Cuando se trata de sostenibilidad, las criptomonedas son criticadas repetidamente por tener un balance climático negativo, especialmente cuando se trata de requisitos de energía. “Bitcoin consume más electricidad que España” o «Bitcoin es un gran consumidor de energía»: estos son los titulares habituales en los medios. Los proveedores de criptomonedas tendrán que enfrentar este tema, porque las discusiones al respecto oscurecen la visión de los importantes desafíos sociales y económicos a los que las criptomonedas brindan respuestas muy sostenibles. Bitcoin, Ethereum son mucho más que un simple «pecado ambiental que consume mucha energía» que se les ocurrió a algunos por el bien de un truco. Al respecto, repasamos cuáles son las acciones que se están tomando para que las transacciones con criptomonedas sean cada vez más sostenibles.
Invertir en proyectos sostenibles
Bitcoin, Ethereum y Co deberían volverse aún más ecológicos. Además, las cripto empresas podrían invertir en proyectos sostenibles. Esto es lo que hace Ripple Labs, la empresa detrás de XRP, por ejemplo. Dentro de 35 años, Ripple quiere compensar 1,5 millones de toneladas de dióxido de carbono a través de proyectos de energía solar. 8 También existe la posibilidad de que las plataformas de comercio de criptomonedas ofrezcan los llamados certificados de dióxido de carbono. A través de estos, los usuarios pueden apoyar proyectos sostenibles al comprar o en la venta de criptomonedas. Las aerolíneas utilizan un modelo similar. Por el momento, sin embargo, existe el desafío de implementar dicha compensación, ya que todavía hay poca transparencia en términos de dióxido de carbono.
La inversión en cambio climático de Ripple
Esta inversión ayudará a acelerar el progreso hacia los objetivos climáticos en España acordados a nivel mundial para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados.
Los planes de la compañía de la criptomoneda – Ripple (XRP) también incluyen la posibilidad de comprar créditos de carbono adicionales que la ayudarán a alcanzar su objetivo de ser una empresa neutra en carbono para 2030. Una iniciativa similar es la de STEPN, que utiliza el mercado Nori basado en blockchain para comprar la remoción de carbono.
La alta dirección de la empresa confía en alcanzar el objetivo ya en 2028. Por otro lado, según algunas estimaciones, se espera que la demanda de compensaciones de carbono se dispare a 550 mil millones de dólares para 2050 para cumplir con los objetivos del Acuerdo Climático de París.
¿Qué piensan los comerciantes de criptomonedas?
Preguntamos sobre los aspectos ambientales de Bitcoin. En las redes sociales, más del 50% de los usuarios de diversos intercambios de criptomonedas considera que la sostenibilidad es importante y piensan que operar con Bitcoin es más sostenible. Un poco menos de la mitad expresa interés en compensar el consumo de dióxido de carbono con sus oficios apoyando proyectos de protección del clima. Una quinta parte de los encuestados estaría dispuesta a pagar unos céntimos, unos pocos menos incluso aceptarían una aportación de hasta 3 euros.
Además, el 87% piensa que es hora de hacer algo para mejorar la huella de carbono de Bitcoin. Estos deberían ser implementados principalmente por mineros de bitcoin, pero también por lugares de comercio e inversores. Sobre cómo se podría implementar dicha mejora, que incluyen el de permitir que la minería sea neutral en dióxido de carbono únicamente, cambiar a prueba de participación o plantar suficientes árboles.
Conclusión
Las criptomonedas ya están haciendo una contribución duradera en términos de sociedad social y económica. Todavía hay margen de mejora en lo que respecta al aspecto ecológico. Más energías renovables en la minería, como la eólica, la hidráulica o la solar, podrían contribuir a la protección del clima.
Se están desarrollando cada vez más monedas respetuosas con el medio ambiente y un número cada vez mayor de empresas de criptografía están comprometidas con proyectos sostenibles. Una gran proporción de usuarios está interesado en compensar su consumo de dióxido de carbono al comprar criptomonedas o vender.