda (The Left), se conformaría con 36 representantes.
Y quedarían todavía casi un centenar de eurodiputados que inicialmente no tienen adscripción clara: 45 entrarían en el grupo de los no inscritos, y otros 53 serían nuevos diputados electos que no pertenecen a un grupo político del Parlamento saliente.
Esta ya es una composición del Parlamento Europeo 2024-2029 basada en los resultados nacionales provisionales o definitivos publicados tras haber concluido las votaciones en todos los Estados miembros, a partir de la estructura del Parlamento saliente.