Esta iniciativa de la consejería de Educación cumple su cuarto verano con números igual de discretos. Cuestionada de origen por sindicatos y familias, tiene como objetivo “combatir el fracaso escolar” además de ofrecer una “alternativa de conciliación” para los padres en julio.
El programa de refuerzo estival que se inventaba hace cuatro años la consejería de Educación de la Junta de Andalucía, entonces en manos de Ciudadanos, con el objetivo de que “el alumnado alcance el éxito educativo con una alternativa pública y gratuita, también de conciliación para las familias”, vuelve a registrar una demanda más bien discreta.
En Cádiz, sus números este verano son de 1.546 alumnos de Primaria y de primero y segundo de ESO, cerca de 350 niños más que hace un año, en 26 centros (en la provincia hay unos 590 colegios e institutos públicos) y con la implicación de 141 docentes (cuatro más que el pasado verano). En toda Andalucía, en esta nueva edición apenas se alcanzan los 9.343 niños de Primaria y Secundaria, unos 430 más.
El delegado territorial de Educación de la Junta en funciones, Miguel Andréu, ha presentado estos números en una visita en la capital gaditana al CEIP Reyes Católicos, uno de los colegios adheridos a este Programa de Refuerzo Educativo Estival. En la ciudad, los centros Profesor Juan Carlos Aragón y Carlos III también participan en la iniciativa.
La finalidad teórica del programa (sin coste directo para las familias que lo solicitan) es: la mejora de las habilidades y actitudes asociadas a la lectura, al razonamiento matemático y lógica matemática, a la adquisición de destrezas lingüística (comprensión y expresión oral) y a la lengua inglesa combinada con la práctica deportiva, los hábitos saludables y las actividades de ocio. Se encuadra dentro de las medidas y programas que la Junta de derechas dice ofrecer para “contribuir al éxito educativo del alumnado, a la reducción del fracaso y el abandono escolar temprano”.
Se desarrolla durante el mes de julio en horario de mañana y está destinado al alumnado de Primaria y del primer ciclo de ESO escolarizado en centros sostenidos con fondos públicos “que presente dificultad para alcanzar las competencias o superar los objetivos del curso en el que se encuentre matriculado y, por tanto, necesiten refuerzo”, especialmente en Lengua Española, Matemáticas e Inglés. Estas clases estivales están impartida por docentes funcionarios de carrera, en prácticas o interinos, que lo hayan solicitado; reciben una “gratificación” económica por cada hora.
Según se señala en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, la consejería de Educación proporciona a los centros participantes material didáctico a desarrollar en el transcurso del programa. Además, se les facilita una guía con orientaciones sobre diferentes metodologías “activas e innovadoras” que permitan acercar el proceso de enseñanza-aprendizaje a los contextos reales del alumnado.
Diferentes sindicatos vienen cuestionando este plan desde el principio: “a pesar de presentarse, con el habitual tono triunfalista, apoyado en unos exiguos números de participantes tanto de docentes, como de alumnado y centros, no tiene repercusión real sobre aquello que pretende mejorar, el rendimiento escolar, pues no ataca el problema de fondo: ratios excesivas y escasos recursos ordinarios para la atención a la diversidad”, reiteraban el pasado verano desde Ustea.