A las puertas del regreso a la actividad permitida, este lunes post-Semana Santa, en el marco del estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus, empresas constructoras y promotoras de la provincia de Cádiz reclaman de las autoridades “claridad” a la hora de determinar las condiciones de seguridad en su vuelta a las obras, y al tiempo reflexionan sobre el papel que “habrán de jugar” en el nuevo escenario de reconstrucción de la economía provincial, para el que afirman estar “preparados y firmemente comprometidos”.
“Será imprescindible la máxima colaboración de la administración, fundamentalmente de los ayuntamientos”, subrayan desde la Federación de Empresarios de la Construcción y Promoción Inmobiliaria (FAEC), con los que espera poder trabajar a fondo en una rápida regeneración del empleo perdido y acelerar, de este modo, la recuperación económica de Cádiz tras el fin del confinamiento.
Las dos asociaciones dentro de la FAEC, la Asociación de Promotores Inmobiliarios (ASPRICA) y la Asociación Provincial de Empresas de la Construcción y Obras Publicas (APECOP), dicen estar trabajando internamente en un documento de propuestas para acelerar la reactivación de la actividad en la provincia tras la pandemia, especialmente destinado a los ayuntamientos, con los que iniciará una ronda de contactos en las próximas semanas: “el objetivo es sentar las bases para crear un ecosistema administrativo ágil y dinámico, que permita al sector adquirir pronto un buen ritmo de producción”.
Según apunta FAEC en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el compromiso de las empresas constructoras y promotoras “es firme”. “A diferencia de la crisis de 2008 –se anota-, el sector de la construcción y la promoción en nuestra provincia está unido y gozaba antes de la aparición del coronavirus de buena salud, y en este momento todos los agentes del sector están con muchas ganas de dejar esta situación atrás, a diferencia de la desgana y el pesimismo que estaba instalado en la sociedad en la crisis anterior”.
CUATRO DEMANDAS FUNDAMENTALES
Aunque son muchas las medidas que desde los distintos sectores de actividad se están planteando ya a las distintas administraciones de cara al día de mañana, desde la Federación de Empresarios de la Construcción se pone el foco fundamentalmente en cuatro grandes bloques.
Por un lado, se propone la “reducción de la carga fiscal de las empresas”, y para ello se solicita a las administraciones municipales competentes ayuda para reducir esa carga fiscal, como aplazamientos y fraccionamientos, o bonificaciones, en determinadas tasas e impuestos como la tasa de licencia de obras, el ICIO, la tasa por ocupación de vía pública, el IBI en inmuebles afectos a actividades económicas, etc.
En este contexto, desde el sector se pone el énfasis en la importancia de que los ayuntamientos gaditanos adopten las medidas oportunas para “agilizar la tramitación de expedientes administrativos” de cualquier índole, especialmente los de otorgamiento de licencias de obra y de primera ocupación de viviendas, “directamente relacionados con la posibilidad de actividad inmediata de las empresas, y por ende, con la creación de puestos de trabajo”. Al mismo tiempo, consideran que estas medidas contribuirán a inyectar la necesaria liquidez “para apuntalar los proyectos en curso”.
Por otro lado, se considera necesario “dar continuidad a la licitación pública”, tanto en la reactivación de los expedientes iniciados antes de nueva crisis sobrevenida por la pandemia y ahora suspendidos, como en una actividad inversora fuerte una vez lo peor haya pasado; “fundamentalmente urge retomar los procedimientos de licitación publica ya planificada para evitar un valle de actividad en el segundo semestre del año”, se apostilla.
Y finalmente, se piden “ayudas directas” a pymes y micropymes del sector de la construcción: la FAEC entiende que la mayor parte de estas empresas, aún en un escenario de vuelta a la actividad, “se encuentran inmersas en una importante incertidumbre por las reticencias de muchos de sus clientes a retomar los proyectos pendientes”. Se trata de pequeñas empresas de rehabilitación y reforma, con plantillas medias de 10 trabajadores, que realizan su actividad en contacto directo con el ciudadano, al que incluso tiene por cliente. “La incertidumbre sobre el futuro económico y del empleo, y el miedo residual en el ámbito sanitario, que tardará en desaparecer, abocan a estas empresas la necesaria diversificación de su actividad”, se señala; y “muchas tendrán que adaptarse para poder sobrevivir”.
Y más allá de estas medidas, y desde un ámbito competencial superior, estas empresas constructoras y promotoras de la provincia de Cádiz interpretan que “será fundamental recuperar la confianza y la adopción de medidas de activación de la demanda de vivienda”, tanto de aquellos que ya han comprado una vivienda, y que en estos momentos necesitan confianza en el futuro respecto de la finalización y entrega de la misma, como de aquellas personas que aún no habían iniciado el proceso de decisión de compra de un hogar pero que tienen la necesidad.
“Ahora más que nunca hay que evitar volver a caer en un escenario en donde el acceso a la vivienda sea difícil. Para ello serán necesarias medidas fiscales orientadas directamente al comprador, como aplicación de tipos reducidos de IVA, o ayudas a la adquisición de una primera vivienda”, se deja caer.
“Si somos capaces de construir un binomio de colaboración (administración-empresa) que genere confianza en los ciudadanos y somos capaces de dar respuesta en tiempo a la demanda social que hoy más que nunca se nos solicita, este momento tan complicado que estamos viviendo no habrá sido en balde”, añaden desde ASPRICA. Esta asociación quiere remarcar “el efecto arrastre que el sector tiene respecto de otras muchas actividades: la construcción empuja no sólo a nuestro sector, sino que es un elemento dinamizador de otros muchos, incluido el sector público, fundamentalmente vía impuestos”.